• diciembre 23, 2024 8:56 am

“En el entrampamiento contra mí, tienen la mano metida el pusilánime Iván Duque (presidente de la ñeñe-política), su vicepresidenta Marta Lucía Ramírez (la de Memofantasma), ayudados por Timochenko y Carlos Lozada”: Jesús Santrich

Jesús Santrich, de la Dirección Nacional de las FARC-EP, Segunda Marquetalia.

Entrevistas ALCARAJO.ORG, trae para ustedes el dialogo con el comandante de la Segunda Marquetalia, Jesús Santrich, para conocer su perspectiva sobre la paz en Colombia, ante la trampa tendida por el ex fiscal Néstor Humberto Martínez. Además, Santrich responde a los medios de comunicación nacional e internacional y twitteros que enviaron sus preguntas.

SANTRICH.

Cordial saludo con esperanza de paz, patria grande bolivariana y socialismo, y con nuestros mejores deseos a los entrevistadores y propiciadores de este espacio de intercambio. Les habla Jesús Santrich, de la Dirección Nacional de las FARC-EP, Segunda Marquetalia y procedo a responderles sus inquietudes.

PRIMERA PARTE.

¿Cómo se encuentra emocionalmente comandante, Jesús Santrich después del estrellón de la paz?

JS: Jamás hay separación entre el sentimiento y el pensamiento, pues los centros de la emoción tienen un poder extraordinario para influir en el raciocinio de las personas, de tal manera que debo decir que de una u otra forma, aunque estoy de ánimo magnífico y lleno de esperanza en el futuro, guardo cierta congoja por la manera infame en que el proceso de paz que se desprendió de los diálogos de La Habana como la posibilidad más próxima y tangible que tuvimos para lograr un enorme salto hacia la búsqueda de la reconciliación nacional que tanto anhela la mayoría de los colombianos, se frustro por cuenta de la perfidia institucional, fundamentalmente.

Alguien dijo por ahí alguna vez que “el cuerpo es un organismo material, pero también una metáfora”, así que todos estos dolores de guerra, miseria y luto que vive nuestro país más por intransigencia de una casta de oligarcas mezquinos que por otra cosa, cada día hace parte de nuestras principales preocupaciones tocando nuestros soportes sicológicos y emocionales; eso sí, empujándonos en todo caso sobre el camino de las utopías en función de un mundo mejor.

 ¿Cómo es su día a día en la Nueva Marquetalia?

JS: Se podría resumir en que por lo general hay trabajo, estudio y de vez en cuando algo de entretenimiento o recreación; los mandos y combatientes conviven ese día a día conjuntamente, hombro a hombro como una sola familia y equipo de trabajo.

Cuando ha habido reuniones del cuerpo de mandos para balancear y planificar las actividades encaminadas al impulso de la organización, se desarrolla la agenda para la que se convoque y todos nos ponemos en función de tal agenda y orden pactados. Pero en todo campamento de las FARC-EP (Segunda Marquetalia) se sigue el Régimen Interno General del que hablan nuestros Estatutos en su Capítulo VII, Artículo 15, que por el momento es el mismos de las antiguas FARC-EP; es decir,

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las llamadas Normas de Comando que es igual y uniforme para toda la guerrillerada y el cuerpo de mandos. Tal como se consigna en su texto, el Régimen Interno General, junto con las materias de gimnasia, judo y defensa personal, instrucción militar de orden cerrado y abierto, constituyen la Cartilla de Instrucción de todas las unidades de las FARC-EP. Los Estados Mayores de Frentes al actualizar para cada situación concreta el Régimen Interno General, tienen la facultad de elaborar el Régimen Interno Particular de cada unidad, que deberá contemplar lo resultante de cada situación, los planes de cuartel o campamento, planes de marcha y planes de labor,cuando no se esté en orden público. Nada de esto ha variado y se desenvuelve según lo indicado en los 37 numerales del libro estatutario correspondiente a las “Normas Internas de Comando de las FARC-EP”.

De esos lineamientos se desprende el día a día en los campamentos de la Segunda Marquetalia, pues en ellos se incorpora lo fundamental de la vida militar de las diversas unidades de las FARC-EP, en cuarteles, campamentos, marchas, misiones y comisiones del guerrillero y unifican el criterio de comandantes y guerrilleros (as) en cuanto a la disciplina, los diversos servicios, las diversas guardias y diversas tareas de comando, tanto en campaña como en receso. Para todo lo cual se utiliza el horario militar de 00:01 a 24:00 horas.

Como en las antiguas FARC-EP, se toma en cuenta los tiempos de siembra y cosecha para planificar actividades de agricultura y otras labores del campo, disponiendo de los respectivos responsables para este tipo de tareas que se acompasan con los planes organizativos, educativos, políticos y militares.

En todo campamento, lo general es que la gente esté ocupada  cumpliendo con el orden día que defina la Dirección; esto desde el momento de levantarse que es a las 04:50 am hasta las 20:00 horas que es la hora de ir a descansar. Entonces durante el día se organizan los servicios de guardias, las labores campamentarias y se despachan las misiones que salen a cumplir tareas fuera. En el campamento opera un oficial de servicio al frente del personal, un comandante de guardia y los relevantes y centinelas de todo tipo, las avanzadas, exploraciones y descubiertas.  El o la oficial de servicio garantizan el normal funcionamiento interno del campamento sobre la base del plan de campamento y orden del día establecidos, y ejecutan las orientaciones del jefe de la unidad que se trate.

En todas las unidades debe tomarse en cuenta un día de descanso que en general debe ser el domingo, lo cual solo se varía en circunstancias especiales pudiendo definirse otro día de la semana, sin que se mengue la seguridad. El día antecedente al de descanso se utiliza para el lavado de ropa, reuniones del organismo político o célula comunista, apronte de leña, abastecimiento, etc.

Para atender con orden todas estas actividades se elabora una minuta diaria en la que se contemplan todos los servicios, como rancheros (as), aprovisionadores (as), leñateros (as); si fuera necesario, palafreneros (as), peluqueros (as), enfermeros (as) de turno, higienistas, aseadores (as), si esta tarea no se realiza colectivamente, así como otros servicios. En esa minuta se indica quienes quedan disponibles en cada rueda luego de cubierto el servicio que le haya correspondido a cada quien.

La tarde se cierra con la llamada “Relación”, que  es  la  instancia  mediante  la  cual  en formación militar, los  escalones  de mando resuelven los distintos problemas relacionados con los servicios y el orden militar de la respectiva unidad y en donde los guerrilleros (as) pueden hacer planteamientos, sugerencias y reclamos que tengan que ver con el orden mencionado. Siempre que las condiciones lo permitan debe realizarse diariamente y tendrá una duración máxima de veinte minutos.

En los campamentos también, entre la 18:00 y las 20:00 horas se realiza la “hora cultural”, que es el espacio para la discusión de noticias, de temas de actualidad, de comunicados o para desarrollar actividades de poesía, de canto o cualquier otra expresión cultural.

Finalmente, diría que también tenemos comunicaciones diarias entre las distintas unidades, lo cual es atendido por quien esté al mando mediante camaradas que manejan los instrumentos y códigos en los horarios y lugares definidos para ello. Yo trato de involucrarme en ese mundo de actividades con la gente con la que ando, pero suelo sacar algo de tiempo para escribir, o para pintar o hacer algo de música o preparar algún material para las charlas en el aula.

¿Cuál es la diferencia entre La Nueva Marquetalia y las antiguas Farc-Ep en lo militar y lo político?

JS: En lo esencial, en ambos campos, el político y el militar las FARC-EP (Segunda Marquetalia), son continuidad del proyecto histórico fundado por Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. Las diferencias pueden derivar de las variaciones que implican las adaptaciones a las nuevas realidades en nuestro país y en el mundo, incluyendo la traición de que fueron objeto las FARC-EP, casi llevándonos a la destrucción del total de la estructura político-militar insurgente. Todo ello obliga como siempre ha obligado el decurso de nuestra formación pegada a la dialéctica, a hacer ajustes al plan estratégico, a la visión operacional y a la táctica. Se trata de adaptaciones necesarias en el manejo de la política, que no entrañan cambios de aspectos de orden ideológico o de principios, como el convencimiento de la legitimidad o la pertinencia de la lucha armada o de los propósitos estratégicos en cuanto al establecimiento de la justicia social, la lucha antiimperialista, forjación del socialismo y la conquista del comunismo. Esto permanece incólume en el proyecto Segunda Marquetalia, porque son proyectos y objetivos por conquistar por todas las vías que nos imponga la realidad. Dejando contemplada como constante la posibilidad de la salida dialogada al conflicto, obviamente sin incluir la entrega de las armas  que es lo que en gran medida brindaría garantías de cumplimiento y evitaría  nuevas traiciones.

En el libro que hace pocos meses publicó el camarada Iván Márquez, titulado la Segunda Marquetalia explicamos claramente que el nuevo proyecto está muy apegada a un proceso de lucha de clases muy específico de Colombia, independientemente del tipo de correlación de fuerzas que en este momento exista en el contexto internacional, sin que ello implique que no tomemos en cuenta la crisis estructural, global, por la que pasa el capitalismo. Decimos que en ese contexto permanece la estrategia de combinación de formas de lucha que en esencia es continuidad del Plan Estratégico histórico de las FARC-EP con las variaciones notables en el manifiesto de agosto de 2019, el cual expresa consideraciones respecto a la fuerza pública. Planteamos que nuestro alzamiento es respuesta a la traición del Estado al Acuerdo de Paz de La Habana, y es parte de la marcha de la Colombia humilde, ignorada y despreciada hacia la justicia, en procura de la paz cierta, poniendo de presente que la rebelión no es una bandera derrotada ni vencida; pero que esta insurgencia, se levanta para abrazar con la fuerza del amor, los sueños de vida digna y buen gobierno que suspiran las gentes del común, expresando que su objetivo no es el soldado ni el policía, el oficial ni el suboficial respetuosos de los intereses populares sino la oligarquía; la oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguirle atrancando las puertas del futuro al país. Esto es textual. Y agregamos que se conocerá́ una nueva modalidad operativa que sobre todo responderá́ a la ofensiva, porque en nuestra decisión está no seguir matándonos entre hermanos de clase. Por ello el llamado que hacemos también a los integrantes de la fuerza pública que tengan dolor de pueblo, a que caminemos juntos por sus reivindicaciones y su felicidad. Esto no nos hace aliados, según algunas interpretaciones torcidas que ruedan por ahí, pues es un planteamiento en perspectiva como ha ocurrido en otra revolución del mundo, comenzando, para el caso del proyecto socialista, con la Revolución de octubre de 1917.  Reitero, eso sí, que cuando decimos que no vamos a enfrentarnos al ejército y a la policía la salvedad se refiere a aquellas unidades que respeten los derechos humanos y los proyectos de vida de las comunidades.

JS: Desde la refundación tomamos distancia de algunas prácticas como la de retenciones de personas con propósitos económicos. En todo caso actuamos como fuerza político-militar con estructura de ejército y de partido, un partido marxista-leninista y bolivariano que sigue el legado del comandante Manuel Marulanda Vélez.

El centro de nuestro despliegue estratégico también tuvo cambios que son de reserva militar, incluyendo variantes dentro de lo que conocimos como Nuevo Modo de Operar. En esencia los procedimientos de sorpresa, asedio, asalto y copamiento se preservan, sin poner énfasis en las acciones ofensivas contra la fuerza pública. El carácter de nuestro accionar es defensivo y de resistencia respecto a las Fuerzas Armadas.

En síntesis hablamos del “despliegue simultáneo de la estrategia política con la nueva modalidad operativa”, que pasa por la reconstrucción político -militar de la guerrilla de las FARC-EP, con la modalidad táctica y operacional dicha, sin descartar la posibilidad de coadyuvar a la creación de una Gran Coalición Democrática que actúe en procura de un nuevo Gobierno, que será un Gobierno de Transición, que entre sus compromisos principales propugne por la apertura inmediata de la mesa de conversaciones de paz con las insurgencias y que busque procedimientos de solución a las diferentes expresiones de conflicto armado existentes.

Si se propiciare la firma de la paz, el gobierno que fuere debe proceder a dinamizar el proceso constituyente abierto que desemboque en una Asamblea Nacional Constituyente democrática que depure el marco normativo a favor de toda la nación y trace la ruta para la integración de los poderes públicos con hombres y mujeres honrados y virtuosos.

¿En cuántos departamentos hace presencia la Nueva Marquetalia?

JS: Nuestro despliegue apenas está empezando; la etapa que adelantamos en este momento es la de reconstrucción de las estructuras políticas y militares, y el balance es positivo porque la noticia de nuestra presencia ya recorre todo el país y tiene resonancia en otras latitudes de América latino-caribeña y del mundo. Podríamos decir que somos un pequeño gran proyecto en desarrollo y con bases territoriales suficientes para garantizar sobrevivencia, crecimiento, cualificación y concreción de la estrategia. Algunos de los escenarios donde tenemos presencia son, el sur occidente colombiano, Putumayo, Tolima, Antioquia, el oriente colombiano, el Caribe y Chocó.

Hace poco escuché una entrevista de Ariel Ávila al Jefe del Comando Coordinador de Occidente, que hace parte de las guerrillas que dirige el camarada Gentil Duarte, a quien respetamos y admiramos por su abnegación en la lucha revolucionaria. En tal intercambio de información y opiniones expresaba Joinner que es su nombre, que la Segunda Marquetalia “es un fantasma”. Me parece una expresión que quizás sin imaginarlo su simpático autor, nos hace evocar aquella universalizada expresión de Marx y Engels con la que inician el Manifiesto del Partido Comunista: “Un fantasma se cierne sobre Europa, el fantasma del comunismo…”.  Entonces somos eso, un fantasma que se cierne sobre Colombia, el fantasma de las FARC-EP, Segunda Marquetalia, que solemos estar o hacernos sentir incluso donde físicamente todavía no nos es posible más que con la fuerza de nuestro espectro. De manera tal, que en materia política el “fantasma” ya cubre a toda Colombia

El gobierno colombiano sigue implicando al pueblo venezolano con el conflicto interno, y asegura que ustedes están en Venezuela ¿eso es cierto?

JS: Donde estamos o, por nuestra movilidad, donde estaremos mañana o pasado, es lo de menos; entre otras cosas porque no le diría a nadie nuestra ubicación. Es un asunto elemental de seguridad. Pero además, que hagamos presencia eventual o más o menos estable en la frontera con Ecuador, Perú, Brasil, Venezuela o Panamá, no depende del visto bueno o de la opinión de ninguno de sus gobiernos, pues nosotros actuamos fuera de la ley y sin involucrar a ningún Estado en nuestras actividades clandestinas. Lo que sí procuramos es no interferir en sus asuntos internos. Esta primera verdad la complemento para terminar de responder tu pregunta, diciendo que la implicación de fondo que tuvo el pueblo venezolano en el conflicto colombiano fue tratando de contribuir a su solución y a la conquista de la paz, lo cual no ha tenido ningún gesto de gratitud serio ni por parte del Estado colombiano, ni por parte de la mayoría de su dirigencia oligárquica.

Hemos dicho en otras ocasiones que sentarnos a conversar con el gobierno de Santos fue un trago muy amargo que la gran mayoría de comandantes guerrilleros –llenos de desconfianza– se negaba a beber. De tal manera que si fuimos a La Habana, fue por la confianza que nos brindara el por entonces presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, quien predicaba convencido que una nueva realidad había florecido en el continente, y que esta favorecía la acción política de las fuerzas democráticas del cambio y el progreso. Él y su pueblo pusieron generosamente a nuestra disposición los medios de transporte y el acompañamiento para trasladarnos a La Habana, ciudad que había sido escogida como sede para los diálogos de paz, y para permanecer en esa loable tarea de buscar la reconciliación y acabe con la guerra. Nada de esto le ha valido al régimen en Colombia, y desafortunadamente, lo que hemos evidenciado es que injustificadamente sigue su papel de Caín del continente, manteniendo una posición de conspiración permanente contra Venezuela, haciéndole el juego intervencionista de siempre a Washington. Agregaría que es difícil saber hasta dónde van los oscuros compromisos surgidos del conciliábulo de Estados Unidos con Gobiernos lacayos de la región, entre los que como primero se cuenta el de Colombia. Pero habiendo como lo hay, un viejo libreto histórico de sometimiento, es de inferir que con el Gobierno pusilánime de Duque se han reforzado las orientaciones sobre el papel de desestabilización que Colombia debe jugar contra el país hermano, usando la escenografía del llamado “Grupo de Lima “y la OEA, entre otros.

El Gobierno colombiano, digamos, es una pieza del tablero político intervencionista que juega el Pentágono para aplastar la Revolución Bolivariana y que el Comando Sur ha plasmado, más recientemente, en el manual “Venezuela Freedom 2 Operation”, que de manera específica establece el objetivo de derrocar al presidente Nicolás Maduro mediante una operación militar que patrocinaría el TIAR y la Conferencia de Ejércitos Americanos con el respaldo de la OEA.

Después de haberle apostado a la firma de la paz con un Estado profundamente permeado por el paramilitarismo, el narcotráfico y la ultra derecha colombiana. ¿Cómo llegar de nuevo a las bases farianas que nunca estuvieron de acuerdo con el proceso de paz para evitar de que se repitiera la historia, la del exterminio?

JS: Desde las FARC-EP (Segunda Marquetalia), hemos explicado por diversas vías que entre las bases farianas nunca hubo oposición de nadie a adelantar un proceso de paz con el gobierno colombiano, sencillamente porque la salida dialogada al conflicto hacía y hace parte de la visión estratégica del conjunto de la organización.La contradicción con los varios sectores en que se fracturó la organización definitivamente fue posterior al inicio y desarrollo avanzado del proceso de La Habana por la distorsión que en cabeza de algunos integrantes de la alta dirección guerrillera se le fue dando a la concepción fariana de esa alternativa, primero introduciendo el escenario de la entrega de las armas, que es algo negado dentro de la visión  marulandista de un proceso de paz, y segundo por el giro hacia la claudicación ideológica, que se puede notar en el apresuramiento del desarme mismo, sin mayores garantías ni oposición y el sometimiento a los condicionantes unilaterales impuestos a la insurgencia sin que esa aludida dirección admitiera siquiera la discusión interna de un Plan B, sobre qué hacer para el caso de incumplimiento del establecimiento, o qué hacer en caso de una distorsión interna, porque esos escenarios, no estaban previstos; y no lo estaban simplemente porque nunca, como hemos dicho en otros momentos, jamás a nadie se le pasó por la mente que habría entrega de armas. De lo que hablamos era de “colocar las armas fuera de su uso en política”. De tal manera que en estos aspectos está lo esencial de la distorsión interna que nos fue conduciendo a la ruptura, porque fueron pasos inconsultos que se nos fueron imponiendo aprovechando la subordinación, la férrea línea de mando que existía y la confianza en los superiores, quienes se valieron de ello  y maniobraron destacando una comisión paralela a la Delegación que estaba en cabeza de Iván Márquez, para tocar por separado y en secreto el asunto del desarme, o la entrega, en tiempo record.

Pienso que en una organización político-militar, aun sabiendo de la necesidad de una disciplina monolítica que implica subordinación a la línea de mando, cuando se trata de decisiones sobre las vías y las formas de la lucha, que tienen que ver con el rumbo estratégico del proyecto revolucionario, el debate democrático debe imperar sobre cualquier otra consideración, porque de lo que se trata es del destino no solo de la gente que tiene directamente comprometida su vida en la lucha sino también del destino de la gente con la que hemos comprometido nuestra palabra de llevar la lucha hasta las últimas consecuencias. Y cualquier que sea el derrotero a seguir, hay que asumirlo sin perder de vista la caracterización del régimen terrorista pérfido al que enfrentamos, y que ahora ha mostrado nuevamente sus garras violando lo pactado, negando la posibilidad de la reconciliación y de la no repetición, sin confiarnos como diría el Che, “ni tantito así”.

Cuando se inició el proceso de paz, quedó al descubierto la carencia de la formación académica o de saberes de los firmantes de paz. ¿Qué están haciendo ustedes para que esa historia no se repita?

JS: No comparto la generalización de esa apreciación porque de una u otra forma sería darle piso a la afirmación que hacen voceros de la oligarquía y de la derecha para descalificarnos, en cuanto a que cada vez que hemos ido a una mesa de conversaciones no sabemos qué es lo que queremos o por qué es que luchamos, o que no tenemos ideología porque somos simplemente una banda de delincuentes. Es cierto que la mayoría de la gente humilde que hizo parte de nuestras filas  venía y viene de sectores fundamentalmente rurales, o de esa Colombia profunda  que tiene las menores o casi nulas posibilidades de acceder a la educación y a los niveles superiores de formación académica, precisamente por el abandono estatal, la desigualdad y la miseria que impone el sistema, que es contra lo que luchamos y lo que intentamos superar. Pero, como dice Ali Primera en su canto esperanzador, el pueblo es sabio y valiente. La gente desfavorecida aprende en la universidad de la vida, y si logra organizarse crea sus propios mecanismos de autoformación, tal como los había y los sigue habiendo dentro de las FARC, y no me refiero solamente al proyecto de la Segunda Marquetalia sino a todas las insurgencias. Existen escuelas de formación, espacios para la cultura y el intercambio de experiencias y saberes, etc. obviamente, con las nuevas experiencias cada una de esas instancias hay que mejorarlas, que es lo que estamos intentando hacer dentro de las FARC-EP, Segunda Marquetalia.

Toma en cuenta también que un proyecto como el de las FARC no está compuesto solamente de combatientes sino de militancia política. De revolucionarios que están en muchos espacios de la vida nacional y que en cada paso que damos hacen sus aportes a la causa que enarbolamos, actuando como un mismo equipo, apoyándonos unos a otros. Te pongo el ejemplo de la Mesa de Diálogo de La Habana, donde las FARC eran las que llevaban siempre la delantera en la presentación de propuestas profundas, argumentadas con bases teóricas sustentadas que no se quedaban en el plano especulativo sino que iban al fondo de los problemas. Pues eso lo construimos como equipo, y lo hacíamos apoyados en toda esa gente que también desde la academia hace su aporte a la lucha. De tales construcciones existen suficientes archivos  de respaldo de las decenas de propuestas mínimas llevadas a la Mesa de Conversaciones y debatidas en la misma.

Como dijo Fidel Castro en su defensa en 1953, la historia me absolverá, ¿cree usted que ese fue su caso ante el montaje judicial que le impuso el ex fiscal Néstor Humberto Martínez junto con la DEA, según la publicación realizada por el Espectador?

Creo que las publicaciones a las que alude han contribuido mucho a poner en claro hechos sobre los que al momento de mi captura y durante mi estancia en prisión di la versión con la que me defendí, que no era otra que argumentación de la verdad sobre el montaje sucio urdido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, la DEA y el Fiscal bandido de entonces que era Néstor Humberto Martínez, la misma rata de la corrupción de Odebrecht. Por entonces  manifesté y ahora lo reitero, que el llamado “entrampamiento” no era contra mi sino contra el proceso de paz. Yo simplemente fui uno de los seleccionados para enganchar la trama de esa infamia en la que además tienen la mano metida el pusilánime Iván Duque (presidente de la ñeñe-política), su vicepresidenta Marta Lucía Ramírez (la de Memofantasma) quien repitiendo a su jefe dijo en  la W Radio que si la JEP no extradita a Santrich “al presidente no le temblará la mano de controvertir a la justicia”, el amenazante embajador yanqui, el mismo ex presidente Santos, a quien más que la paz le interesaba su propio ascenso político y el nobel, más otros funcionarios del establecimiento ligados a la mafia uribista. Agregaría que personajes como Timochenko y Carlos Antonio Lozada, evidentemente se prestaron y ayudaron a ambientar esta patraña.

El asunto es que era solo mi palabra contra la de todos estos tiranuelos acostumbrados a abusar del poder, contando con los altoparlantes de la gran prensa que condena más que los tribunales sin tener que ver con principios generalizados en el mundo, como el de legalidad o el de la presunción de inocencia. Incluso para algunos de los voceros de esas usinas de la mentira que pasan de agache cuando de asumir responsabilidades por aupar la guerra se trata, aun frente a las evidencias de las mentiras vertidas sobre mi conducta, dicen que de todas maneras yo soy un delincuente, o insinúan que efectivamente caía en ese juego sucio de Martínez, y que no merezco consideración alguna. Aunque la inquina personal es evidente, debo decirles que soy un revolucionario digno, comprometido con la paz con justicia social para Colombia, que jamás estuvo enterado de las maniobras que adelantaban estos funcionarios y agentes asquerosos, y que fue empujado, al lado de muchos de sus camaradas más entrañables, a retomar las armas para poder seguir luchando por ese sueño de reconciliación cierta que tanto se les ha negado a los colombianos.

No voy a repetir todo lo que ya sobre ese bodrio podrido de la Fiscalía y demás se  sabe por información de El Espectador y reproducción, ampliación o interpretación de otras fuentes. Pero quiero subrayar en que jamás pasó cocaína por mis manos ni las de mis compañeros, ni tuve conocimiento de negocios que se refirieran a tal sustancia, pues como ya está claro  dentro del galimatías de versiones del señor Humberto, según lo indican los famosos 24 mil audios, quien era dueño y manejador de la mencionada droga era la banda DEA-Fiscal; que al mismo tiempo eran los perversos dueños y manejadores del dinero involucrado y de los textos que le remontaron a videos de reuniones en los que los asuntos a tratar con agentes que se hicieron pasar por empresarios y no por los traquetos que son, fueron sobre proyectos productivos y no sobre coca; los dueños y manejadores de interceptaciones y grabaciones conseguidos violando las leyes colombianas, la Constitución que dicen defender y la mismísima soberanía nacional, etc. Por eso los audios de la DEA y la Fiscalía, ni las pruebas contundentes que decía tener Néstor Humberto nunca llegaron a la JEP.

De lo que si había pruebas era de la corrupción que carcomía a Néstor Humberto, lo que hábilmente cubrió con su renuncia justificada en que la JEP ordenara mi libertad. Pero no, su cortina de humo se desvanece y los monstruos de las coimas y sobornos irri­gados en la Ruta del sol II adjudicada a Odebrecht, y a Epi­sol-Corficolombiana, entre otros, vuelven a mostrarse señalando a los funcionarios que mordieron las jugosas tajadas de la empresa brasilera.

En una de los tantos llamados y retos públicos que hice al rufián de la fiscalía y de la corrupción NHM, precisamente el 27 de octubre de 2018 le escribí: “Hola ya tuve la posibilidad de conocer tus “pruebas”; ojalá el país tuviera la oportunidad de oír los audios que tienes como base de tu engaño.

No sigas haciendo el ridículo abusando del poder. Ni tú ni nadie en este mundo podrá presentar grabación alguna en la que yo esté hablando algo distinto a lo que he dedicado mi vida en los últimos años: la implementación del Acuerdo de Paz y los proyectos productivos de la reincorporación.

Reflexiona, deja de ser farsante. Att. Santrich.”.

Pero no, lo que sucedió fue que me negaron los más elementales derechos para complacer también las ansias de venganza de quienes nos querían ver destruidos porque no nos doblegábamos.

Me pregunto cómo van a responder los que montaron y le hicieron el juego a esta enorme farsa que tiró por la borda el proceso de paz. Aquí no hay juez que como en el juicio a Fidel llame a Batista para mostrarle que está reviviendo la “época brutal de Gerardo Machado”, ni hay semejantes al obispo de Santiago de Cuba que exhorte a los tribunales para que eviten más muertos. Entonces quien reclamará institucional y políticamente por la violación de lo acordado y la negación de la no repetición?

Como en el Documento del comandante Castro que señalaba los males de la Cuba de entonces, nosotros en los diálogos de La Habana ya dejamos plasmados los problemas de nuestro país entre los que casualmente también están: el problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud, entre tantos otros cuyas soluciones en gran medida quedaron esbozadas en el Acuerdo de 2016 y en las salvedades de la insurgencia respecto a las cuales se prometió un constituyente con la que tampoco se cumplió.

Evoquemos también a nuestro Bolívar al lado de Martí clamando por la segunda y definitiva independencia y deshagámonos entonces del monstrum horrendum … sin entrañas, que desde la Casa de Nariño ha contribuido a hacer trizas la paz, y vayamos juntos por una alternativa política que redima al país retomando la senda de la reforma rural integral, de la reforma política, de la lucha anticorrupción y demás reivindicaciones que tremolan en las banderas de la protesta social.

Esto lo expreso convencido de que en Colombia hay gente buena con la que se puede seguir contando para sacar adelante el país. Dicho lo cual quiero cerrar este punto manifestando mi sentimiento de gratitud a quienes a pesar de la descomunal ofensiva mediática, con mentiras y sin pruebas, que se desató primero contra el nombre y condición de revolucionario íntegro de Jesús Santrich, y luego contra el del camarada Iván Márquez y los de otros compañeros, tildándolos de narcotraficantes, a pesar de ello creyeron en nuestra palabra y entendieron la determinación de retomar las armas, que nos tocó asumir acosados por la perfidia institucional y otras traiciones. Especialmente a los camaradas del ELN que nos manifestaron siempre su solidaridad, muchas gracias.

 Gracias a quienes confiando en nuestras razones decidieron acompañarnos en el proyecto de reconstrucción de las FARC-EP. Gracias, a personas como Roy Barreras, quienes sin tener ninguna identidad ideológica, ni política, ni de ninguna otra índole con Santrich ni con Márquez, se atrevieron a defender su inocencia y a actuar siempre en función de la paz. También agradecemos y resaltamos la valentía y entereza moral de personas como Iván Cepeda, Alirio Uribe, Piedad Córdoba, de Álvaro Leyva y Ernesto Samper, Gustavo Petro entre otras, que tampoco se dejaron amilanar ni arrinconar por quienes pretendieron estigmatizarlos señalándolos como aliados de la guerrilla para propósitos de guerra, cuando su auténtico papel ha sido el de ser defensores de la paz.

Nuestro respeto y agradecimiento a El Espectador, por haberse atrevido a iluminar con la verdad, en un país de mentiras, amenazas, falsos positivos, desapariciones forzadas, asesinatos selectivos y guerra sucia en general.

Como dijera Jacobo Arenas, “el destino de Colombia no puede ser el de la guerra”, por ello nuestro compromiso con la búsqueda de la verdadera paz estable y duradera; es decir, la paz con justicia social, ahora más que nunca es indeclinable. En ese camino, las gente más humilde y trabajadora, la gente más esperanzada de nuestra patria, sabrá encontrar el camino para forjar un gobierno alternativo que permita superar el desgobierno suscitado por la paranoia uribista.

SEGUDA PARTE.

Ahora saludo a los representantes de los diversos medios que se han tomado la molestia de enviarme sus preguntas, con sentimiento de fraternidad y anhelos de reconciliación para Colombia y el continente y paso a dar respuesta a cada quien.

A William Vianney Solano, Dcerca, quien pregunta ¿Sobre un tema tan complejo como lo que se puedo comprobar con los audios, por qué será que nadie exploró un asunto de tal relevancia nacional?

JS: Sí hubo quien lo hiciera, como es el caso del periodista de El Espectador, pero en Colombia la maquinaria del Bloque de Poder Permanente, que incluye un ingente ejército mediático de manipulación, ocultamientos y mentiras, acalla las voces disidentes, o las verdades antisistémicas que estén en discordancia con los intereses del establecimiento.

¿Quién traicionó a quién, ustedes a las promesas del Acuerdo de Paz y abusaron de la confianza del Estado colombiano, o, por el contrario, no existía confianza en los Acuerdos de Paz y el Estado quien en últimas los traicionó a ustedes?

JS: Los hechos demuestran todo el empeño que pusimos para sacar adelante la implementación del Acuerdo, pero si balanceamos resultados, este transita el pantano de la perfidia y el de los pactos fallidos por cuenta de quienes públicamente dijeron que harían “trizas ese maldito papel”, lográndolo efectivamente no solamente con el incumplimiento en la ejecución de planes y proyectos referidos a reforma rural, reforma política y demás ítems de lo acordado sino con la guerra sucia desatada contra los dirigentes comunitarios y los excombatientes, o con los montajes sucios como este que se está terminando o más bien comenzando a develar en torno a mí, pero que en realidad procedía contra el proceso de paz en su conjunto.

A Juan Carlos Rosso de Globovisión, quien pregunta sobre si me arrepiente de haber violado derechos humanos.

JS: Cordialmente le preciso que soy Jesús Santrich, revolucionario, insurgente, luchador popular y defensor de los intereses de los desfavorecidos, no violador de derechos humanos como lo sugiere. Quizás el compañero periodista, no sé por qué, me está confundiendo con Guillermo Zuloaga, Carlos Zuloaga, Alberto Federico Ravell, Luis Teófilo, Juan Domingo Cordero, Raúl Gorrín, Gustavo Perdomo, Leopoldo Castillo o cualquiera de los pro imperialistas de su país que tuvieron en sus manos a Globovisión conspirando para intentar matar al comandante Chávez cuando fue Presidente de Venezuela y para entregarle el país hermano a los gringos.

A Paul Muñoz de Voces desde el Rincón, quien pregunta ¿Cuáles son las estocadas del ex presidente Santos al proceso de paz?

JS: Pienso que Santos utilizó la paz como instrumento para hacer política partidaria y personalista; la mezquindad del gobierno en la mesa de negociaciones para ceder prerrogativas a los desfavorecidos fue evidente, mostrando su catadura de clase.

Juan Manuel Santos y Hum­berto de la Calle Lombana, fueron lisonjeros siempre que deseaban inclinarnos frente a los intereses de latifundistas y castas políticas; al tiempo que fueron muy cuidadosos de sus intereses de clase, pero furibundos y mezquinos en la valoración de su adversario. He dicho muchas veces que el común denominador de todos ellos es el ego y la vanidad siempre en función de su amo Sarmiento Angulo, del establecimiento, del imperio y de sí mismos. De tal manera que Santos al lado de su casta son los responsables directos de más de medio siglo de violencia política impuesta por el régimen, y han sido también los encargados de escamotear la responsabilidad primerísima que tiene el Estado en la generación del conflicto y de su permanencia. De complemento y aquí me refiero para el presente al caso específico de Juan Manuel, el ex presidente relevado por Duque, lo que desplegó durante el proceso de diálogos de La Habana, fue  la utilización del anhelo de paz para el logro de intereses políticos partidarios y de clase en circunstancias de una guerra en la que la oligarquía se lucra sin pudor. Hoy está totalmente claro que lo que buscaba era la rendición de la guerrilla, su desarme sin que le implicara sacrificios a los ricos, con compromisos de simples palabras que bien sabía se las llevaría el viento de la perfidia, configurando una estratagema totalmente abominable y no valida dentro de las leyes de la guerra, como no valida y absolutamente condenable fue su decisión de ordenar el asesinato del comandante Alfonso Cano fuera de combate.

A Leo Raymond en Francia, pregunta sobre ¿Cuál es su opinión de las elecciones de Estados Unidos y las relaciones entre ese país y Colombia respecto al futuro del proceso de paz?

JS: Es magnífico que el mundo pueda salir de un personaje nefasto como Donald John Trump, pero no creo que la elección del nuevo mandatario mejore sustancialmente el papel de Estados Unidos como imperio. Para el caso de América latina, continuará su intervencionismo en Cuba, en Venezuela, Nicaragua y otros países, porque ese intervencionismo es una política de Estado. No quiero pecar de simplista, pero para quienes por ejemplo se emocionaron con la llegada de Barack Obama a ese puesto de la Casa Blanca, la evidencia de que sus intereses imperiales estaban bien definidos no se hizo esperar mucho. Con este señor, por ejemplo, tuvimos las promesas de liberar a Simón Trinidad, que nunca se concretaron. Todos estos personajes son cucarachas del mismo calabazo. Ninguno va a hacer ningún aporte real a la paz de Colombia, ni de Venezuela ni de ninguna parte. Ojalá me equivoque.

Guillermo Rico Reyes de Colombia, manifiesta que en una de las primeras ruedas de prensa que se realizó en la Habana cuando empezaban las negociaciones, le preguntó si se estaba pactando alguna medida para evitar que sucediera lo que pasó con la Unión patriótica y para evitar que siguieran siendo asesinados los líderes sociales. Dice que le respondió que no y pregunta ¿qué piensa ahora de ese gran vacío de no negociar para defender la vida?

JS: Le preciso que finalmente y por presión nuestra se abordó y negoció sobre el punto de la defensa de la vida. Efectivamente se logró pactar medidas precisas al menos en dos capítulos. Desde el mismo Preámbulo del documento final se consideró que la suma de los acuerdos que conforman el Acuerdo Final contribuyen a la satisfacción de derechos fundamentales como son los derechos políticos, sociales, económicos y culturales, y los derechos de las víctimas del conflicto a la verdad, la justicia  y la reparación, el derecho de los niños, niñas y adolescentes, el derecho fundamental de la seguridad jurídica individual o colectiva y la seguridad física, y el derecho fundamental de cada individuo en particular y de la sociedad sin distingos en general, a la no repetición de la tragedia del conflicto armado interno que con el presente Acuerdo se propone superar…”. El problema es que de lo consignado en texto a lo implementado, la distancia tiene la dimensión del incumplimiento y la perfidia.

Dentro del contexto de lo que debería ser una concepción de “Seguridad Humana”, que superara las atrocidades de la doctrina contrainsurgente de la “Seguridad Nacional” o “Doctrina del Enemigo Interno”, en el punto 2.1.2 se incluyeron las “Garantías de seguridad para el ejercicio de la política” y en el  punto 3 del Acuerdo se incluyó un texto referido a las “Garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores y defensoras de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz”.  Y se consignó que para cumplir con este fin, el acuerdo incluye medidas como el Pacto Político Nacional; la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad; la Unidad Especial de Investigación; el Cuerpo Élite en la Policía Nacional; el Sistema Integral de Seguridad para el Ejercicio de la Política; el Programa Integral de Seguridad y Protección para las Comunidades y Organizaciones en los Territorios; y las Medidas de Prevención y Lucha contra la Corrupción.

Uno de los principales obstáculos para la implementación de estos aspectos lo fue el ex Fiscal Martínez Neira. Este sujeto Sembró en la JEP las minas de la reincidencia, el testaferrato y otras argucias para poder llevar encadenados a antiguos guerrilleros a la justicia ordinaria y saciar así su sed de odio y de venganza que comparte con ciertas élites del poder. Mediante el llamado “fast track” legislativo aprovecharon para imprimir de manera unilateral, sin contar con la insurgencia, aspectos sustanciales que variaron el Acuerdo, contando con la bendición de la Corte Constitucional, y en ello incluyeron la Ley de Procedimiento de la JEP.

Una de las más tempranas infamias de Néstor Humberto Martínez que redundo en contra de la defensa de la vida a la que nos estamos refiriendo estuvo en su negativa a poner en funcionamiento la Unidad Especializada de Lucha contra el paramilitarismo, habiendo tenido en sus manos más de 15 mil compulsas de copia de los implicados en esta barbarie criminal.

Guillermo Rico también dice: “Siento que usted casi fue obligado a retomar las armas pero al mismo tiempo pienso, que lo hizo con las personas qué menos involucradas estaban en el proceso de paz, uno no puede pasar por alto que un hombre como Romaña fue el mayor asesino de personas en cautiverio, fue el mayor secuestrador de personas que ni siquiera tenían como pagar; y que el paisa fue el mayor depredador sexual o uno de los mayores depredadores sexuales de las FARC, muy contrario a la postura que siempre el país revolucionario lo reconocía ¿usted está con ellos no es una gran equivocación?”

JS: A lo cual con absoluta certeza le respondo que no solamente yo fui el obligado a retomar las armas luego de tener un compromiso firme de sacar adelante un proceso de verdadera reconciliación con dignidad y justicia social, lo cual fue traicionado. Romaña, Oscar y otros compañeros también habían andado ya un camino evidente de tránsito hacia ese propósito de la paz estable y duradera, bastante reconocido por Naciones Unidas tanto para el caso del ETCR de Tumaco, manejado por el primero como para el de Miravalles, manejado por el segundo. Pero pienso, además, con profundo conocimiento de los compañeros con quienes he convivido suficientemente como para dar mi testimonio de sus calidades humanas y de revolucionarios, y a los que aludes con un lenguaje desacertado, desinformado o mal informado y seguramente  extremadamente mediatizado, que ninguno de ellos es lo que usted dice; ninguno de ellos es ni la sobra de lo que malintencionadamente ha construido la inteligencia militar y sus adversarios para demonizarlos. Pero como la palabra nuestra siempre es descalificada, aspiro a que un día usted mismo pueda conocerlos personalmente para que se desmonte de su propio engaño. De hecho, siento orgullo de estar haciendo equipo al lado de  personas abnegadas y ejemplares como lo son ellos., a quienes con mentiras han tratado de destruir como lo intentaron conmigo y lo están haciendo con Simón Trinidad condenándolo de por vida a una mazmorra bajo tierra por cargos de los que no tiene ninguna responsabilidad.

Para Manuela de España pregunta ¿en qué estado cree que está ahora el mismo el Acuerdo de Paz en Colombia y que garantías considera que no ha respetado el actual presidente Iván Duque?

JS: El acuerdo, desde mi punto de vista, y según todo lo dicho anteriormente está sumergido en el pantano de los acuerdos fallidos, con el inconveniente mayor de haber dejado la experiencia  de la enorme infamia de personajes que representan una institucionalidad bastante carcomida por la corrupción y el descrédito político. De tal manera que como nunca ante la confianza ha quedado resquebrajada para reintentar el camino del diálogo y la salida negociada, lo cual hace más difícil pero no imposible una nueva aproximación que implicaría empezar por el rescate de la buena fe y del valor del pacta sunt servanda y la palabra empeñada. Todo ello debe conducir a que se haga justicia respecto a quienes han atetado contra el proceso causándole semejante daño irreparable, tanto con los incumplimientos malintencionados como con los crímenes que le han quitado la  vida importantes dirigentes comunitarios  como a excombatientes.

TERCERA PARTE.

Preguntan las redes sociales.

Saludos David Leyva, y mis mejores deseos.  Respondo a la pregunta de ¿Cuál es la meta de como grupo al retomar las armas?

R: En lo que he dicho explico que son los mismos propósitos de búsqueda de la justicia social; es decir, la superación de la mísera, la desigualdad, la exclusión política, como lo fundamental en medio de la restauración de la libertad con dignidad. Nuestra lucha sigue siendo, e últimas por la conquista de la paz verdadera.

Felicidades Aníbal Montes de Oca, va mi saludo cordial. Me preguntas que, partiendo de la realidad de desencuentros y afinidades de los grupos que se proponen dar continuidad a las FARC-EP, y de estos con el ELN, si considero que es posible crear un ambiente de unidad insurgente hacia un programa común; ¿y que cuanta posibilidad le anoto al triunfo revolucionario por la vía de la Insurgencia y cuanto a la solución política en unidad de la insurgencia armada?

JS: Sí creo posible la unidad porque existen propósitos estratégicos comunes, una larga historia de lucha compartida, una ideología marxista-leninista y bolivariana que nos hermana y una condición de revolucionarios que nos impone la necesidad y el deber de deponer diferencias para insistir en lo que nos unifique o al menos nos dé la posibilidad de coordinar nuestros esfuerzos en beneficio de las comunidades a las que nos debemos.

No es una tarea fácil, pero se impone como prioritaria en cualquier escenario. Y en cuanto a cuál es ese escenario no creo que pueda haber fórmulas para cuantificar cual es la más viable. Hay que estar abierto a todas las posibilidades, combinando y adecuando las formas de lucha, dándole importancia a la salida dialogada sin que ello descalifique el legítimo derecho de los pueblo a la rebelión armada. En todo caso, ninguna salida es posible con sectarismos y sin unidad.

Buen día para Gener Úsuga. Me preguntas si  estaría dispuesto a reintégrame de nuevo a la vida civil o si me siente más tranquilo en la clandestinidad.

JS: En el presente, a ambas opciones te respondo afirmativamente, en el primer caso porque el propósito de todo revolucionario verdadero es el de alcanzar la paz con justicia social para vivir en condiciones dignas con su familia, con sus amigos, con sus coterráneos y compatriotas. Pero si las condiciones no se prestan pese a que hayas hecho todos los esfuerzos por que se dieran, encontrándote frente a traiciones y amenazas de toda índole, no es pensable claudicar y dejarse derrotar sin luchar. La opción que le queda a un revolucionario es seguir intentando sus propósitos en la lucha. Si las condiciones en la legalidad no se prestan se debe acudir a la clandestinidad, y eso no es una cuestión de gusto o de tranquilidad personal sino de necesidad y de responsabilidad con el compromiso que se tenga con uno mismo y con los demás en cuanto a aportar a la conquista de un mundo mejor.

Juanca saludos. ¿Por qué preferí la Segunda Marquetalia que estar en el exilio?

JS: Sencillamente porque siento que mientras pueda, la lucha debo hacerla en la tierra que me dio vida, que medio los primeros amores, el calor de la familia y de los amigos; la tierra que me llenó de sueños y convicciones. Siento que estar lejos de ella me mataría más que una tumba en sus propias entrañas.

Hola Cami Niño. ¿Por qué rara vez atacaban a las 54 familias que manejan el poder en el país?

JS: Cuando se libra una guerra revolucionaria, se debe procurar no personalizar el conflicto, porque eso tiende a degradarlo, como suele ocurrir. Ojalá no hubiese que atacar a nadie en los personal y que con el solo diálogo se pudieran resolver las contradicciones.

Leila C Chujfi, gracias por escribir. Va mi saludo. Preguntas ¿Cuál sería la estrategia política para que la balanza la logremos inclinar hacia la equidad social y la justicia? – ¿Cómo piensan desenmascarar a los verdaderos narcos del país? ¿Creen ustedes en el trabajo de los que están representando las Farc en el congreso?

JS: Nuestras ideas de cómo inclinar la balanza hacia la equidad social y la justicia las hemos esbozado en nuestro Manifiesto de Agosto, y como verás ahí no hay fórmulas cerradas sino propuestas de participación ciudadana, de construcción de convergencia para alcanzar alternativas políticas que, esencialmente, apuntan a alcanzar los objetivos de reforma rural integral, reforma política y demás transformaciones de fondo que esbozamos en los Acuerdos de La Habana. Son salidas de superación de la Desigualdad, la miseria, la corrupción y la exclusión política que necesariamente requieren de la vinculación de la gente del común en las tareas, por ejemplo. De la denuncia no solo de la corrupción sino de las verdaderas mafias que operan desde el poder, mafias que van más allá del asunto del narcotráfico. En ello el trabajo parlamentario puede jugar un papel importante, pero no creo que mientras haya mayorías impuestas por la corrupción del clientelismo y el fraude electoral, sean lo más importante, mucho menos si los partidos alternativos pierden su condición de rebeldía, de insumisión y se dejan cooptar por las prácticas tradicionales o se dejan embrujar por el lenguaje edulcorado del gatopardismo.

Saludos y buenos deseos para ti Martha Elena Rangel. Me preguntas  qué haría diferente si volviese a redactar el Acuerdo.

JS: Te tengo que responder que ese tipo de documentos surgen respondiendo a coyunturas, a correlación de fuerzas y recogen el producto de ganar y ceder en el debate, de tal manera que ese documento es lo que es en lo que corresponde a lo que se debatió con el conociendo pleno de los guerrilleros y en gran medida de la gente que pudo participar en las audiencias y eventos surtidos para ello. En otras condiciones más favorables incluiría todo lo que quedó pendiente en salvedades, mayores reivindicaciones para la educación, la cultura y el deporte, pero procurando más participación ciudadana en las decisiones que la poquísima que el Gobierno con su mezquindad a duras penas propició. Y, obviamente, jamás incluiría un Acuerdo de dejación de armas, convertido en entrega sin garantías, como el que de manera inconsulta con las bases impuso la Comisión Técnica que lo construyó.

@led7810. Saludos y buenos deseos. Preguntas ¿Si Gustavo Petro quedará presidente, desmovilizaríamos la Nueva Marquetalia; es decir, si nos  acogeríamos a un nuevo proceso de paz?

JS: La voluntad de paz de las FARC-EP, Segunda Marquetalia no está supeditada a nombres en específico. Es una constante en la línea política estratégica nuestra que nos impone el deber de seguir buscando la opción de la reconciliación con justicia social con cualquier gobierno que rija a Colombia, siempre que tenga también voluntad sincera de resolver las causas que generaron y mantienen el conflicto.

Saludos Señora Patria. Buen genio y éxitos en todo. Sobre cómo vemos desde «el monte» la situación que se está viviendo en el ámbito político en aras de las próximas contiendas electorales.

JS: La condiciones que generaron la confrontación política, social y armada siguen vigentes y profundizándose con la derechización fascistoide del régimen que le ha apostado a la continuidad de la guerra simulando que desea la paz. Eso que parece adverso, es el combustible para levantar los ánimos y la determinación de lucha que permita retomar las calles, elevar la protesta ciudadana y convocar la convergencia hacia una alternativa popular, Creemos que hay condiciones y gente capaz de encontrar ese camino que propicie un gobierno alternativo que al mismo tiempo que derrota a los guerrerista de la extrema derecha, crea las condiciones para pactar la paz.

Hola Doraeuler, Va mi abrazo cordial. Sobre ¿Quiénes me colaboraron para fugarme o cómo fue el plan, cuáles instituciones o personas están implicados y si hubo mucho dinero de por medio?

JS: Te comento que quizás te sorprenderá saber que no tenía un plan propiamente dicho para volver a la clandestinidad, pues tenía mi mente puesta en que desde la actividad parlamentaria podría iniciar un trabajo contribuyendo  a darle mejor rumbo a la implementación del Acuerdo de Paz; mejor dicho ayudar a que no se hundiera un proceso que indudablemente, por cuenta de los incumplimientos gubernamentales iba por mal camino. Como se explica en el libro La Segunda Marquetalia, pensaba en qué podrí hacer en ese ámbito del poder público para favorecer a las mayorías empobrecidas; en qué podría hacer en función de la denuncia de tanta injusticia generada por el régimen; tratar de ser portavoz de las aspiraciones  del movimiento social, de los campesinos, de los indígenas, de las comunidades negras, etc. Quería tocar las puertas de la izquierda y de los partidos democráticos en busca de construir la gran coalición democrática por un gobierno de transición que priorice la justicia social y la paz completa. Tenía muchos sueños de ese tipo. Me preparaba para ir a un homenaje cultural en Barranquilla y luego al Festival Mundial de Poesía de Medellín. Pero viajando de Pondores en la Guajira, hacia Tierra Grata en el Cesar, donde atendería compromisos con la Comisión de la verdad, en Fonseca recibí un aviso enviado por una fuente de alto nivel que trabaja en la Corte Suprema de Justicia, en el que me decía que el Gobierno Duque tenía todo dispuesto para recapturarme y extraditarme a los Estados Unidos pasando por encima de la cabeza de quien fuera. A raíz de eso mi pensamiento cambia el rumbo cuando decido que era mejor asegurar mi libertad, mi vida y la posibilidad de seguir luchando por la verdadera paz, retomando al sendero de la insurgencia. Lo sucedido a partir de ese momento lo puedes encontrar relatado en el libro que te mencioné, a partir de la página 237 hasta la 243. Habiendo llegado a Tierra Grata y enterado como estaba de la situación, el “plan de escape” lo hice yo mismo en mi mente sin comunicarle a nadie en especial. No organicé un grupo compacto, sino que contacté por se­parado a un par de locos extraordinarios, muy buenos, que me habían acompañado en el pasado en la unidad de propaganda del Bloque Caribe. En esto no hubo dinero de por medio sino determinación política coherente frente a sucesivos actos de asedio y perfidia institucional.

Kalimán, Brother, un gran abrazo.

JS: Ya sabes, como decía el Gran Héctor Lavoe, el rey de la puntualidad, que “es chévere ser grande, pero es más grande ser chévere”; entonces eso te da la buena vibra de caerle bien a algunas personas que se la juega con todo por nada. Y eso fue lo que pasó: Además de lo evidentemente Hewlett Packard (HP) del fiscal y su combo, lo cual sin ser adivino te podía hacer prever lo peor, más de uno de sus trabajadores a los que tenía cansados de sus abusos, me mantenían al día de sus jugaditas. De hecho yo había denunciado al tipo desde mucho antes de mi captura. Claro que también había hablado de su rollo con Odebrecht, entonces el man me la tenía al rojo. Pero ya vez que finalmente el tramposo cae al pozo. Y sobre el retorno a las armas, pues ya tu sabes…; al perro no lo capan dos veces. Ya veremos qué pasa. Amanecerá y veremos dijo el ciego.

Fenner Hernández, hermano lo saludo con cariño y expresándole mi sentimiento de pesar por su pérdida. Usted me dice que a su madre la mató la guerrilla en el Putumayo en un caso donde nunca hubo condenados todo por desnudar un grupo de guerrilleros extorsionadores de campesinos que se aliaban con el ejército. A lo cual le respondo.

JS: Eso es imperdonable. Reglamentariamente en las FARC eso conllevaría a un Consejo Revolucionario de Guerra, y lo más probable al fusilamiento del responsable. Es lo que debe ocurrir en circunstancias normales, así que ni en las antiguas ni en las nuevas guerrillas deben ocurrir casos así, y en su caso lo que yo haría sería acudir ante la JEP, ante la Comisión de la Verdad y esclarecer tal drama, pues se supone que para eso se crearon esas instancias. Ojalá al menos sigan sirviendo mínimamente para aliviar en algo los dolores de la guerra, pese a toda la distorsión que ya han tenido.

Respondo a su siguiente `pregunta sobre si ¿No preferiría vivir el resto de su vida como un ciudadano de a pie y tranquilo en lugar de temer por su vida en la selva colombiana?

JS: Claro que me gustaría y preferiría vivir el resto de mi vida como un ciudadano de a pie y tranquilo en lugar  de permanecer en zozobra en las selvas de Colombia. Pero me gustaría hacerlo viendo que toda la gente pueda disfrutar de esa misma tranquilidad, y no viendo a unos con privilegios y a otros explotados, excluidos y sojuzgados. La tranquilidad me vendría logrando un cambio estructural en el país que traiga la paz con justicia social para todos los colombianos y colombianas. De resto no estaría complacido así tuviera mis problemas personales resueltos todos.

Leo Vargas Moreno, mi saludo respetuoso de compatriota. Usted pregunta ¿Después de conocerse la verdad, no le apostaría nuevamente a la paz? ¿Entregarse y volver a la JEP?

JS: Mi propósito central en la lucha es la paz con justicia social. De eso no tengo duda. La verdad conocida me llena de alegría, de inmensa satisfacción porque la imagen de quienes retomaos las armas queda limpia frente a quienes creyeron en nosotros y nos respaldaron incondicionalmente, e incluso frente a quienes aun dudando nos apoyaron. Eso da aliento para seguir luchando por lo que se cree con sinceridad; entonces la apuesta por la paz se multiplica, pero en el espacio de la legalidad colombina incluida la JEP, en este momento no hay condiciones para arriesgarse a confiar y ponerse en manos de ellos; sabiendo que en tiempos de guerra lo único seguro es el fusil, eso sería  ser crédulo al extremo de la estupidez.

Por lo demás, yo tampoco es que sepa mucho filosofar y lo que me indica el sentido común es que se puede confiar uno más del ladrón del barrio que de esta gente descompuesta que nos gobierna y rige las instituciones.

Gracias a todas y todos quienes sacaron su tiempo para escribir sus preguntas y leer mis respuestas. Hasta pronto.

¡Desde Marquetalia hasta la victoria!, ¡Juramos vencer y venceremos!

Fraternalmente, Jesús Santrich, El Disidente.

Sobre el autor

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Rosalba Alarcón Peña

Rosalba Alarcón Peña, periodista y Defensora de Derechos Humanos, directora del portal web alcarajo.org y la Corporación Puentes de Paz "voces para la vida". Además, analista y columnista del conflicto armado de su país natal (Colombia) en medios internacionales. Redes sociales. Twitter: @RosalbaAP_ Facebook. Rosalba Alarcón Peña Contacto: rosalba@alcarajo.org

6 comentarios en «“En el entrampamiento contra mí, tienen la mano metida el pusilánime Iván Duque (presidente de la ñeñe-política), su vicepresidenta Marta Lucía Ramírez (la de Memofantasma), ayudados por Timochenko y Carlos Lozada”: Jesús Santrich»
  1. Hola, cómo se financia la Segunda Marquetalia?
    En algunas respuestas falta claridad respecto a la pregunta, es decir, no respondió la pregunta cómo tal, ejemplo: preguntas sobre el Paisa, Romaña…..

  2. […] “En el entrampamiento contra mí, tienen la mano metida el pusilánime Iván Duque (presidente de … Facebook Twitter Pinterest WhatsApp Artículo anteriorVOLVÍ Athemay Sterling Acosta […]

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