• diciembre 22, 2024 12:32 am

Hallazgos de la Caravana Humanitaria “Por La Vida” Bajo Atrato, Chocó- Colombia

Poblaciones Camizba y Asorewa “si denunciamos nos matan, si no denunciamos también nos matan”

Twitter @PuentesDePaz1

Se activan las caravanas de solidaridad con la población colombiana por la ola de violencia que vive este país, pese a la firma el Acuerdo de Paz el 26 de septiembre del 2016 entre el gobierno del expresidente Santos y las Farc-ep

La Caravana Humanitaria “Por La Vida” llegó a uno de los departamentos más ricos del país, pero más empobrecido por sus gobernantes y el conflicto social y armado que afecta a la comunidad en general: Chocó, en el Bajo Atrato.

70 organizaciones internacionales, nacionales, regionales y locales, desde el 5 al 13 de agosto del presente año, recorrieron el río Truandó; Zonas humanitarias, y el río Salaquí. Con el objetivo de identificar las violaciones a los derechos a la vida, el territorio, y afectaciones a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las comunidades negras e indígenas que hacen vida en esas zonas. El mes de agosto 14 personas fueron asesinadas (ver gráfico)

Los hechos hablan por sí solo, y se entiende cuando organizaciones sociales como Camizba y Asorewa piden a los delegados de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) los representen para hacer las denuncias a su nombre sin hacer referencia a los actores en específico, por las represalias que esto representa para ellos. Dicen “si denunciamos nos matan, si no denunciamos también nos matan”

Los hallazgos obtenidos por esta Caravana por medio de autoridades como la Consejería de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Paz de la ONIC son:

  • El incrementaron las violaciones a derechos humanos.
  • El surgimiento y reorganización de grupos armados entre ellos: el Ejército de Liberación Nacional (ELN); diferentes grupos paramilitares: Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Águilas Negras; disidencias de las Farc-ep y al Fuerza Pública que se disputa el control territorial y las actividades económicas ilícitas de la región.
  • La Invasión a los territorios de una forma permanente organizado en campamentos cerca o dentro de las escuelas, exigiendo a las comunidades no hacer denuncias, o si no, ellos perderían sus vidas.
  • La estrategia de silenciamiento por estos grupos armados es el amedrentamiento y violencia psicología y física.  
  • La Militarización de territorios indígenas que llegan a combatir a los demás grupos armados dejando a las comunidades en el centro del conflicto. Como lo señala la ONIC “cada vez que llega un grupo nuevo, estigmatiza y amenaza a los integrantes de las comunidades de hacer parte de los demás grupos por haberles permitido usar sus motores, animales, viviendas, entre otros, lo que se denomina trabajo forzado, en donde los actores llegan pidiendo favores acompañados de armas, a los que las comunidades no se pueden resistir sin poner riesgo sus vidas”
  • La siembra de minas antipersonas es un mal nuevo con la presencia del ELN; las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y las Águilas negras, esta es una violación al Derecho Internacional Humanitario, afectando gravemente a los habitantes que viven de la pesca, la caza y otras actividades económicas.
  • Sin posibilidades de dialogo y el liderazgo debilitado: por los continuos cambios de ubicación y comandancia, hace imposible que las autoridades establezcan un nivel de dialogo estable y fructífero en la búsqueda de acuerdos que les permita salvaguardar la vida, la autonomía y su dinámica cultural y de desarrollo en el territorio.
  • Desplazamiento y el confinamiento: ante las confrontaciones de los múltiples grupos armados los habitantes han pensado de irse de su territorio, o resistir porque no tienen para donde irse.
  • La Fuerza Pública cómplice, las comunidades denuncian total convivencia y complicidad de la fuerza pública de la región ante el actuar de los actores armados ilegales, porque conocen su ubicación, y accionar, y no hacen nada por detenerlo. Por el contrario, los habitantes temen denunciar porque los grupos armados se enteran inmediatamente, y con ello, vienen los asesinatos.
  • Informantes en cada comunidad, es decir, infiltrados por parte de estos grupos. Esto reduce la participación de sus habitantes en los procesos de fortalecimiento de sus derechos; esto explica el temor de sus habitantes en participar en eventos como el de la Caravana Humanitaria.
  • La Afectación al tejido colectivo es porque algunos indígenas hacen parte de los grupos armados, además de realizar el reclutamiento forzado, limitando con estas prácticas las oportunidades para sus habitantes.

Sobre el autor

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Rosalba Alarcón Peña

Rosalba Alarcón Peña, periodista y Defensora de Derechos Humanos, directora del portal web alcarajo.org y la Corporación Puentes de Paz "voces para la vida". Además, analista y columnista del conflicto armado de su país natal (Colombia) en medios internacionales. Redes sociales. Twitter: @RosalbaAP_ Facebook. Rosalba Alarcón Peña Contacto: rosalba@alcarajo.org

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