Por Fernán Medrano Twitter @Fernan_Medrano
En poco más de un año de inicio del Gobierno del presidente de Colombia, Iván Duque, han sido asesinados en el país 229 líderes sociales, según un informe reciente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
La Defensoría del Pueblo de Colombia ha informado que del 1 de enero de 2016 al 30 de noviembre del 2018 fueron asesinados en el país unos 423 líderes sociales y defensores de derechos humanos.
En el año 2018 fueron asesinados en el país 164 líderes sociales.
En los dos últimos años han sido asesinados en el país suramericano cerca de 500 líderes sociales.
El mandatario colombiano admite que es «difícil» proteger la vida de los siete millones de líderes sociales que hay en el país.
El gobernante nacional no debería hablar de la defensa de los líderes sociales como si estuviera derrotado. Iván Duque tiene la obligación de otorgarles a los líderes sociales de Colombia un importante lugar en su agenda gubernamental.
Además, hay quienes se preguntan cuál de los problemas serios que tiene Colombia ha ayudado a resolver desde su silla presidencial. Porque, si es difícil proteger la vida de los siete millones de líderes sociales, ¿cómo podrá preservar la vida de los más de 48 millones de habitantes que tiene el país?
Por otra parte, la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, llegó a Colombia el pasado jueves 12 de septiembre del año en curso para reunirse con el presidente de la República, con el canciller del país, Carlos Holmes Trujillo, y los ministros de Agricultura y Desarrollo Rural y de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Además, la canciller de la UE se entrevistó con la presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Patricia Linares, con el presidente de la Comisión de la Verdad, el sacerdote jesuita Francisco de Roux, y con la directora general de la Unidad de Desaparecidos, Luz Mariana Monzón.
La jefa de la Diplomacia de la UE sostuvo un encuentro con un grupo de jóvenes en condiciones de vulnerabilidad de la Escuela Taller de Bogotá.
La visita de Mogherini al país «reconfirma el profundo interés y compromiso que tiene la Unión Europea con Colombia, los colombianos y la implementación de la paz», declaró la embajadora de la UE en Colombia, Patricia Llombart.
Por consiguiente, la implementación del Acuerdo de Paz entre la exguerrilla de las FARC y el Estado colombiano, representado en su momento por el Gobierno del entonces presidente de la República Juan Manuel Santos Calderón debería, más que preocupar, ocupar a la llamada comunidad internacional.
El mundo entero tiene que saber que sobre Colombia está cayendo de nuevo el manto sangriento de la violencia; la guerra se está reactivando; el aumento de la violencia es una realidad que salta a los ojos en las pantallas de los televisores, de los celulares, en las calles y caminos urbanos y rurales colombianos.