El pueblo ecuatoriano ha sabido conjugar en las calles el verbo resistir como se conjuga el verbo empoderar; estas voces por momentos suenan como si fueran opuestas, ya que como las define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la palabra resistir es algo así como ser sumiso, “tolerar, aguantar, sufrir”, y la palabra empoderar denota hacerse fuerte el débil o un grupo social ninguneado; pero vale pena aclarar que no es volverse fuerte y poderoso en el sentido de ser como Donald Trump o George Soros -por solo mencionar un par de nombres-, sino en obtener el poder (legítimo, efectivo, justo, liberador), autoridad y adquirir presaberes y saberes (y no sólo conocimientos), además de atesorar experiencia para saber cómo, cuándo y por qué practicar la resistencia/empoderamiento contra las injusticias de todo tipo, máxime la injusticia social.
En ese orden de ideas cabe destacar la loable resistencia/empoderamiento del pueblo de Ecuador: no se dedicó a soportar de modo sumiso las insufribles medidas de Lenín Moreno ni mucho menos su paquetazo neoliberal.
El valiente pueblo ecuatoriano no se rinde; en el país continúa presentándose protestas en contra de Lenín Moreno. Las manifestantes (indígenas, estudiantes, trabajadores y transportistas) han marchado desde las cuatro esquinas del Ecuador con destino al Palacio de Gobierno Carondelet, en rechazo al tristemente famoso Paquetazo Neoliberal de Lenín Moreno.
Los manifestantes han dicho que el paro es indefinido. Por lo visto, eso significa que si Lenín Moreno no reversa su paquetazo neoliberal, las manifestaciones continúan y continuarán, aun cuando transportistas y Lenín Moreno se sienten a negociar el fin de la huelga.
Además, el transporte público en Quito está muy afectado, debido a las marchas de transportistas indignados.
Por otra parte, los huelguistas pueden comparar el desastre neoliberal de Lenín Moreno con el gobierno del expresidente del Ecuador Rafael Correa y sacar sus propias conclusiones, y desear por lo demás que se convoque a elecciones anticipadas para que se vaya rápido el traidor, como ellos mismos le llaman y le gritan a Lenín Moreno desde las calles adyacentes al Palacio de Gobierno Carondelet.
Lenín Moreno ha sido capaz de traicionar hasta su propio nombre. Debería de honrarlo y tomar como ejemplo a ese gran maestro de los trabajadores, de los pueblos oprimidos y de la humanidad entera, como lo fue el gigante Lenin, Vladimir Ilich Ulianov. Lenín Moreno corrió a aplicar a pies juntillas las órdenes neoliberales de los tecnócratas del Fondo Monetario Internacional.
Sería espléndido que Maluma, Miguel Bosé, Ricardo Montaner, Juanes… se dignaran a realizar un concierto en la frontera colombo-ecuatoriana en contra de la represión que Lenín Moreno ejerce sobre el pueblo indígena de Ecuador. Pero no. No se debe olvidar que hay individuos que son como perros que lamen la mano del amo yankee.