Por Maira Lizeth Mahecha Bustos
Que orgullosos nos sentimos desde latinoamerica celebrando cada año nuestras batallas ganadas a la corona española, pero España, hace 527 años no sólo conquistó America. También conquistó a cataluña (en ese entonces el reino de Aragón).
Los reyes católicos fue la denominación que recibió la imposición de una nueva cultura, una nueva lengua y sobre todo el inicio de años de represión y de lucha para el pueblo catalán.
El Reino de España durante siglos ha sido sido avaricioso y opresor. Con la fuerza bruta a conseguido ganar y también perder territorios en todos los rincones del mundo (no por nada le llamaban el Imperio donde nunca se pone el sol), pero cataluña (y el país Vasco) lo han tenido mucho más difícil.
Se debe decir que la lucha histórica del pueblo catalán no se limita a la lucha por la independencia, de hecho, muchos de los derechos de los que gozamos hoy día en el mundo se han pensado y exigido por primera vez en estas tierras, sin embargo, la independencia siempre ha sido y será un objetivo que parece inalcanzable.
Han sido muchos los momentos históricos en los que los catalanes han buscado la independencia. Todos han acabado en fusilamientos, exilios, acuerdos en donde otorgan algunos nuevos derechos a cataluña o como en el caso actual, cárcel para los líderes.
Lo que se vive hoy en cataluña es la suma de muchos intentos fallidos y muchas decisiones erradas por parte del gobierno español y también del gobierno catalán.
Después de muchos años de aparente calma y de luchas mudas por la independencia, en 2012 el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, presenta ante el parlamento de cataluña realizar una “consulta” en la que “el pueblo de Cataluña pueda determinar libre y democráticamente su futuro colectivo”. Después de muchas acciones políticas y de ser aprobado el decreto, el gobierno de Mariano Rajoy (presidente de España) presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional de España y el decreto es suspendido cautelarmente. Esto no limitó al pueblo catalán a realizar la consulta y el 9 de noviembre de 2014 se vota a las preguntas: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado? y en caso afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?”. El 41% del censo electoral salió a las calles (2.344.828 personas) y el 80% de los votos le dieron la victoria al Si-Si.
Esta consulta no trajo consigo la independencia, pero si inició el “proceso de desconexión democrática” en el que el parlamento de cataluña aprueba el decreto que daba un término de 18 meses para conseguir la separación total entre cataluña y España. Evidente el gobierno de España no tardó más que 2 días para derogar este decreto e iniciar una guerra política y social.
En 2016 es investido el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, que reiteró su compromiso por conseguir la independencia de cataluña en un año y medio, y dos meses después propuso celebrar un “referéndum de autodeterminación” el día 1 de Octubre de 2017. El decreto de referéndum fue aprobado y una vez más el gobierno de Mariano Rajoy presenta un recurso ante el Tribunal Constitucional y se suspede la ley. Por segunda vez, esta suspensión no detuvo la convocatoria y el pueblo catalán salió pacíficamente a votar.
El presidente del gobierno de España, Marino Rajoy aseguró que el referéndum no se iba a celebrar y que pondría todos los instrumentos del Estado para impedirlo. Efectivamente fue un 1 de octubre que dejó imágenes lamentables. Un pueblo que solo buscaba, por segunda vez, ser escuchado en las urnas, por el contrario fue golpeado y abarrotado y recibió toda la fuerza policial del que aún es su gobierno.
Dos días después de la vergonzosa jornada, el rey Felipe VI condenó a la Generalitat de cataluña como desleal y consideró inadmisible las actuaciones de los gobernantes. Esto causó que el 27 de Octubre del mismo año se destituyera a Carles Puigdemont de su cargo y la fiscalía iniciase un proceso para juzgar a todos los políticos implicados en dicho referéndum (Consellers y miembros de la mesa). Puigdemont, junto con 4 de sus consejeros se fueron a Bruselas evitando ser juzgados por el gobierno español. El resto de consejeros fueron a juicio y luego a prisión por “desobediencia, rebelión, sedición y malversación”.
Han pasado 2 años de estos trágicos hechos. Cataluña sigue siendo un pueblo fuerte y luchador que no se queda callado ante la tiranía española. Puigdemont sigue exiliado en Bruselas (la Unión Europea lo ha capturado 2 veces y dejado en libertad por no considerar la rebelión un delito punible en Europa). El día lunes 14 de Octubre se hace pública la sentencia contra los 9 consejeros que esperaban en prisión una condena. Para todos fueron penas de entre 10 y 13 años de cárcel junto con inhabilitaciones.
El pueblo catalán no se manifestó ayer por la independencia, sino por la arbitrariedad del gobierno Español, por la injusticia, por la falta de garantías, por algo tan básico dentro de un estado democrático como es poder votar el destino que quiere un pueblo y que sus líderes no sean castigados por ello.
Vista la historia de los pueblos, nunca se logra la independencia de un territorio de forma pacífica, a menos que haya voluntad política para ello, pero España nunca estará dispuesta a perder a su tierra mas productiva económicamente hablando y seguirá reprimiendo los intereses de los catalanes hasta que la comunidad internacional lo permita. Hoy cataluña está en manos de nadie, y le espera un futuro de manifestación incansable, pues es lo único que le queda. “Els carrers seran sempre nostres”.