En tiempos de Coronavirus poder contar con información verídica debe ser una responsabilidad de todos, el equipo de Al Carajo se suma a brindar para ustedes las investigaciones realizadas solo por los especialistas de la salud, quienes están muy comprometidos en hacer sus aportes y así, contribuir a superar la lucha que viven las sociedades en el mundo para prepararse y lograr erradicar la pandemia del Coronavirus.
Compartimos el artículo “Hallazgos médicos” por el dr Víctor de Currea-Lugo, médico, trabajador humanitario, analista, entre otras profesiones.
Invitamos a nuestros lectores a visitar su página web http://victordecurrealugo.com/
Coronavirus: hallazgos médicos
Como decía una médica española, no es cierto que no sepamos nada del virus. Ya circulan estudios serios sobre la experiencia china de manejo de la pandemia. Se están produciendo datos e informes científicos todos los días. Claro, también abundan mensajes en las redes sociales y especulaciones de todo tipo. Una primera conclusión: limitemos el debate técnico-científico y no a especulaciones irresponsables, de todo tipo de opinadores.
El agente que produce la enfermedad es un virus, que se comporta como una gripe teniendo como mayor complicación una neumonía. Es un virus que ataca el sistema respiratorio. Entra por la nariz o por la boca y hace camino hasta los pulmones. No se combate con antibióticos, puede mutar, produce unos síntomas y signos específicos que ya se han reportado, siendo los más comunes: fiebre (94%) y tos (79%), seguido por producción de esputo (23%) y fatiga.
El virus tiene una forma de transmisión y que es susceptible a ciertas condiciones ambientales. Un informe preliminar publicado en la revista The Lancet sugiere que el virus también podría afectar otros órganos, como el corazón, el hígado y los riñones.[1] Aunque no sirven los antibióticos, sirven los llamados geles antibacteriales pero por el contenido de alcohol, pues se ha mostrado que las sustancias con etanol (entre un 62 y un 71%) inactivan el virus. Hay algunas revisiones preliminares que reportan hallazgos del virus en las heces y, aunque esto no es concluyente, se recomienda mejorar la higiene en los baños.
Coronavirus no es el nombre del virus sino de su familia. Los coronavirus son una gran familia de virus comunes en muchas especies de animales, tales como camellos, vacas, gatos y murciélagos.[2] Otros coronavirus son responsables de los resfriados comunes. Ya había otros coronavirus, de lo que algunos se agarran para decir que se trata de que esa es la “prueba reina” de que todo se trata de una conspiración mediática. Se llama “coronavirus” porque su estructura presenta una forma de corona (la proteína S), que es precisamente la que le permite acoplarse con las células humanas (al receptor ACE2).
Es un virus de la misma familia que el SARS, llamado SARSCoV2, mientras la enfermedad se llama COVID19. Hasta el momento se cree que su frecuencia de mutación no es muy alta, lo que es positivo. Ya hay una prueba que permite detectarlo con cierta facilidad, lo que no es del todo posible con otras enfermedades. El problema es que esa prueba no es accesible en el mundo a todas las personas: “Corea del Sur, donde se reportaron los primeros casos en la misma fecha que en EE.UU, ha realizado las pruebas a más 210.000 personas y realizaban un promedio de 20.000 exámenes de coronavirus todos los días, una cantidad superior al total de muestras que ha analizado EE.UU. en más de un mes”. [3]
Se calcula que entre un 80 y un 85% de las personas infectadas (otras fuentes precisan el porcentaje en 81%), prácticamente no desarrollan síntomas. Eso quiere decir que hay muchas personas que lo tendrán, que lo transmitirán, pero que no andarán tosiendo. Que sobrevivirán sin saber que lo tuvieron. Pero hay un grupo de entre 15 y 20% que tendrá síntomas. De ese universo, se calcula que un 6% tendrá complicaciones, algunos necesitarán una cama en una Unidad de Cuidados Intensivos para sobrevivir y que aún así, hay un grupo que morirá.
La infección, en el peor de los escenarios, afectaría entre un 40 y un 70% de la población. Una ciudad de 8 millones de habitantes, tendría entonces como 5,6 millones de infectados. De estos, el 80% no tendría síntomas: 4.480.000. Pero un total de 1.120.000 personas tendría síntomas y un 5% (es decir: 280.000 personas) tendrían complicaciones graves. La mortalidad varía entre un 6,7 (en Milán) y un 0,8% (en Corea del Sur). Usando el dato de Corea, una ciudad de 8 millones tendría una mortalidad de 56.000. Pensemos que si Bogotá tiene solo 967 camas de cuidados intensivos para adultos y 498 para niños, el servicio de salud colapsaría. Pero dudo mucho que Bogotá llegue a los niveles de Corea del Sur, además nuestras camas de cuidados intensivos están usualmente ocupadas por encima del 90%. Como puede verse, cada caso aislado a tiempo ahorra muchas camas de cuidados intensivos necesarias para los más graves y para pacientes de otras enfermedades.
La conversión de enfermedad leve en grave, y de grave en mortal depende, entre otras cosas, de los factores de riesgo que tenga la persona. Una revisión de los casos fatales en China muestra lo siguiente: hay mayor mortalidad en pacientes con hipertensión, diabetes y enfermedad coronaria. La eliminación del virus entre sobrevivientes varió entre 0 y 20 días, con un máximo de 37.[4]
Primero, la humanidad sobrevivirá. Ni esto es el Apocalipsis, como anuncian algunos religiosos, ni el fin de los tiempos. Por eso es un acto irresponsable que un periódico contribuyera al pánico promoviendo el nombre de 5 películas sobre epidemias. Segundo, hay un concepto médico que se llama “factores de riesgo”. Las personas que desarrollan complicaciones y las que mueren no son al azar, sino que tienen unas condiciones que les hacen vulnerables. Claro, eso también depende de cómo la sociedad y de las autoridades enfrentan la crisis.
Por ejemplo, una población más vieja, como la italiana, tiene más muertos ante un mismo número de casos que la población china que es en promedio más joven. Algunos afirman, basados en fuentes disponibles, que “solo el 3% de los casos ocurre en menores de 20 años, y la mortalidad en menores de 40 años es solo del 0,2%.”[5]
Ahora, los reportes médicos indican que hasta un 90% de las transmisiones dependen de niños. Es curioso pero, los niños menores de 10 años solo desarrollan síntomas en el 0,9% de los casos, pero son más contaminantes que los mayores. En todo caso, eso no quiere decir que los niños sean inmunes. Juntar niños (que pueden estar sin síntomas) con ancianos es un factor de riesgo ¿cómo atender a esto en una sociedad donde muchos abuelos cuidan de sus nietos mientras los padres trabajan?
Los medicamentos inhibidores de ECA (Enzima Convertidora de Angiotensina), que son precisamente anti-hipertensivos, fueron calificados como un factor de riesgo. Pero posteriores análisis desmienten la postura inicial, así que no hay razón hasta ahora para suspender los tratamientos anti-hipertensivos.[6] Esto debe indicar, no una ola de pánico, sino un cuidado especial de nuestros viejos hipertensos.
Otro estudio muestra que las personas que reciben tratamiento anti-hipertensivo y las personas con diabetes son más vulnerables. En general, las condiciones nutricionales y las afectaciones del sistema de defensas (personas con VIH/Sida, cáncer, diabetes, inmunosuprimidos) son más vulnerables. La tasa de mortalidad en personas viejas es hasta del 14%. En Milán (Italia), la edad promedio de los fallecidos fue de 81 años.
Invito a que cada vez que alguien le diga algo sobre la enfermedad, conteste con la pregunta: ¿Cuál es la fuente de esa información y qué tan fiable es? Si solo lo dice un mensaje de WhatsApp simplemente sonría.
Ver segunda parte: Coronavirus: responsabilidades inmediatas
Ver tercera parte: Coronavirus: debates de fondo
[1] Hay una sección de publicaciones y análisis sobre el virus, en: https://www.thelancet.com/coronavirus
[2] Centers for Disease Control and Prevention (CDC): “Interim Guidance for Collection and Submission of Postmortem Specimens from Deceased Persons Under Investigation (PUI) for COVID-19, February 2020” disponible en: https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/hcp/guidance-postmortem-specimens.html
[3] “Coronavirus: por qué EE.UU. «está fracasando» en la forma en que combate el covid-19 y cómo deja en evidencia su sistema de salud” BBC, 12 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51840157
[4] Fei Zhou et al: “Clinical course and risk factors for mortality of adult inpatients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective cohort study” The Lancet, 9 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2930566-3
[5] “Coronavirus: 10 buenas noticias sobre la epidemia (como que ya hay 8 proyectos de vacuna)” BBC. Marzo 3 de 2020, disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-51721014
[6] European Society of Cardiology: “Position Statement of the ESC Council on Hypertension on ACE-Inhibitors and Angiotensin Receptor Blockers” 13 marzo de 2020. Disponible en: https://www.escardio.org/Councils/Council-on-Hypertension-(CHT)/News/position-statement-of-the-esc-council-on-hypertension-on-ace-inhibitors-and-ang