«Las personas bajo detención pierden su derecho a la libertad, pero no su derecho a la salud y a la vida» De Currea
COLOMBIA| Presos de las distintas cárceles de Colombia protestan ante posibles casos de coronavirus y hacinamiento en sus patios, así lo informó los reclusos de la Cárcel La Picota de Bogotá.
Son “cuatro casos confirmados de la pandemia del Covid-19, dos en las torres del Eron y dos en el penal”, informaron los reclusos mediante mensajes de voz.
Denuncian que por protestar, internos del patio dos y tres fueron golpeados, reprimidos con gases y granadas aturdidoras por los guardianes del Inpec.
En un vídeo se puede escuchar los gritos de los reos del patio cuarto de La Picota desperados pidiendo su libertad.
Mientras tanto, en la cárcel La Modelo de Bogotá, se registraron ráfagas de disparos y el sobrevuelo de un helicóptero.
En la cárcel el Buen Pastor las mujeres realizaron un cacerolazo exigiendo un mejor servicio de salud así lo informa mediante la red social twitter el diario SeminarioVoz.
Ante esta situación varios personajes de la vida política se manifestaron en sus redes sociales; uno de ellos, el senador Iván Cepeda, quien enfatizó de su advertencia hace semanas de tomar medidas especiales para las cárceles del país. Además hizo un llamado a la ministra de Justicia Alicia Arango por la situación de los presos.
El analista en conflictos Víctor de Currea, abrió un hilo de mensajes en la red social twitter explicando las revueltas en las cárceles, quien asegura que esto demanda su derecho a la salud y a la vida.
El partido político de las Farc, hizo un llamado a las autoridades para que eviten una tragedia en las cárceles de Colombia.
Desde hace tiempo, el sistema carcelario colombiano, está mandado a recoger. está plenamente demostrado que, la Policía nacional, ente al que le ha sido asignado el manejo y Dirección de las prisiones, no tiene ni la vocación y menos el sentido humanitario conque esta población debe ser tratada.
Si bien es cierto que se trata de hombre y mujeres que, en algún momento de sus vidas transgredieron la ley, no es menos verdad, que si llegaron hasta el lugar de reclusión, es por la ineficacia de la justicia en verificar las causas o motivos que llevarona aesa persona a traspasar los limites de lo permitido.
No pretendo con esto decir que se debe justificar el delito, de ninguna manera, sol que, muchos de los hoy recluidos, pueden haber sido en un momento dado, inimputables, o bien, haber actuado, dentro del margen legal que la ley otorga a todos los ciudadanos.
Sucede que en Colombia, las investigaciones y más aun los fallos, se emiten previa venia de quienes algún interés les asiste, máxime si se trata de favorecer al de arriba condenando al de abajo.
Para muestra, baste con mirar un solo caso, habiendo muchos más, tenemos en el Pais, a un narcoparamilitar, asesino, terrorista, corrupto, que desde hace mucho tiempo delinque, llegando al caso de acumular más de 300 investigaciones, tanto en la que se dice honorable corte, como en el congreso, donde se jacta de ser el que más proyectos de ley presenta en contra del pueblo y a favor de sus financistas, amigos, cómplices y secuaces, por respeto a mi promesa de no pronunciar su cochino nombre, le llamo uribestia. Para este criminal de lesa humanidad, ni siquiera, una moción de censura o un llamado de atención ha sido emitida, menos, una medida de aseguramiento, ni siquiera una resolución que resuelva su situación jurídica, siendo que, desde hace casi un año, rindió indagatoria, ante un «honorable» magistrado, pero, a pesar de que los términos judiciales para dictar esta medida son perentorios, para este criminal, estos términos son un caucho.
Al narcogobierno no le interesa la situación de esos semejantes asesinatos en esas mazmorras, que son los establecimientos carcelarios Colombianos, solo les interesa que en la calle no haya quien les reclame por un mal servicio de salud, y otros que el estado está obligado a suministrar a los ciudadanos. La mayoría de los presos Colombianos, iniciaron su vida de encarcelamiento, por reclamar un derecho fundamental, ya sea alimentación, vivienda digna, salud o educación. luego de allí, pasan a la reincidencia, con el INRI de una condena, que la mayoría de las veces fue injusta.
Es hora que el manejo de las cárceles de Colombia, pase a manos de civiles, de personas humanas, que sientan el dolor ajeno y miren cada uno de esos seres caídos en desgracia, aun semejante que requiere de todo el entendimiento posible, de la atención Médica, Psicológica y social necesaria para enfrentar el rechazo de una sociedad, falso moralista que solo propende por su propio bienestar y el de sus aduladores.