El petróleo es un campo de batalla. El crudo como causante del gran conflicto mundial.
Esta vez su detonante una pandemia global afecta las restricciones de su uso. El planeta en la entrada de entrada de una nueva recesión mundial. La última fue la recesión de 1928. Esta vez no ha aguantado por 8 años su nuevo ciclo. Las cosas se le aceleran al capitalismo.
Como un tema de salud esta vez mundial de inmediato apunta a la salud pública y de allí la geografía de la energía se paraliza.
La Geopolítica de los recursos ayuda a quebrar la economía global.
Un nuevo frente esta vez viene a fatigar el poco Pacífico transitar de los grandes cordones humanos. No hay garantías que en esta parte del planeta de América Latina y caribeño no se vean afectados por la enorme pandemia estacionada ahora en destacados países europeos y quien se empeñó de forma planificada ser los líderes del coronavirus; EE.UU.
Sin dudarlo este último hace de sus problemas un liderazgo y una vez más se proponer derrotar el gobierno venezolano.
En EE.UU. están los recursos clínicos y económicos para detener la pandemia al menos en su territorio, pero este escenario no les conviene es decir no lo desean. Todo porque en Norteamérica les gusta el mandato con crisis y esto garantiza el temor acá en esta región. No es casual que New York sea a esta hora el líder de la enfermedad ya que esta crisis está claro ayudará a tumbar militarmente al gobierno venezolano la estrategia está muy clara y el Bolivariano país debe tener mucho más cuidado en sus pasos y estrategias.
Por eso la confirmación del Consejo de Estado y anterior a esto la Federación Rusa asume desde el Kremlin las mínimas decisiones con el gobierno venezolano en cuanto a las transacciones petroleras.
Vamos a ver que hacen ahora si van a seguir las sanciones las cuales ahora involucrarán directamente los intereses de Rusia qu ju enes han visto esta región a partir de Venezuela como su nueva área de inversión.
El escenario político energético cambia aceleradamente con el transcurrir de los días.
No es el peor momento para el negocio del crudo y EE.UU. intenta que al paso de esta crisis Venezuela pueda activar a PDVSA y con ella de allí luego de suplir el mercado interno ir a su puesto de siempre tanto en la OPEP como su liderazgo en buena parte del mundo pues su sola presencia y propuestas modifica el mapa del consumo en importantes zonas consumidoras.
Por eso Trump se juega junto a su equipo ignorar su grave y delicada crisis interna y volcar su mirada hacia el sudamericano país.
La estrategia detener su emerger pues todo indica que el RECIENTE equipo que retoma su estatal petrolera desarrollará el nuevo futuro de su estatal petrolera la cual tendrá una nueva oportunidad.
Mienten quienes interna y externamente exponen que PDVSA no tiene un campo en este momento.
Y de donde saldrá el petróleo que requerirá el planeta mientras otras estatales tienen que anunciar su ruina tras esta profunda crisis, pero lo mismo no ocurrirá con la venezolana PDVSA pues a pesar de su crisis su infraestructura sigue siendo muy poderosa.
¿Qué necesita? Un liderazgo del cual la conformación de su nueva directiva está consciente y trabaja en ella.
El apoyo de Rusia se convierte en un problema que puede ser muy grande sino cambia de estrategia la Oficina Oval.
Seguir arriesgándose con el primer puesto del coronavirus teniendo todos los recursos clínicos es un riesgo que cuando se convenza de tomar medidas será muy grande.
Quedará tan golpeado que los veremos rogar ayuda médica de quien a hecho su enemigo: Cuba.
Y cava la fosa a las elecciones de noviembre 2020 en la cual no ganará nada que recuerde a Trump.