Habrá muchos que dirán, este titular es muy exagerado, no todos los que componen al Estado colombiano son narcos, ni paramilitares; solo hacen parte de alguna institución, en eso tienen razón, pero, quienes manda, negocian y crean estrategias nacionales e internacionales de gobierno y, por ende, de Estado, terminan imponiendo el ejercicio del narcoparaestado que al final los representan a todos.
El Estado narcoparamilitar, surge de los dineros producidos por los carteles del narcotráfico que han permeado la institucionalidad, mediante relaciones directas o soterradas con los poderes tradicionales, estableciendo así, redes con políticos (senadores, alcaldes concejales y presidentes) que terminaron crearon el brazo paraestatal, el paramilitarismo para defender los intereses de los latifundistas, empresarios, ganaderos, élites colombianas y promover la doctrina de los Estados Unidos, el anticomunismo.
El narco-estado se hizo visible con la llegada Pablo Escobar a la cámara de Representantes en Colombia en 1982, si el jefe del Cártel de Medellín, quién trabajó con narcotraficantes como Carlos Lehder, Jorge Luis Ochoa, Gonzalo Rodríguez Gacha, y fue apoyado por Ministro de Justicia Alberto Rafael Santofinio Botero del Gobierno Alfonso López Michelsen (1974), él mismo que aconsejó a Escobar de asesinar a Luís Carlos Galán candidato a la presidencia.
Pero el Patrón como le decían a Escobar, no trabajaba solo en el envío de la cocaína, él tenía quien le daba los permisos. “Ese muchacho bendito, con ayuda del subdirector César Villegas, nos concedió docenas de licencias, para las primeras y centenares, para los segundos. Sin pistas, ni aviones propios todavía estaríamos trayendo la pasta de coca en llantas desde Bolivia y nadando hasta Miami para llevarle la mercancía a los gringos. Gracias a él (refiriéndose al ex presidente Álvaro Uribe Vélez; ex director de la Aeronáutica Civil en 1980-1982 en Medellín.
Bajo el blindaje político e institucional los narcotraficantes, y ahora, paramilitares (para política) han llegado a ser presidentes, senadores, alcaldes, por decir algunos. Por ejemplo, al senador Uribe, se le conoce por haber creado y financiado junto con su hermano Santiago Uribe, el grupo paramilitar “Las Convivir”. Uribe tiene más de 300 casos de investigación por las autoridades en Colombia, entre ellos, dos masacres: La del Aro y la Granja, la compra de falsos testigos en el caso contra el senador Iván Cepeda, y, por si fuera poco, los ex máximos jefes paramilitares como Mancuso y Don Berna quienes están presos, uno en Estados Unidos, el otro en el país, aseguran haber ayudado a Uribe para que fuera presidente. Declaraciones que no le han servido a la Corte Suprema de Justicia para la captura de este político, pese a las nuevas acusaciones de perfilamientos a opositores políticos, periodistas.
En el 2004 bajo la presidencia de Álvaro Uribe férreo enemigo de las guerrillas, abrió con beneplácito las puertas del Congreso a Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y Ernesto Báez para legitimar sus crímenes e ideología antisubversiva. Hombres conocidos por haber cometido más de 2500 asesinatos, desapariciones, en las que masacraron con ayuda de militares a familias, degollaron niños, secuestraron, violaron a mujeres, entre otros crímenes.
Colombia el país donde meten presos a quienes denuncian la corrupción y protegen a los corruptos.
Pese a los más de 40 años del ciclo del narcoparaestado, éste sigue vigente, hoy conocido como “Ñeñe-Política” investigación que destapó el uso de dineros del narcotráfico en compra de votos y financiación ilícita en la campaña presidencial de Iván Duque, y que hoy tienen el en vilo de la muerte a los periodistas Gonzalo Guillén, Julián Martínez y Diana López Zuleta. Colombia el país donde meten presos a quienes denuncian la corrupción y protegen a los corruptos.
[…no es solo el financiamiento de la campaña con dinero del narcotráfico, sino que deja visiblemente la duda de la legitimidad del mandato de Iván Duque, el cual, hace pensar que el verdadero presidente de Colombia es el actual senador Gustavo Petro…]
Pero, no es solo el financiamiento de la campaña con dinero del narcotráfico, sino que deja visiblemente la duda de la legitimidad del mandato de Iván Duque, el cual, hace pensar que el verdadero presidente de Colombia es el actual senador Gustavo Petro, quien represento al partido de la Colombia Humana. Esta acción de narcotráfico y fraude electoral, hace recordar la estafa ejecutada por Misael Pastrana en las elecciones presidenciales ante el General Gustavo Rojas Pinilla en 1970, hizo que surgiera la organización guerrillera, Movimiento 19 de abril.
Entonces, ¿Cómo van hacer las guerrillas colombianas para confiar en negociar la paz con un Estado descaradamente narcoparamilitar? cuando la institucionalidad y la justicia colombiana está secuestrada por los narcotraficantes y el paramilitarismo. ¿Con qué moral un Estado le pide a un grupo insurgente dejar las prácticas de resistencia, su ideología, la lucha armada, y hasta la práctica del narcotráfico, si su estructura en gran parte está permeada por la mafia, los paramilitares, la corrupción?. Es como si un padre que consume drogas le prohíbe a su hijo el consumo de cocaína; es decir, para hablar de paz, hay que ir más allá de señalar al otro, y hacer cambios estructurales importantes entre las partes negociadoras.
Circulo vicioso de la paz, sin paz
94 años de la institucionalidad de las fuerzas oficiales para estatales que masacran y criminalizan a los campesinos obreros que piden a las élites mejores condiciones de vida. Así se recuerda la masacre cometida a los obreros bajo el gobierno del presidente Abadí Méndez (1926-1930) y su ministro Carlos Cortés Vargas.
Los gobiernos criminales que viven del negocio de la paz, logran movilizar a las poblaciones más vulnerables victimas del horror de la guerra y el hambre; si, esos hombres y mujeres que anhelan un Acuerdo de Paz donde por fin llegue, la reparticipación equitativa de la tierra y la modernización del agro para que las riquezas se distribuyan de forma justa; éste, el punto neurálgico que los terratenientes, empresarios y la élite colombiana, no está dispuesta a ceder.
El más reciente Acuerdo de Paz firmado el 24 de noviembre de 2016, entre el expresidente Juan Manuel Santos y el ex jefe de las Farc- ep, Rodrigo Londoño cumplió con el circulo vicioso de la paz, promovido por los gobiernos anticomunistas que solo buscan: el desarme de las guerrillas, desmovilización y sometimiento; reelección presidencial; el reformismo constitucional; dar de baja a varios cuadros guerrilleros y criminalizar a las personas que promueven transformaciones reales que conduzcan a una paz con equidad social; son las mismas solicitudes del gobierno de Iván Duque a la organización guerrillera del Ejército de Liberación Nacional retenidos en Cuba, país garante de las rotas conversaciones de Diálogos de Paz finalizadas en enero 2019.
Si revisamos el circulo vicioso de la paz, sin paz, están los siguientes ejemplos, la negociación de paz de 1953; el pacto de élite con el Frente Nacional en 1960; el diálogo de paz y negociación con Belisario Betancourt (1982-1986).
Uno de ellos, y el más sustancial bajo el gobierno de Virgilio Barco entre el M19 en 1990, fue la creación de la Constitución política de 1991. Pero, ¿cómo hablar de paz y construir un basamento legal que los represente a todos, si solo participan unos pocos? Reflejo de esa realidad, es que, se sigue trabajando por dialogar con todos los actores armados y sociales para buscar una salida política al conflicto.
Buscar la paz con gobiernos anticomunistas es dispararse directo a la cien, y no es que sea pesimista, pues siempre se ha dado el beneficio de la buena fe, así lo demuestra los intentos de los guerrilleros al negociar la paz, pero los gobiernos como el de Rojas Pinilla en 1953-1957 con su lema la “Paz, Justicia y Libertad” buscaba la desmovilización y el sometimiento de los rebeldes
En el caso de Belisario Betancourt en 1984, inició un proceso de paz que no prospero por los enemigos dentro y fuera del Gobierno que no estuvieron dispuestos en realizar cambios importantes en el Acuerdo de Paz.
Con César Gaviria (1990-1994) alcanzó un acuerdo con el M-19, EPL, Quintín Lame y PRT “donde depusieron las armas y se desmovilizaron.
El gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), utilizó ese tiempo de conversaciones con la extinta guerrilla de las Farc-ep para crear el Plan Colombia, y fortalecer militarmente a la Fuerza Pública con el apoyo de la CIA, pues, no le interesaba la firmar la paz.
Ya con el Plan Colombia, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), hombre conocido por crear y financiar la narcoparapolitica en este país, quien promovió la Seguridad Democrática, según él, para recuperar a Colombia de la guerrilla, para ello, mediáticamente impuso la matriz de opinión, de que los farianos no tenían capacidad militar, ni pie de fuerza, deslegitimó su lucha campesina reduciéndolos a bandas criminales del narcotráfico, y creo la polarización más importante de la historia.
Uribe con el poder que la mafia, el paramilitarismo y la política ha puesto candidatos a la presidencia: Juan Manuel Santos e Iván Duque.
Dentro de esa estrategia anticomunista han sido asesinados los Comandantes guerrilleros, aunque hayan firmado un Acuerdo de Paz, la finalidad es debilitar las bases populares y la guerrillerada activa. Como le pasó a Guadalupe Salcedo, Dumar Aljure y Hermógenes Vargas. Luís Carlos Pizarro. Además de asesinar, a organización entera como la Unión Patriótica, líderes estudiantiles, sociales y defensores de Derechos humanos.
Lo mismo hizo, el hoy premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos, como ministro de Defensa de Uribe, ordenó (2008) la violación de soberanía de Ecuador al bombardear un campamento donde murió Raúl Reyes integrante del Secretariado de las Farc-ep, y varios estudiantes universitarios, que se encontraban realizando investigaciones sobre la paz de este país.
Ya la estrategia de eliminar al oponente tenía otros elementos más importantes: mostrar el poderío militar, dar resultados e ir eliminando a grandes fundadores de la ideología fariana hasta llegar al jefe guerrillero que les garantizara el triunfo del empresariado, los latifundistas y la élite mediante un Acuerdo de Paz, que tampoco cumplirían, como efectivamente está pasando.
El gobierno y la élite colombiana no dudaron en asesinaron a varios comandantes como, el Negro Acacio, Martín Caballero, El mono jojoy, entre ellos, Alfonso cano, un hombre de profunda ideología para negociar la paz, quién decía “ante una negociación de paz, lo último que se entrega son las armas, hasta que el Estado vaya cumpliendo, como lo haremos nosotros” A Cano, el gobierno colombiano pudo haberlo capturado, pero no les intereso, como tampoco les intereso capturar al Delegado de Paz del ELN Alejandro Montoya. Entonces, ¿Cuál es la voluntad de paz de la que tanto se jactan decir tener en los medios nacionales e internacionales?
La institucionalidad de la política del exterminio del opositor se hace evidente no solo con las masacres realizadas en el gobierno de Duque, sino con la omisión y el desinterés de conocer cómo están organizados los grupos guerrilleros, así lo dejó ver la Canciller Claudia Blum, quién no distingue entre una Dirección Nacional, a un Comando Central.
En nombre de la paz, de la lucha contra el narcotráfico, las guerrillas y el anticomunismo en Latinoamérica, los Estados Unidos activo desde su patio trasero, Colombia, un trabajo militar geoestratégico para hacer “trizas el Acuerdo de Paz”, asesinar a las guerrillas activas e intervenir militarmente de la República Bolivariana de Venezuela con la llegada de los 800 militares, que solo buscan robar descaradamente sus riquezas mineras, marítimas, y de pasó, cobrarse la relación de comercio establecidas por países soberanos como lo son Venezuela e Irán.
Referencias
https://www.radionacional.co/linea-tiempo-paz/pablo-escobar-llega-a-camara-representantes