“En varios momentos se da cuenta como el Estado siempre ha tenido una concepción militar del control territorial” Leo Raymond
Colombia un país con múltiples riquezas, pero lleno de conflictos sociales y armados por décadas; conflictos que hicieron fijar el interés del artista colombiano Marcos Ávila Forero y el geógrafo francés Leo Raymond de emprender el trabajo social y político con las comunidades campesinas. De allí, surgió la idea de visibilizar esa realidad mediante la serie documental “La luz de las balas, la oscuridad del olvido”
La serie documental trata del papel de las organizaciones sociales en la construcción de la paz en Colombia. A raíz de esto, desarrollamos varias temáticas (causas del conflicto, desarrollo de grupos armados, propuestas, herramientas y soluciones al conflicto por parte de las organizaciones sociales).
Leo Raymond llegó a Colombia para conocer lo que, según él, nunca hubiera podido aprender en los anfiteatros de las universidades francesas. Es así como confiesa que, su primera formación política la recibió por las comunidades campesinas de los departamentos del Huila y Caquetá.
“La ausencia del Estado pone en debate la concepción misma del Estado y del poder que tiene cada individuo.” Leo Raymond
Además, le impactó de ver “la capacidad de organización de las comunidades. No crean solamente formas de resistencia, sino también de resiliencia, es decir, que tienen esta capacidad de amortiguar a los choques, al dolor, a la muerte, a la exclusión, al odio y a ser propositivos para cambiar las realidades y construir una sociedad y un país en paz. Es algo que es muy impactante para un europeo que creció en una sociedad capitalista y que llega estas regiones y descubre unas comunidades que trabajan juntas para salir adelante, que prestan brazos, etc. Además, la ausencia del Estado pone en debate la concepción misma del Estado y del poder que tiene cada individuo.”
Entonces, ¿La guerra, el desarrollo actual de Colombia es culpa de las guerrillas o Estado?
Este tema de quien empezó primero es delicado y obliga a un posicionamiento político porque no hay una verdad sino hay verdades. Normalmente es el trabajo del CNMH de escribir unas verdades, pero también el de mecanismos como la Comisión de la Verdad y la JEP. Sin embargo, sabemos que, por razones políticas, la situación de trabajo de estas instituciones es extremadamente difícil. Y por esto también hay que apoyarlas, desde todos los lugares tanto la academia, como la ciudadanía y lo internacional.
“En varios momentos se da cuenta como el Estado siempre ha tenido una concepción militar del control territorial”
Por nuestro lado, con nuestros trabajos de campo, nos forjamos una idea al respecto. Y si uno mira la historia agraria y rural de Colombia digamos que sobresale unos mecanismos de exclusión por parte del Estado: político, económico, social. Cuando uno hace un trabajo de historia, de memoria sobre las organizaciones sociales y que a través de la cartografía sobrepone áreas de presencia de organizaciones sociales y afectaciones, represión, etc., en varios momentos se da cuenta como el Estado siempre ha tenido una concepción militar del control territorial.
Y los acuerdos de paz validan esta teoría porque vimos que el Estado no tiene la capacidad o la voluntad de llegar y atender a estas comunidades y territorios marginalizados. Entonces o sigue ausento lo que permite a unos grupos, interés privados, legales o ilegales acapararse del territorio; o está presente pero no con una visión social.
En este trabajo universitario y artístico que realizan, ¿Cuál es la visión de la Colombia que hoy tenemos? Pensamos que si se logra unos avances en termino de democracia, dándole más poder a los territorios, con un acompañamiento de las instituciones, sería favorable para poder construir un país en paz.
“Ya el Estado y unos poderes dominantes no tienen esta excusa para explicar los asesinatos de líderes y la pobreza en la cual viven unos territorios y comunidades” Raymond
Creemos que gran parte de la ciudadanía entendió que el conflicto no era solamente el conflicto armado, sino que este conflicto, aunque nace de los conflictos sociales, raciales, económicos y políticos los ha tapado hasta ahora. Pero con el acuerdo de paz de 2016, ya el Estado y unos poderes dominantes no tienen esta excusa para explicar los asesinatos de líderes y la pobreza en la cual viven unos territorios y comunidades.
Entonces, pensamos que es lo que se está jugando en este momento es importantísimo porque estamos delante de dos caminos. El por el cual llegamos: un modelo violento, de exclusión, odio y muerte entre hermanos y hermanas; y otro, un modelo de la vida, con justicia social, con políticas al servicio del común.