Autoridades indígenas solicitan el retiro del Ejército de la zona.
El nuevo y aberrante caso de violación sexual a una niña indígena de 12 años por 7 militares del Ejército de Colombia, denunciado por las autoridades indígenas y habitantes del departamento de Risaralda revela la errática política en doctrina militar promovida por el Estado colombiano y los Estados Unidos.
No es la primera vez que las comunidades, madres y padres denuncian una violación sexual a manos de militares en Colombia. Hoy, la víctima fue una niña embera, perteneciente a un resguardo localizado al occidente de Risaralda.
La niña había desaparecido el día domingo 21 de junio de 2020, y fue encontrada posteriormente en el establecimiento educativo Pio XXII Agroambiental de Santa Cecilia, en un lamentable estado de salud, así lo referenció el gobernador del Resguardo Unificado de Pueblo Rico, Juan Guillermo Arenas Nacavera.
El monstruoso caso, fue cometido por un grupo de siete militares, adscritos al Batallón San Mateo de Pereira, en predios de la comunidad indígena Menduará del Resguardo Gito Dokabú del municipio de Pueblo Rico en Risaralda, límites con el departamento del Chocó.
Las autoridades indígenas están solicitando que los siete militares, quienes aceptaron haber cometido el delito, sean entregados a la organización indígena para aplicarles la ley que a ellos los rige, y que el batallón San Mateo salga de la zona.
Aunque el Ejército mediante un comunicado se comprometió a investigar el caso de la violación de la niña embera, no garantiza a que los hombres de esta institución sigan violando a las niñas de Colombia.