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Cuatro repúblicas después de un florero

PorGene Usuga

Jul 20, 2020

El 20 de julio de 1810 un bendito florero desató la lucha por la independencia de Colombia de la corona española.

Un grupo de libertadores, masones, comenzaron la gesta libertadora, y aunque pensaron que lo habían logrado, lo cierto es que hasta el día de hoy seguimos viviendo en la esclavitud, sin dignidad y sin tierras.

Somos colombianos, somos “Patriotas” sin raciocinio, somos luchadores de causas equivocadas, aplaudimos libertadores que no liberan y vivimos esclavos de un régimen que alega que somos libres.

En 1810 se dio paso a lo que yo llamo la primera república, una que, aunque solo fue ilusión, logro vender una gesta demócrata, pero sin libertad, o una libertad falsa. Los encargados, los que ustedes han podido leer en los libros de historia, en esa historia que hoy la mayoría desconocemos, una historia que habla de generales que atravesaban el continente a caballo, pero que al final eran también hijos de españoles, señores ricos, terratenientes españoles sublevados ante el rey, que vendieron a los indígenas y mestizos la consigna de libertad pero que en realidad sólo querían cambiarles de opresor.

Entre 250 y 400 mil muertos quedaron producto de esa carrera de libertad, libertad según libros de escritores europeos financiada por Francia quienes buscaban debilitar a España que para la época y a causa del poder que le concedía el continente americano eran potencia mundial. Verdad o no, lo único cierto es que a diferencia de lo que piensa el actual presidente (ilegítimo) los Estados Unidos no participaron ni financiaron tal gesta de libertad, aunque haya sido un presidente norteamericano de la época quien graduó como masón a uno de los generales del gran ejército libertador.

El inicio de la primera república logro un efecto contrario a lo prometido, una gran división se dio paso, dejamos de ser hermanos entre indígenas y mestizos y pasamos a tener fronteras, colores de banderas diferentes, creamos ejércitos para defendernos de aquellos compañeros de batalla con quienes habíamos logrado nuestra independencia, luchamos por la libertad y ahora en lugar de un gran continente, sólo poseemos un pedazo muy pequeño de él y una guerra interna que duraría hasta hoy.

¿Cuántos son los muertos que hemos ofrendado durante estos 210 años? Ni siquiera sabemos cuántos, perdidos en la historia quedaron los esfuerzos y nombres de millones de compatriotas que han dado su vida por una nueva república.

La Segunda República nació en 1991 después de los acuerdos de paz con el M19 y la creación de una nueva constitución política que dio derechos fundamentales a cada ciudadano, una nueva carta que tenía en cuenta los pasos necesarios para que el pueblo encontrará su dignidad, pero lo que no aseguraron los redactores de esta “nueva constitución” es que quienes tendrían en sus manos la obligación de cumplirle al pueblo las nuevas disposiciones eran los herederos de aquellos que casi 200 años atrás habían entregado una libertad a medias que solo cobijaba a los hijos del tirano del que supuestamente se habían independizado. Así las cosas esta constitución fue modificada por los herederos de los creadores de la primera república en diferentes oportunidades generando de nuevo el caos y obligando a indígenas y mestizos a seguir en la indignidad y aunque ustedes crean que no es así, pregunten en la élite bogotana de donde pertenecen la mayoría de presidentes y políticos de Colombia, ¿Por qué ellos siguen hablando de castas españolas al igual que algunas familias costeñas que lloraron amargamente al ver los últimos barcos salir desde Cartagena, y que hoy practican la democracia racista y se casan entre ellos mismos para no mezclar sus sangres rojas españolas con la también sangre roja pero indígena de los verdaderos dueños de estas tierras?.

Cada 20 de julio salimos a las calles de las principales ciudades del país a entregar aplausos al desfile militar que muestra el potencial armamentístico que posee nuestra tercera república, sí, porque aunque no lo crean estamos hoy ante la tercera independencia, una batalla que se viene librando desde los años 70’s cuando los primeros grupos de autodefensas aparecieron en el país y que en algunas oportunidades fueron apoyados por miembros del MOIR, sí, el mismo grupo político de un senador de izquierda apoyó 40 años atrás la creación de los primeros grupos paramilitares de nuestro país y desde allí una guerra permanente se mantiene por independizar a la “gran casta” vigente desde 1810 de los indígenas y mestizos que reclaman derechos y libertades creados en la segunda república, fueron los encargados de ejecutar la constitución política que dio nacimiento a la segunda república abolida casi que de inmediato, porque de aquel logro de 1991 solo queda la ilusión que se generó en los ciudadanos que imaginaron un país que como los europeos cuidan de sus ciudadanos entregando dignidad y respeto, libertad y oportunidades.

Esos mismos militares a los que aplauden cada 20 de julio, son en muchos casos los mismos que asesinaron a más de 10 mil jóvenes para hacerlos pasar por guerrilleros a cambio de un permiso de 15 días, también son en muchos casos los que se aliaron con paramilitares y cuidaron a narcotraficantes, son en algunos casos los mismos que han violado a niñas y mujeres a lo largo y ancho del territorio nacional, por eso ellos, junto a paramilitares narcotraficantes y políticos corruptos, son los fundadores de una tercera república que no respeta la dignidad humana, donde los derechos humanos los impone el fusil que dispara una bala en la cabeza del líder social o indígena, la motosierra que lo descuartiza o la pala que cava el hueco donde será ocultado.

La tercera república es la de la indignidad, una que nadie imaginó en 1810, una que secuestró los derechos y convirtió la vida del humilde y el desprotegido en un negocio. La tercera república es la corrompida, la asesina, la exportadora de cocaína, pero lo peor, es que la tercera república es la que aplaude al opresor y se quiere liberar de quien le ofrece libertad. La tercera república es la que aplaude el asesinato del líder social bajo el argumento que todo el que esté contra la dictadura es guerrillero y merece morir. La tercera república es aquella donde los terratenientes son de derecha y los peones también, el patrón es el ejemplo a seguir, todos quieren camioneta blindada y pistola en el cinto, nadie quiere saber de derechos, por que ser defensor de los derechos humanos es de guerrilleros. En la tercera república los hijos de algunos ya no se preparan para el saber, más bien para heredar los negocios criminales de sus padres que ahora como es el futuro son administrados como grandes empresas al mismo tiempo que son tomados como ejemplo para escribirles libros y hacer grandes series de televisión, porque, aunque no parezca, la historia del criminal paga más que aquella del líder social que abandonó el país luego de que su familia fuera asesinada.

Disponemos hoy de una historia de vida republicana que puede contarse desde diferentes ópticas, hemos sido parte fundamental en el desarrollo de lo que tenemos como nación, hemos sido responsables directos de los diferentes procesos vividos desde 1810 y antes, pero también seremos responsables de la historia que leerán nuestras descendencias en 20 o 100 años, ellos vivirán en el país que nuestras luchas les hereden, ellos podrán calificar si nuestros esfuerzos fueron suficientes o no.

La cuarta república es un sueño, es nuestra responsabilidad, la cuarta república deberá quitarle el poder a los paramilitares, narcotraficantes y políticos corruptos, la cuarta república tendrá la responsabilidad de ofrecer dignidad a nuestros indígenas y mestizos, la cuarta república está cerca, nuestros dedos casi que la pueden acariciar, para ello es necesario desmontar los fusiles de quienes le apuntan al pueblo y al igual que en 1810 tomar medidas severas contra aquellos que se apoderan del erario impidiendo a toda costa el progreso. La cuarta república sólo llegará cuando el indígena y el mestizo den por entendido que esta tierra les pertenece, que las castas y clanes familiares son los responsables del país sin derechos en el que ahora vivimos.

La cuarta república saldrá de la revolución ciudadana, la cuarta república llegará si entre todos le abrimos las puertas.

#LasCuatroRepublicas

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