La crisis pandémica ha puesto a cada quien en su sitio. Al politiquero lo ha ratificado como politiquero, corrupto, clientelista, aprovechado ante cualquier circunstancia por triste y grave que esta sea. Y al político alternativo, honesto y preocupado por la ciudadanía que lo eligió, también le otorga su reconocimiento. Este es el caso de Virna Johnson y Carlos Caicedo, alcaldesa de Santa Marta y gobernador del Magdalena respectivamente.
Caicedo es uno de los políticos regionales de mejor desempeño durante su mandato y que ha enfrentado exitosamente (dentro de lo posible) la crisis por la pandemia. Así es: Sus obligaciones en cubrir las necesidades alimentarias de los Magdalenenses con mercados dignos fueron ejemplo para todo el país. Rápidas, eficientes y sin explotar protagonismos, fueron las jornadas de entrega de los víveres.
Caicedo, un abogado surgido de la academia y sus campus universitarios donde fue un catedrático y rector destacado, pasó de ésta a la alcaldía de Santa Marta tras una votación apabullante. Igual sucedió en la recolección de firmas para su precandidatura presidencial, sobrepasando de lejos a políticos tradicionales como Alejandro Ordoñez. Para su gobernación, y sin maquinarias, derrotó al poderoso Clan Cotes, que tenían el apoyo de los igualmente poderosos políticos tradicionales. Sin duda, Caicedo tiene fuerza y gran acogida, y eso asusta a un establecimiento acostumbrado a ver con complacencia a elementos que no le representan amenaza.
Y no hay algo más peligroso que una fiera cuando se siente amenazada:
Desde el comienzo de su administración ha venido siendo blanco de todo tipo de ataques, de fake news que cuelgan en portales y que se propagan como otra pandemia, de demandas sin sólido sustento jurídico, de amenazas de grupos armados; en fin, de todo tipo de artimañas para sabotear su carrera pública que ya promete saltar al plano nacional con amplio recibimiento.
Hace pocos meses, al inicio de la pandemia Covid-19, Caicedo y su equipo de trabajo sintieron los duros embates de esos clanes regionales, unidos en gavilla con la mayor fuerza politiquera del país: El uribismo. El superintendente de salud Fabio Aristizábal, un conocido militante del Centro Democrático, a través de Luis Oscar Gálvez, ficha de Honorio Enríquez, otro ferviente uribista, intervinieron el hospital Julio Méndez de Santa Marta; cosa que no habían hecho en casi una década de malas administraciones y cuando realmente se requería, dadas las paupérrimas condiciones en que se hallaba el centro de salud emblema de los Samarios. ¿Por qué en esta administración departamental, con Caicedo a la cabeza, sí lo hacen?. Como lo han denunciado varios sectores alternativos, la intervención no tiene otro sentido que un ataque a su gestión en tiempos donde lo último que debería pensarse es en afectar el servicio de salud. Pero como se sabe, al establecimiento no le interesa la salud de la ciudadanía sino la toma de trincheras de poder burocrático para luego convertirlas en maquinarias electorales dirigidas a alcanzar sus cuotas en el poder político. Esa es la simple y perniciosa visión que esos potentados brindan sobre la salud de los colombianos: Negocios y más negocios a costa de la miseria pública. Así sucede con todos los derechos básicos.
El interventor Gálvez también está investigado por serias irregularidades en un proceso similar en el hospital de Villavicencio; entre estas, estarían la modificación del estatuto interno de contratación del hospital, la eliminación de requisitos de transparencia y evidentes deterioros en su infraestructura.
Caicedo mostró reparos por esta situación ante la prensa, y solicitó públicamente una estricta veeduría ciudadana del proceso en curso. 23 congresistas de la bancada alternativa respaldaron al gobernador, a sus funcionarios de gobierno y a su proyecto político regional.
Hace tres semanas se supo de una reunión de una veintena larga de alcaldes opositores a Caicedo, conocida como “El Pacto de Ciénaga”. Los objetivos de la cumbre versan sobre cristalizar una estrategia para que los recursos asignados a la gobernación sean destinados directamente a estos venales burgomaestres. Uno de ellos es precisamente los más de 320 mil millones por concepto de regalías y gastos de inversión destinados a esos municipios. Esto constituye una clara violación a los artículos 297 y 298 de la carta magna. Se sabe también que en esa treta están involucrados el cuestionado senador Pulgar (investigado por presuntos sobornos), Honorio Enríquez, Fabian Castillo, Kelyn Gonzales, Hernando Guida y Carlos Mario Farelo, todos de la misma estofa politiquera.
Los Cotes, sancionados y suspendidos por la Procuraduría por el megaproyecto inconcluso “Vía de la prosperidad”, investigados por múltiples presuntos delitos; los Char, igualmente investigados; los Gnecco, investigados por presunta alianza con el paramilitarismo y corrupción; Uribe, imputado e investigado en casi 300 procesos; Vargas Lleras, investigado; y toda la clase politiquera regional y nacional está asustada con Caicedo y Virnia.
Y no son nuevos sus métodos. Son huellas inconfundibles de su caminando: Cuando no logran imponerse a punta de compra de votos, de fraudes en la registraduría, de exacerbar miedos infundados entre la población y otros tipo de mañas, activan la táctica ofensiva para sabotear el ejercicio administrativo. Lo hacen desde todos los frentes, el principal es el Estado, por medio de sus instituciones, en este caso la DNP, en cabeza de Luis Alberto Rodríguez, nombrado por Duque el año pasado.
Pese a las viejas jugarretas y entramados con los que se pretende eliminar un proyecto como el de Magdalena Renace, bajo el timón de Caicedo, el pueblo le demuestra su afecto y apoyo. Casi el 80% de encuestados a nivel nacional, avalaron su gestión frente a la pandemia, como lo demuestra esta encuesta de la firma Polimétrica de abril del presente año:
Caicedo también fue elegido por la población como el mandatario con la mejor capacidad entre los 32 gobernadores a nivel nacional.
En la más reciente encuesta de finales de octubre de 2020, Caicedo sigue entre los mandatarios con mejor desempeño, según la encuestadora Cifras & Conceptos. De igual forma, su aliada política Virna Johnson, una administradora de empresas, proveniente también de la academia, se posicionó como una de las mejores alcaldesas en el plano nacional. Johnson hizo parte de los Juegos Bolivarianos 2017 como directora, así como de la modernización del servicio público de transporte como gerente del SETP.
Fuente: El Tiempo.
El gobernador del Magdalena y la alcaldesa de Santa Marta siguen demostrando que mejores tiempos se vislumbran en el horizonte regional, que sin duda abren paso a la democratización del poder político y económico a esferas nacionales, poder que otrora reposaba exclusivamente en manos de vigorosos y corruptos clanes que lo heredaban de generación en generación dejando una larga estela de empobrecimiento de las mayorías. Pese a los constantes ataques de aquellos que no superan el haber perdido en las contiendas electorales, el respaldo popular al actual líder del «Magdalena Renace» es fuerte y sostenido, de igual manera para la alcaldesa de la llamada “Perla de América”. Caicedo y Virna, dos líderes renovadores y comprometidos.
Fuentes: