Por: Ollantay Itzamná
David Choquehuanca, aymara, Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, en el día de su juramentación, sorprendió con un potente discurso diferente que desafía a la modernidad con argumentos desde el horizonte del Buen Vivir. El mensaje impacta en un mundo post pandémico donde los mitos de desarrollo y la razón moderna están de capas caídas.
Si bien la “retórica” del Buen Vivir ya estuvo presente en el relato oficial del Movimiento Al Socialismo (MAS), durante el gobierno de Evo Morales, sin embargo, con el transcurrir del tiempo, el Buen Vivir, fue cediendo terreno en el discurso oficial en la medida que la ideología desarrollista de la izquierda clasemediera se fue imponiendo en el MAS. Al grado que la “consigna” del Buen Vivir era asumido como un slogan más para edulcorar la propuesta del “capitalismo andino amazónico”.
Choquehuanca, como uno de los fundadores/ideólogos del MAS-IPSP, ahora como Vicepresidente, comienza a argumentar públicamente la propuesta del Buen Vivir como el horizonte filosófico que deberá guiar al nuevo gobierno y a los pueblos de Bolivia en la post pandemia y post gobierno de facto.
Luego de escuchar/leer el mensaje del Vicepresidente Choquehuanca, estas son las ideas que resuenan en el tímpano, y en el corazón sentipensante. Trastocan los elementos constitutivos de la civilización moderna.
Buen Vivir implica una identidad Tierra. “(…) somos sinchi, somos rumi, somos jenecherú, fuego que nuca se apaga, somos de Samaipata, somos jaguar, somos katari, somos ainos, somos mauríes, (…)”, afirma Choquehuanca.
Y, efectivamente, somos parte y somos todo de la Madre Tierra. No somos una identidad diferente o superior a la Tierra (filosofía kantiana). Somos Tierra que piensa, Tierra que siente, Tierra que sufre. Somos Tierra. Todos los integrantes de la comunidad cósmica llevamos los mismos elementos químicos organizados de manera diferente.
Buen Vivir centrado en el bienestar de la comunidad cósmica. “Estamos en tiempos de volver a ser jiwasa, no soy yo, somos nosotros. Jiwasa es la muerte del egocentrismo (…)”, reitera el Vicepresidente.
La modernidad está constituida sobre la premisa del individuo desarticulado como centro y fin de la realidad, en competencia con los otros. Ante ese individualismo suicida se plantea el Buen Vivir centrado en la comunidad (jiwasa en aymara). Del bienestar de la comunidad depende el bienestar del individuo articulado. A diferencia de la modernidad (donde el bienestar individual es su finalidad), en el Buen Vivir la comunidad cósmica en equilibrio será el bien mayor.
Buen Vivir exige superar el antropocentrismo. “(…) jiwasa es la muerte del antropocentrismo y es la muerte del eurocentrismo”, continúa David Choquehuanca. La idea de la comunidad no se refiere a la idea de sociedad (suma de voluntades individuales) que plantea la modernidad. La comunidad, el ayllu, está referido a la comunidad cósmica. Una comunidad conformada por todos los y las integrantes del cosmos y el pluriverso. Aquí desaparece la hegemonía del sujeto moderno (individuo humano dotado de libertad, voluntad y razón) y surge el sujeto Tierra en sus diferentes manifestaciones, con dignidad, derechos, obligaciones y oportunidades.
Buen Vivir requiere de un poder equilibrado. “Vamos a promover las coincidencias opositoras para buscar soluciones entre la derecha y la izquierda, entre la rebeldía de los jóvenes y la sabiduría de los abuelos, entre los límites de la ciencia y la naturaleza inquebrantable, entre las minorías creativas y las mayorías tradicionales, entre los enfermos y los sanos, entre los gobernantes y los gobernados, entre el culto al liderazgo y el don de servir a los demás”, sostiene el Vicepresidente.
El Buen Vivir se sostiene en el equilibrio, y alimenta el equilibrio en todas las dimensiones de la vida. El equilibrio exige la coexistencia de varios actores diferentes entre sí que construyen consensos. El equilibrio es el poder, y el poder es horizontal. Para la modernidad el poder es dominación, es hegemonía, es control…
Buen Vivir implica plurinacionalidad. “(…) somos mayas, somos guaraníes, somos mapuches, somos mojeños, somos aymaras, somos quechuas, somos jopi y somos todos de la cultura de la vida, que despertamos nuestro larama, larama igual rebelde con sabiduría”.
Para David Choquehuanca, la condición de la plurinacionalidad no es un asunto exclusivo de Bolivia. Todos los pueblos de Abya Yala tienen y están llamados a despertar su larama (conciencia creativa) para emprender sus caminos de liberación. En el Buen Vivir, la identidad política no está atada, como en la modernidad, a la quimérica idea de la única identidad nacional.
Además el Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia reitera que el Buen Vivir se basa en los principios de la reciprocidad, interrelacionalidad, complementariedad y correspondencia.
Este planteamiento, considero que no es un capricho nostálgico por el pasado milenario de los pueblos originarios, de donde proviene David Choquehuana, sino un eco del categórico imperativo existencial que se cierne sobre la humanidad en un Planeta lastimado que tiende a “deshacerse” de la especie humana.