Por José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.
En enero, una nueva caravana con seis mil personas que huían de la miseria, la insalubridad y la violencia en Honduras, con destino a EEUU, era detenida y atacada con gases por la Policía de Guatemala (1). Un país este que –a su vez- tiene la mayor tasa de desnutrición crónica de toda América Latina (2).
No leerán nada sobre “el ineficiente sistema capitalista” de Honduras o Guatemala. Ahora, si se trata de migrantes de Cuba entonces sí: “tratan de encontrar una mejor vida lejos del ineficiente sistema comunista”. Lo leemos en “Periódico cubano”, uno de tantos diarios digitales financiados por la Casa Blanca, en una nota sobre la muerte de un cubano acribillado a balazos por la Patrulla Fronteriza de EEUU. Donde pretendía –por cierto- pedir “asilo político” (3).
El Gobierno de Venezuela está enviando, semanalmente, 80 mil litros de oxígeno para atender a pacientes con Covid-19 en Roraima y Amazonas, estados de Brasil (4), donde han fallecido ya 211 mil personas (5). ¿Cuántas noticias han leído sobre ello? Pero ¿se acuerdan del show mediático mundial y las cientos de noticias sobre aquella supuesta “ayuda humanitaria” de EEUU a Venezuela, hace dos años (6)?
La ONG Oxfam Internacional denuncia, en su informe “El virus de la desigualdad”, que las diez personas más ricas del mundo han ganado, durante la pandemia, medio billón (con b) de dólares, mientras se disparan la extrema pobreza y el desempleo, principalmente entre las mujeres (7). ¿A que no han visto ningún programa especial sobre el tema en los canales de televisión? Bueno sí, en Cuba, donde se dedicó al tema más de una hora en horario de máxima audiencia (8).
La desigualdad global afecta también a la disponibilidad de vacunas contra la Covid. La población de la Unión Europa, por ejemplo, dispone de once veces más dosis que la de África (9). Pero incluso este privilegio europeo está sometido al poder empresarial. La farmacéutica AstraZeneca suministrará a la Unión Europea la mitad de las 80 millones de dosis a las que se comprometió por contrato (10), y a pesar de haber recibido 336 millones de ayudas europeas (11). La razón: ha vendido una parte de su producción, a mayor precio, a Reino Unido (12). Ahora les contamos el caso contrario. Cuba, país pobre y con su economía bloqueada, quizá sea el primero que inmunice, este año, a toda su población con una vacuna propia y ciento por ciento pública (13). ¿A que tampoco han visto un debate sobre este tema en los canales internacionales?
Si el despliegue militar, propio de un país en guerra, en la investidura del presidente Joe Biden, se hubiera producido en Venezuela, nos imaginamos el titular (14): «Nicolás Maduro perpetua la tiranía y moviliza 22 mil militares para reprimir la voluntad popular» (15).
Y si esta mujer, que no puede pagar los mil dólares que cuesta la insulina de su hijo diabético, fuera cubana y no estadounidense, ya nos estarían hablando de una “crisis sanitaria” en Cuba (16). En el video, menciona nombres de personas fallecidas por no poder costear la insulina, cuyo precio se ha duplicado en los últimos años (17). Por cierto, ¿saben quién fue el Secretario de Salud con Donald Trump? Alex Azar, presidente de uno de los laboratorios que la comercializan (18).
El gobierno de Ucrania ha cerrado tres cadenas de televisión de tendencia “pro-rusa” para “proteger la seguridad nacional” (19) y por hacer «propaganda” –leemos- que “lastra la integración de Ucrania en la Unión Europea y la OTAN” (20). ¿Han oído alguna condena diplomática occidental? Pero si el Gobierno de Cuba denuncia y limita los medios de comunicación sostenidos por EEUU, país que somete a la Isla a una brutal guerra económica, entonces sí: La Habana viola la libertad de prensa (21).
De casi tres mil denuncias contra la actuación policial en Chile, que acabó con la vida de 34 jóvenes durante las protestas de 2019 (22), se ha producido una sola sanción (23). El pasado 6 de febrero, un joven artista era asesinado a tiros, también, por policías (24). En 2020, militares de Israel asesinaron a 27 palestinos, siete de ellos menores, y demolieron 273 viviendas (25). Pero la palabra “represión”, en la prensa internacional, es endosada a Cuba (26), porque su ministro de Cultura –oigan bien- dio un manotazo al teléfono móvil de un supuesto “periodista” que lo acosaba. Un “periodista”, por cierto (27), que recibe su salario de una subvención del Gobierno de EEUU (28). ¡Qué casualidad!