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Con Yaku Pérez, la CIA se disfraza de indígena ecuatoriano

PorColumna de opinión

Feb 12, 2021

El presentado como candidato de izquierda, Yaku Pérez Guartambel, aparece con altas posibilidades de pasar a la segunda vuelta luego de disputarse el segundo lugar contra el banquero Guillermo Lasso con cifras cercanas al 20% de los votos en las elecciones del domingo 7 de febrero en Ecuador. El primer lugar lo ha obtenido el economista Andrés Arauz, exministro del líder de la Revolución Ciudadana Rafael Correa.

Todo parece indicar un reacomodo en la constelación política del Ecuador ante candidaturas emergentes. Sin embargo, ciertas condiciones aplican.

DE CARLOS A YAKU: UN OPERADOR VENIDO A CANDIDATO

El candidato electoral del movimiento político indígena Pachakutik, Carlos Pérez Guartambel, se cambió el nombre en 2018 por uno que representara su «lucha personal»: Yaku, agua; y Sacha, selva. Es un dirigente indígena y activista ambiental, graduado de abogado, aunque su título no está registrado en la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt); es poseedor de cuatro posgrados en Gestión de Cuencas Hidrográficas, Derecho Ambiental, Justicia Indígena y Derecho Penal. Estos últimos sí están registrados.

Su procedencia indígena corresponde a la nacionalidad Kichwa-Kañari, presidió la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa (Ecuarunari) entre 2013 y 2019 y encabezó la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas desde 2017. Su primer cargo público fue de concejal de Cuenca entre 1996 y 2000, tras ganar unas elecciones en las que Pachakutik hizo alianza con el extinto movimiento Nuevo País.

En las elecciones seccionales (regionales) de 2019 fue elegido como prefecto (gobernador o intendente) de la provincia de Azuay y fue elegido en 2020 por Pachakutik como candidato a la presidencia del Ecuador para las elecciones presidenciales de 2021, inicialmente sin alianzas con otros partidos y tras conflictos internos con otros sectores indígenas.

El candidato se ha posicionado como un outsider y todas las encuestas le dieron una ventaja considerable, pero ha contribuido a dividir el voto de la izquierda ecuatoriana al mercadear una campaña «ecologista progresista».

Su programa de gobierno titulado «Minka por la Vida» se estructura en cuatro secciones enunciadas en términos quichua:

  • Samay (aire): Minka de las ecologías, armonía con la naturaleza y la sociedad.
  • Allpa (tierra): Minka de la economía, cuidar la vida.
  • Nina (fuego): Minka de la educación para la vida.
  • Yaku (agua): Minka ética por un gobierno comunitario y transparente.

Analistas políticos destacan que dicho programa carece de «estrategias concretas para su implementación«; un ejemplo es la promesa de «incrementar el presupuesto público para el cuidado de todas las personas, especialmente para las dependientes y vulnerables» en la que no se detalla cuántas personas y de dónde se obtendrán los recursos para ello.

El dirigente político se presenta como nuevo en la función pública, pero ha ejercido cargos desde hace 25 años, participó en manifestaciones contra el gobierno de Rafael Correa en 2015 y en las manifestaciones de octubre de 2019 contra el gobierno de Lenín Moreno. Este último respaldado por Estados Unidos y al cual Pachakutik le ha sido funcional desde tres puntos de vista:

  • Apoyo a las iniciativas legislativas neoliberales del gobierno de Moreno en la Asamblea Nacional (Poder Legislativo) como la Ley Orgánica de Simplicidad Tributaria que, según comunicado de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana(Confenaie), «exonera impuestos a los ricos y responde a presiones del FMI».
  • Respaldo a la consulta popular celebrada en febrero de 2018 del «siete veces sí» que dio pie a la destitución ilegal de autoridades de los organismos de control del Estado.
  • Silencio ante la persecución política por parte del gobierno de Moreno contra líderes y militantes de la Revolución Ciudadana.

DEL CAPITALISMO VERDE A «ES PREFERIBLE UN BANQUERO…»

Aun cuando Pérez Guartambel se autodefine como ecologista y contrario al extractivismo minero, apoyó la candidatura de Guillermo Lasso en las elecciones presidenciales de 2017 y coincide programáticamente con el banquero más allá de lo que se esperaría de un candidato alternativo al saqueo neoliberal. En aquellas elecciones declaró que «es preferible un banquero que una dictadura».

El candidato ha declarado su deseo de que los ecuatorianos utilicen menos automóviles y planten más árboles, también propone el fin de la minería en Ecuador y la restricción de la extracción de petróleo criticando las estrategias extractivas de la Revolución Ciudadana. Sus fotos montando en bicicleta en los mítines son hechas para atraer la sensibilidad de los activistas ecológicos occidentales moldeados por el greenwashing o lavado verde.

En el norte global goza de la promoción de grupos de lobby (presión) empresariales. El periodista estadounidense Ben Norton ha revelado cómo la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas (AS/COA, por sus siglas en inglés), publicó un artículo elogiándolo a través de su web Americas Quarterly.

El escrito titulado «Yaku Pérez: ¿la nueva cara de la izquierda ecuatoriana?», del pasado 1° de febrero, ataca a Rafael Correa y afirma que «Pérez dijo que ofrece a esos votantes una alternativa a la ‘izquierda autoritaria y corrupta’ de Correa». Americas Quarterly dijo que había realizado una encuesta entre una docena de analistas que «situaban a Pérez más a la izquierda que a Arauz», y señaló que «en política exterior, Pérez ha dicho que está abierto a un acuerdo comercial con Estados Unidos» y ha señalado las «políticas agresivas de China en torno al extractivismo y los derechos humanos».

La Sociedad de las Américas/Consejo de las Américas (AS/COA) es un grupo derechista de lobby que ha desempeñado un papel importante en el apoyo a los golpes de Estado contra los gobiernos progresistas en América Latina y en el apoyo a los regímenes neoliberales impopulares.

Está financiado por corporaciones de acumulación capitalista como las de combustibles fósiles, los fabricantes de armas y los bancos que tienen un gran interés en extraer materia prima barata, para lo cual necesitan evitar que el llamado correísmo vuelva al poder.

La lista de miembros corporativos de AS/COA está repleta de aquellos que se benefician de la destrucción del ambiente y de la guerra, como Amazon, Apple, BlackRock, Boeing, Caterpillar, Chevron, Chiquita, ExxonMobil, Ford, GE, Goldman Sachs, Google, JP Morgan, Lockheed Martin, Raytheon y Walmart.

¿A LA IZQUIERDA DE LA IZQUIERDA?

Más que estar «a la izquierda de la izquierda», el candidato Pérez Guartambel es otra máscara de proa de los actuales intereses de Washington en Ecuador que van desde imponer sus objetivos geopolíticos y económicos por encima de la soberanía nacional si consigue ganar hasta dividir a la izquierda simplemente permaneciendo en la carrera, haciendo más probable una segunda vuelta.

Además de declarar que pertenece a la «izquierda ecológica que defiende los derechos de las personas y la naturaleza y entiende a las comunidades indígenas» o «próximo a una izquierda flexible, abierta», ha declarado que no cree «ni en el capitalismo ni en el socialismo ni en el comunismo, sino en el comunitarismo».

No es nuevo el papel de actores políticos que son posicionados por los medios y las corporaciones que les controlan para atacar a las fuerzas populares de izquierda «desde la izquierda», abriendo así espacio para que la derecha avance.

En este caso, la estrategia de la derecha global es camuflarse en Yaku Pérez Guartambel para captar aquellos sectores decepcionados de Correa y del tránsfuga Moreno, pero que no están dispuestos a dar un viraje hacia el neoliberalismo de Lasso. A esto se suman comunidades con preocupaciones legítimas sobre los proyectos de desarrollo en el continente.

Utiliza su herencia indígena para afirmar que representa a los sectores indígenas, que fueron severamente empobrecidos durante la arremetida neoliberal de fines del siglo XX; muchos rechazan que haya apoyado el golpe militar respaldado por Estados Unidos en Bolivia en noviembre de 2019.

Antes de la violenta operación de cambio de régimen en Bolivia, Pérez criticaba a Morales, acusándolo a él y a Correa de «autoritarismo, machismo, extractivismo y populismo» y negándose rotundamente a reconocer la legitimidad del gobierno de Evo.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Coanie), organización indígena con pretensiones políticas de supuesta ultraizquierda que critica al Estado y al desarrollo industrial, tiene como brazo político al partido Pachakutik.

En septiembre de 2010, dicho partido publicó un llamamiento abierto al derrocamiento de Correa, expresando su apoyo público a los policías y soldados que desertaron, ocuparon el parlamento, bloquearon las principales calles y tomaron el control de las instituciones del Estado. La oposición de Ecuador estuvo a punto de apartar del poder al presidente electo.

En aquella ocasión, un medio alternativo de izquierda llamado Upside Down World aprobó la declaración de la Conaie sobre el intento de golpe policial contra Correa sin mencionar la participación de Estados Unidos y culpando al entonces presidente del conflicto político que condujo al golpe.

En noviembre de 2016, Pérez Guartambel elogió el golpe de Estado blando respaldado por Estados Unidos que desalojó del poder al gobierno de izquierda del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, también respaldó una campaña de lawfare (guerra legal) de la derecha contra la presidenta progresista de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

En 2017 tuiteó: «Su ignorancia es enciclopédica. Evo es biológicamente indígena; en cuanto a su identidad se blanqueó y colonizó y no siente ni entiende la cosmovisión indígena», y recientemente guardó silencio mientras Jeanine Áñez y su gobierno de extrema derecha masacraban a manifestantes indígenas.

Pidió abiertamente el derrocamiento de gobiernos antineoliberales y antiimperialistas del ALBA como el de Correa en su momento, del presidente venezolano Nicolás Maduro y apoyó de manera sostenida un brutal intento de golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Nicaragua en 2018.

Ese año extremistas de derecha, con el apoyo de Washington, asesinaron, torturaron y aterrorizaron a partidarios del Frente Sandinista pero Pérez Guartambel optó por culpar de toda la violencia al gobierno de izquierda elegido en Nicaragua.

EN ECUADOR SÍ: LAS ONG RONDAN LA PRESIDENCIA

El financiamiento a las organizaciones no gubernamentales (ONG) ha sido el ariete con el que varios gobiernos del Norte Global han venido instrumentando los cambios de régimen en todos los continentes. Venezuela es un ejemplo claro y extenso en el tiempo de esa estrategia imperial.

Campañas mediáticas y manifestaciones masivas contra la «corrupción», por los «derechos humanos», la «democracia», la «libertad», dirigidas al gobierno no deseado por Washington y la OTAN, han sido la alternativa que se intensificó con Obama ante los atolladeros militares que dejó Bush Jr.

Las ONG utilizadas en dichos «golpes blandos» apelan a los apreciados valores y sentimientos de la izquierda liberal captando a muchas personas que se oponen al intervencionismo militar de Estados Unidos. Estas son engañadas, algunas, y otras sumadas con buenas ganas a incitar al descontento social, deslegitimar al gobierno, provocando la violencia en las calles, trastornos económicos y huelgas.

Golinger y Fuentes han expuesto el papel de la USAID y la NED en la corrupción de determinados grupos indígenas en Bolivia y Ecuador: durante las protestas del Tipnis en Bolivia, con Pachakutik, la Conaie y los Yasunidos en Ecuador en coordinación con las ONG ecologistas y ambientalistas financiadas por Estados Unidos en estos países, como la Fundación Pachamama, Acción Ecológica y Amazon Watch.

En distintos escenarios, los medios alternativos de la izquierda liberal se suman a estas campañas con artículos periodísticos que legitiman los puntos de vista de estas mismas ONG y de los grupos indígenas afines. De manera que estos medios se convierten en correas de transmisión de la propaganda estadounidense participando de manera consciente o inconsciente en las operaciones de dichos golpes blandos.

Relata el periodista Norton que Pachakutik está estrechamente vinculado a las ONG financiadas por Washington y los Estados miembros de la Unión Europea como el periodista ecuatoriano Fernando Villavicencio, vocero privilegiado de una campaña contra el periodista Julian Assange a través del periódico británico The Guardian bajo financiamiento de la NED.

Si Pérez Guartambel pasa a la segunda vuelta en las elecciones ecuatorianas, sería la primera vez que un proyecto de tan largo plazo, como el de cambiar regímenes por vía de financiamiento a ONG, logre acercarse tanto a la presidencia de un país.

Ya es conocido cómo la periodista Eva Golinger demostró que Pachakutik ha sido apoyado por el Instituto Nacional Demócrata (NDI) del gobierno de Estados Unidos, una mampara filial de la NED que está vagamente afiliada al Partido Demócrata y actúa como una pantalla para la CIA.

Un documento del National Democratic Institute (NDI) de 2007 mostraba que Pachakutik había sido entrenado directamente por ese instituto junto a activistas de los partidos antichavistas Acción Democrática (AD) y Primero Justicia (PJ), así como del derechista Partido de Acción Nacional (PAN) de México.

Por otra parte, durante el período previo al golpe de Estado respaldado por Estados Unidos contra el gobierno socialista democráticamente elegido de Bolivia en 2019, las ONG que decían apoyar las causas ecologistas participaron en una operación de desinformación para demonizar al entonces presidente Evo Morales, el primer presidente indígena de la historia de Bolivia, que a su vez es un firme partidario de la protección del ambiente.

En junio de 2019, justo cuando se posesionó el nuevo representante de la extinta Administración Trump en Ecuador, Michael J. Fitzpatrick, Pérez Guartambel hizo pública su reunión con el embajador estadounidense en Cuenca. Un mes después asistió a la celebración por el Día de la Independencia en Estados Unidos y posó para una foto sonriendo frente a una bandera estadounidense iluminada.

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TITLE TEXT: Yaku Pérez junto a la bandera estadounidenseCRÉDITOS: Archivo

CABALLO DE TROYA AL GALOPE

Durante los acontecimientos del 30 de septiembre de 2010 en Ecuador, Pachakutik ya actuaba en alianza política con Lucio Gutiérrez desde 2002 y sus vínculos con el expresidente eran bien conocidos. Asimismo Golinger también dio a conocer cómo Norman Bailey, oficial graduado de la Escuela de las Américas y agente de alto nivel de la CIA, participaba en el golpe junto a la líder indígena Lourdes Tibán.

Esta última pertenece al Partido Pachakutik y formó parte de la Corporación Empresarial Indígena, una organización que recibió «activamente» financiación de la USAID. Actualmente Tibán es miembro del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.

Con Lucio Gutiérrez y Lenín Moreno, Ecuador vivió la ilusión de un gobierno que emerge como aparente alternativa al despojo neoliberal que imponen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; una vez en el poder, la historia ha sido otra.

Es común que los medios corporativos promuevan políticos que, al apoderarse del control del Estado, abran sus mercados a Estados Unidos sin condiciones y se alineen con su política exterior. Estos objetivos son conocidos por los líderes de las «revoluciones de color» respaldadas por Estados Unidos aunque no sean necesariamente compartidos ni mucho menos aceptados por sus seguidores.

Cuando estas tomas de poder tienen éxito, los ciudadanos no tardan en rebelarse contra las nuevas políticas que se les imponen, pero ya es demasiado tarde para dar marcha atrás. Las consecuencias son protestas y represión como en 2019.

En algunas de sus declaraciones públicas, Pérez Guartambel coincide con Lasso en eliminar el impuesto a la salida de divisas. Esta iniciativa beneficia a las élites económicas que suelen tener su fortuna en paraísos fiscales hacia donde trasladan continuamente activos financieros que son producto de la concentración de capitales y despojo a las clases trabajadoras.

Las protestas de agosto de 2015, desatadas en contra de una propuesta de aumento del impuesto de sucesiones a los ricos, y en las que participó el ahora candidato indígena, involucraron a su esposa, Manuela Lavinas Picq. Se trata de una periodista francesa con nacionalidad brasileña y ecuatoriana que se desempeñó como académica de la Universidad San Francisco de Quito y colaboró con Al Jazeera English.

Las protestas se desarrollaron bajo el mismo formato de guarimbas utilizado en «La Salida» encabezada por el hoy prófugo Leopoldo López en Venezuela. En Quito los manifestantes atacaron violentamente a la policía en sus intentos de romper las líneas de contención para tomar el palacio presidencial y los medios difundieron que la profesora fue golpeada y detenida por la policía ecuatoriana; la propia Picq negó haber sido maltratada por la policía.

Su visa fue cancelada por el gobierno ecuatoriano el 14 de agosto de 2015, y salió del país el 21 de agosto ante el «limbo jurídico» en el que se encontraba, recibió apoyo de la Unión Europea y regresó a Ecuador en 2018, tras la llegada de Lenín Moreno y la ruptura con Correa. Se le otorgó la visa de Mercosur.

Medios alternativos y ONG internacionales como Acción Ecológica, Amazon Watch y NACLA, distorsionaron el relato de las violentas protestas de la derecha culpando de la violencia al gobierno mientras los líderes de la Conaie afirmaban falsamente que «esta ley de herencias afecta a la mayoría de la población ecuatoriana, no es cierto que esté dirigida solo al 2% de la población». La Conaie también se opuso a la ley de nacionalización del agua, buscando dejar en pie la ley de privatización del agua de los años 90 del siglo XX.

Norton también reseña un informe del escritor ecuatoriano-canadiense Joe Emersberger en el que expuso el papel de la Conaie como caballo de Troya de la derecha mediante una entrevista realizada en 2019 a Virgilio Hernández, líder político de la Revolución Ciudadana obligado a asilarse en la embajada de México tras la brutal represión del gobierno de Lenín Moreno. Hernández explicó a Emersberger:

«Desde más o menos finales de los 90 y principios de este siglo yo diría que lo que es evidente en la CONAIE es que se hizo dominante una corriente que llamaríamos ‘indigenista conservadora’ que ha puesto todo en lo que llaman la ‘causa étnica’ y ha dejado de lado las causas de los movimientos sociales y de la izquierda en el país. Eso explica… que en la última campaña presidencial hayan apoyado abiertamente al candidato de la oligarquía y los bancos, Guillermo Lasso. Está muy claro que durante casi dos décadas han perdido el rumbo y han sido útiles a los grupos oligárquicos que siempre se han opuesto rabiosamente a Rafael Correa y a la Revolución Ciudadana».

El pensado «reacomodo» no es sino una jugada ya utilizada por las élites corporativas para ganar o, dado lo contrario, arrebatar el poder en Ecuador.

Publicado en Misión Verdad.

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