Por Hugo Cabezas Bracamonte
En nuestro anterior artículo afirmamos que el mito del sueño americano había terminado. Que la descomposición ética y política que vive la sociedad estadounidense tiene dimensiones inimaginables e insuperables. Que su crisis es una crisis civilizatoria.
Y, nos preguntamos si: ¿Podrá Joe Biden ir más allá de las expectativas que su elección ha generado?
Joe Biden asume el gobierno de EEUU en un momento lleno de incertidumbres. Convulsionado en lo económico, lo social y lo político. Por lo que, lograrlo no le resultará fácil. Con toda seguridad Biden se propondrá, al igual que sus antecesores, devolverle a los EEUU el rol de potencia hegemónica del mundo. Para lo cual, tendrá que reinventar el funcionamiento interno y el relacionamiento internacional de esa nación, a partir del establecimiento de nuevos principios éticos. Y ello, no está en la agenda de su acción gubernativa. Por lo que, su retórica estará sustentada en adjetivos grandilocuentes y estimuladores de esperanza como los de prosperidad, libertad, felicidad, credibilidad y justicia.
Pero, sobre todo, se propondrá devolverle a la democracia norteamericana el lugar de “modelo ejemplar” que, durante años, le fue conferido por analistas del liberalismo transfigurado. Lograrlo tampoco le resultará fácil. No olvidemos que si algo quedó demostrado, con el asalto al Capitolio el 6 de enero pasado, es que la demofobia se ha apoderado de grandes sectores de esa nación.
Joe Biden tendrá que enfrentar grandes retos en el plano internacional. Donald Trump quiso imponer, a toda costa, en el relacionamiento de EEUU con los demás países del mundo, y con los organismos multilaterales, su conducta supremacista. Con él el deterioro de la imagen de esa nación, alcanzó niveles insuperables. Su administración gubernativa resultó ser la más detestada a nivel universal.
La realidad mundial de hoy es otra. Mientras EEUU y sus aliados de occidente muestran sus falencias. En otras latitudes del globo terráqueo, emergen nuevas potencias. La geopolítica internacional es compleja. Por lo que, la administración Biden tendrá que proponerse superar la condición de potencia belicista, guerrerista, supremacista e inamistosa con que han actuado a nivel universal, si quiere recuperar credibilidad. Y, ello se logra tolerando al otro, construyendo amistades bajo relaciones sinceras y respetuosas.
Este es el mayor reto que tiene por delante Joe Biden: ¡O Acaba con la especie humana. O contribuye a la construcción de un mundo en donde reine la Paz!
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