José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- El gobierno de EEUU asfixia la economía de Cuba para generar una explosión social (1). A la vez, financia a activistas y medios “disidentes” para que conviertan descontento en movilización social. Que, a su vez, provoque una respuesta represiva del Estado cubano (2). Pero, qué curioso, la explosión social, la movilización y la represión más brutal no se producen en Cuba, sino en los países con gobiernos aliados de EEUU: Ecuador (3), Haití (4), Chile (5) y ahora… Colombia.
Cerca de 50 muertes y cientos de desapariciones es el saldo provisional de la represión, en las dos primeras semanas de protestas contra la política neoliberal del gobierno de Iván Duque (6). Pero agencias internacionales, como la española EFE, prefieren cargar las tintas sobre las “violentas manifestaciones”, las “turbas” que incendian “estaciones policiales” o «los “bloqueos (…) de alimentos (y) combustible” (7) (8). Una línea compartida con la prensa colombiana. La revista Semana, que hace cuatro años titulaba, en portada, “Venezuela: explosión social” y aseguraba que el “régimen de Maduro” estaba “contra las cuerdas” (9), ahora nos dice que “Colombia (está) bajo amenaza”, por “una ola inédita de terrorismo urbano” que pone “en peligro” la “democracia y las instituciones” (10). El canal Caracol también inflaba los saqueos para tapar la represión (11). Y nos ofrecía la siguiente perla racista: “Ciudadanos e indígenas se enfrentaron” en Cali (12).
“Israel y Hamás intensifican sus ataques en la peor crisis desde 2014” (13): es un titular del diario español El País, calcado por Televisión Española (14). Así es cómo los medios equiparan 500 bombardeos israelíes y la muerte de 70 civiles en Gaza (15), con el lanzamiento de cohetes palestinos en respuesta, con un saldo de seis víctimas israelíes (16). Para la Cadena Ser, es una “espiral de violencia entre Israel y los Territorios Palestinos” (17), una “Tensa escalada entre Israel y Hamás” según el diario La Vanguardia (18). La gigantesca y ultramoderna fuerza militar de un estado con armamento nuclear es, para la prensa occidental, comparable a los cohetes palestinos (19).
Hace unos días, un joven gay era quemado vivo en Letonia (20). Si esto hubiera ocurrido en Rusia –o Cuba-, sería noticia de impacto (21), y la prensa occidental nos hablaría de la homofobia institucional en el país de Vladimir Putin –o Miguel Díaz-Canel-. Pero como fue en Letonia, país de la Unión Europea, nos enteramos de este crimen homófobo por la prensa alternativa. Y seguimos sin saber quién es el presidente de Letonia.
Leemos en The New York Times que Brasil “enfrenta una epidemia de hambre” que afecta a 19 millones de personas, casi el doble que en 2018 (22). El sistema de salud está colapsado en varias ciudades del país, debido a la pandemia, con una media de tres mil fallecimientos al día. Es una catástrofe humanitaria en la nación que fue, con Lula como presidente, ejemplo mundial de reducción de la pobreza (23). En Cuba, por el contrario, aun sufriendo un duro desabastecimiento, las cifras de muertes por Covid-19 son 40 veces más pequeñas (24). Pero el fracaso –como han oído tantas veces- es… el del socialismo cubano.
Como Brasil, la India es uno de los grandes epicentros de la pandemia. A pesar de ser el mayor productor de vacunas del mundo, con plantas de AstraZeneca y Novavax, la India sufre una enorme crisis humanitaria por la Covid-19 (25). Nos llegan imágenes de crematorios improvisados en parques (26), de cadáveres flotando en los ríos (27), y de fallecimientos por falta de oxígeno en los hospitales (28)… Si una sola de ellas correspondiera a China –o a Cuba- ya nos hablarían… del “fracaso del comunismo”.
La agencia EFE titulaba que “Cuba apuesta a la `soberanía´ (entre comillas) tecnológica para frenar los contagios por la Covid-19” (29). Euronews, que “La isla presume de soberanía tecnológica” (30). Ironías para reforzar el mensaje mediático, ya instalado, de un cierto “nacionalismo caprichoso” del gobierno cubano. Es cierto que la Isla ha orientado su potencial a la creación de sus propias vacunas (31) y respiradores artificiales (32). Pero no es capricho ni presunción, sino supervivencia frente al bloqueo de EEUU, que ha cerrado, en los últimos años, todas las vías de ingreso del país. Y que, hace un año, por ejemplo, provocaba que las dos compañías suizas que suministraban a Cuba respiradores artificiales, tras ser adquiridas por una multinacional estadounidense, dejaran de hacerlo (33). Lástima que de esto no se acuerden ni EFE ni Euronews.
Por cierto, en todo este contexto internacional, el diario español ABC llevaba a portada… ¿la situación de Colombia? ¿De Palestina? ¿De Brasil? ¿De la India? No. ¿A que lo han adivinado? ¡De Venezuela! (34)
Edición: Esther Jávega. Presentación: Lázaro Oramas. Coordinación de subtitulaciones: Antonio García Moreno.
Sobre el autor
