Por Iván Fernando Márquez Gómez
Colombia vive uno de los peores gobiernos de su historia con Iván Duque, en esta mal llamada democracia, no solo por la terrible pandemia, sino por la corrupción comprobada y manifiesta de sus dirigentes, casi todos están inmersos en negocios ilícitos y de narcotráfico, así como de robos multimillonarios al erario nacional.
Sin olvidar el cinismo y el descaro de su actual mandatario y sus áulicos, aplicando una psicología a la inversa, cuando culpa a sus vecinos de lo que ellos hacen, escuchar hablar al presidente parece que viviera en Narnia o como si estuviéramos en Alicia en el país de las Maravillas, aquí todo marcha muy bien, somos el país más feliz del mundo, según sus discursos maquillados.
Pero todo esto tiene un origen o un porqué, puesto que el actual mandatario es un esbirro un títere y pusilánime del que verdaderamente manda en el país, hace más de 20 años, de quién lo puso allí, no hace falta pronunciar su nombre, todos saben cómo se llama y quién es y todo lo que controla en la nación.
Lo más triste y lamentable, es escuchar a muchas personas del diario vivir, sean profesionales o no, decir que ellos no son adeptos o seguidores a este gobierno, que no defienden a nadie, que en el país no pasa nada, que hay que seguir trabajando, que si yo no trabajo no como, que el gobierno no me mantiene, que no hay nada que hacer, que esto apenas comienza, porque los hijos del innombrable están jóvenes y ellos también quieren ser presidente, es increíble de guines records estas declaraciones.
Según estas figuras de la sociedad, de todos los estratos sociales que se hacen llamar neutrales, que no se atreven a criticar de frente al gobierno, entonces debemos esperar que los hijos del innombrable sean presidente, después los nietos, los bisnietos y quizás hasta los tataranietos, para después pasar a otra familia de la oligarquía y seguir con el círculo vicioso.
Porque según ellos esa es una vieja costumbre política del país, que tristeza, no les dará pena celebrar el día de la independencia el 20 de julio, despierten, aún siguen apoyando dinastías, a dictadores disfrazados de demócratas y tienen el descaro de criticar a otros gobiernos.
Que excusa tan simple, fuera de contexto de lógica, además de masoquistas y egoístas, ningún gobierno va a mantener a nadie, sea de izquierda o de derecha, votes o no por él, todos debemos trabajar, a menos que pertenezcas a esas élites y oligarquías con un puesto político, ganando cifras astronómicas sin hacer absolutamente nada desangrando las arcas nacionales.
Esos que dicen que no defienden a este gobierno, los que dicen que el país siempre ha sido así, no son ni chicha ni limonada, ni rajan ni prestan el hacha, ni ponen ni dejan la culequera, como decían nuestros abuelos y campesinos, en el fondo si son seguidores de este gobierno y hacen mucho más daño, porque son seguidores camuflados, soterrados o de bajo perfil, enemigos silenciosos, a todo le ponen una excusa cuando se critica al gobierno, se podría decir que yo conozco al flojo aunque lo vea sudao’
Finalmente podríamos decir que el país necesita un verdadero cambio, no se trata de nombres ni de partidos políticos, nadie tiene una varita mágica para solucionar todos los problemas, o que el siguiente mandatario será la panacea, pero quien niegue que el país está en una terrible situación de corrupción, desidia y desigualdad social está bien mal, necesita un psicólogo, niega la realidad y es un indolente y masoquista, se necesita sumar, no restar, si no va a ayudar por lo menos no estorbe.