“Ya, ya, ¡Por favor!”, las suplicas del cuerpo agonizante del abogado Javier Ordoñez a mano de los mercenarios del Estado colombiano.
La madrugada del 9 de septiembre de 2020, las cámaras de seguridad registraron como los hombres de “Honor y Gloria a la Patria” de la Policía Nacional con ensañamiento asesinaban a la luz pública al abogado Javier Ordoñez.
Las suplicas de ese hombre indefenso, “ya, ya, ¡Por favor!”, ante la golpiza que poco a poco iba acabando con su vida, es el grito de muchos jóvenes asesinado a mano de los hombres que juraron defender al pueblo colombiano, y que hoy, son mercenarios.
El asesinato de Ordoñez, fue el detonante para la indignación colectiva que se convocó en las calles en rechazo del abuso policial; los puntos de encuentro, fueron los Comandos de Atención Inmediata (CAI), usados para torturar, abusar sexualmente y asesinar a los jóvenes que protestan contra el Estado criminal.
Pasaban las horas, la resistencia social era más grande y con más fuerza, todos en unísono gritaban, “No más abuso policial”, “asesinos”, “volvimos para resistir, para defender la vida”. Las arengas y la indignación no eran solo por Javier Ordoñez, era también por, Nico Neira, Miguel Ángel Barbosa, Óscar Salas, Dylan Cruz, Janner García y muchos otros jóvenes asesinados por la Policía Nacional de Colombia que siguen en la impunidad.
En las calles estaba la furia de jóvenes, mujeres, adultos, quienes demostraron su dolor y resistencia, llevándolos a incinerar los CAI, al romper vidrios y dejar las paredes de la ciudad con frases como: “Hay que estudiar, hay que estudiar, el que no estudie es policía nacional”.
Sin lugar a duda, la guerra que inició el Gobierno contra el pueblo, iba a dejar nuevos crímenes de Estado. Tanquetas, francotiradores y la pandilla de mercenarios motorizados con chaquetas volteadas para ocultar la identidad y poder disparar en contra de los manifestantes, en su mayoría jóvenes arrebató la vida de más de 10 personas en lo que hoy conocemos, como la masacre de septiembre.
Algunos nombres de las personas asesinadas.
Julián Mauricio González, de 27 años: falleció en circunstancias que está por esclarecer. Hombres civiles armados que se encontraban protegiendo el CAI Timiza, empezaron a disparar y lesionaron a Julián en el abdomen, posteriormente murió en un hospital.
Jaider Fonseca, de 17 años: se encontraba fuera de su casa con unos amigos participando pacíficamente de las protestas; la Policía empezó a disparar, Jaider trató de protegerse con una puerta pensando que eran balas de goma, pero recibió cuatro impactos de bala.
Freddy Mahecha, de 24 años: salió a observar lo que estaba ocurriendo en la calle, cuando llegaronmotorizados y empezaron a disparar indiscriminadamente.
Julieth Ramírez, de 18 años: una bala perdida la impactó a pocos metros del CAI La Gaitana.
María del Carmen Viuche, de 62 años: la noche de su muerte se bajó del SITP en la 139 con Cali, tenía un desgaste de rodilla y cadera, utilizaba bastón y no tenía la habilidad para esquivar el bus que robaron los delincuentes; luego de ser atropellada la despojaron de sus documentos.
Cristian Hernández, de 26 años: era domiciliario, vivía en el Verbenal y estaba trabajando, cuando unos agentes lo abordaron y, en hechos confusos, lo tiraron al suelo; su padre salió corriendo y lo encontró en el piso con un disparo en la cabeza cerca del ojo.
Andrés Felipe Rodríguez, de 23 años: tras salir del trabajo se encontró con un amigo cerca al CAI Verbenal, pero empezaron a sonar disparos, su amigo se tiró al suelo y cuando miró buscando a Andrés lo encontró en el piso sangrando.
Respuesta del gobierno de Duque
Ante este crimen de Estado, el gobierno de Iván Duque, abaló las acciones de los Policías al vestirse de policía y salir a defender a quienes habían torturado, desaparecido y asesinado a un pueblo que exigía respeto por la vida.
Es evidente que el mudos operandi de este gobierno NUNCA será cumplir la Constitución y menos aplicar los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos Humanos, porque tiene la facultad de torturar, de violar, de asesinar, y no recibirá ningún castigo por parte de la justicia, porque siguen dando el mismo tratamiento a las protestas de 2021.