Con la intención de dar a conocer los esfuerzos realizados por personajes nacionales e internacionales a favor de la paz de Colombia, y de contar la historia a través de diferentes textos, AlCarajoOrg publicará libros y textos que aproximan de forma verídica la lucha de la sociedad colombiana por lograr la paz en el país suramericano.
Empezamos este ejercicio con el Sociólogo, maestro, padre y revolucionario Camilo Torres, libro de la Universidad Nacional de Colombia, que será publicado en su totalidad en diferentes artículos, que recoge la esencia de sus planteamientos en sus aportes más importantes a la percepción de temas que aún siguen siendo vigentes por el alcance de los objetivos que estos se fijan en el orden espiritual, social, económico y político.
El amor eficaz
A veces resulta oportuno preguntarse por aquello que a fuerza de costumbre y repetición creemos saber pero que no logramos elaborar como pensamiento, llenándolo de atributos diferenciadores y de sentidos y significados explícitos que constituyan fundamento de identidad conceptual y teórica desde la cual se construye una práctica transformadora y pertinente. Ese es el caso del amor eficaz.
El concepto de amor eficaz corresponde en la vida de Camilo a un momento esencial de sus contradicciones personales e institucionales, hace parte de sus trasformaciones políticas y de sus procesos de reconceptualización del universo de sentido y de prácticas en las que estaba inmerso. La construcción del concepto, por parte de Camilo, enseña que es en esa denominación de su compromiso donde se produce su única y fundamental revolución, su ruptura con un orden de dominación y de sentido en el cual se había formado, hacia parte, y del cual se debía “desprender” en su condición de sacerdote, para asumirse en su condición de dirigente político.
El amor eficaz marca el paso del sacerdocio a la militancia política; del compromiso religioso al compromiso social y político; de las ataduras institucionales y el sometimiento al ejercicio de la libertad, a la asunción de una práctica humanística que está más allá de todas las valoraciones morales de la institución de la Iglesia Católica; en una responsabilidad ineludible, asumida por voluntad propia de unirse a las clases populares y luchar con ellas por los cambios estructurales del país.
El amor eficaz es la forma política que adquiere el amor al prójimo en el discurso y la práctica liberadora de Camilo. Constituye el fundamento de su revolución personal. Es el paso de la solución, de la necesidad, por la vía de la caridad, al compromiso político y solidario para reivindicar la necesidad como agenda de lucha transformadora, subversiva y revolucionaria. De ahí que el enunciado se llene de sentido en el primer principio de los cambios que deben emprenderse: el de nuestros propios imaginarios y compromisos de vida. La revolución aconteció en Camilo antes de ser militante en el paso irreversible del amor al prójimo, que es un amor de la moral cristiana, al amor eficaz, que es un amor construido desde un proyecto ético y político de vida.
Pero en concreto, ¿qué es el amor eficaz? Distintas explicaciones pueden darse al contenido ético y político del término. Cada una debe llenarlo de consideraciones de significado, sentido y práctica, que pueden verse reflejadas en el espejo del ejemplo del compromiso de vida de Camilo.
Quiero pensar que cuando hablamos de amor eficaz estamos haciendo referencia a un proceso de transformaciones que se están produciendo en nosotros, que nos conducen a definir las formas y los alcances de nuestro compromiso con el interés general del bienestar de la sociedad, con énfasis en la defensa de los intereses y derechos de los más humildes y desprotegidos. Que es la primera revolución en las que nos hemos de ver envueltos y que hemos de desarrollar hasta alcanzar la formulación de nuestro proyecto ético y político como dispositivo de vida. Pero que lo que hemos de hacer debe estar lejos de todo romanticismo ramplón capaz de llevarnos a sacrificios innecesarios e inútiles. El mundo de hoy necesita más dirigentes honestos proyectándose en los escenarios de la política, disputando a las élites tradicionales los lugares que ocupan en el ejercicio del poder político, que mártires que recordar.
El amor eficaz constituye un dispositivo de compromiso con nosotros mismos, con nuestro bienestar y desarrollo, con la necesidad diaria de ser mejores para podernos dar mejor a los demás.
Es el camino en que se estructura un conjunto de principios que definen una práctica política consecuente que se realiza por convicción y necesidad propia, que no se inscribe en obligaciones impuestas y en compromisos heredados. El amor eficaz al primero que convoca es a nuestro compromiso, a nuestro esfuerzo, a nuestra capacidad cualificada de trabajo, al ejercicio de nuestras disciplinas de estudio, al mejoramiento significativo y demostrado de nuestras responsabilidades personales y sociales. Nos convoca a ser mejores, más íntegros, más humanos.
El amor eficaz nos convoca, como a Camilo, a ubicarnos como sujetos sociales, a entendernos en el contexto social en el que se determinan nuestras posibilidades y limitaciones, a vernos en relación con los demás, a ubicar nuestra propia agenda de necesidades de vida, porque no somos dioses carentes de toda necesidad y no podemos ser carga para nadie. Hacemos parte de un grupo social y ese grupo social comparte con nosotros sus preocupaciones de vida, sus incertidumbres y angustias. En concreto, hacemos parte de un grupo social, de un sector o de una clase que se identifica en relación con sus posibilidades de vida digna y con particulares expectativas de futuro.
El amor eficaz también nos convoca, como a Camilo, a ubicarnos como sujetos de derecho que debemos reconocer y exigir. La lucha por el derecho a la vida, la vivienda, la alimentación, los servicios públicos, la salud, la educación, el trabajo, la cultura, el medio ambiente, el agua, la diversidad, la participación, la justicia, la recreación, entre otros, no es la lucha de los demás, es nuestra propia lucha, que debemos hacer efectiva en unidad de propósito con los demás. No somos cruzados reivindicando en la lucha contra el establecimiento los derechos de los otros. No estamos en el ejercicio colectivo de hacer efectivos nuestros derechos que son iguales a los de los otros. Somos ciudadanos reivindicando colectivamente nuestros propios derechos. Somos seres humanos demandando el ejercicio pleno de nuestros derechos. El altruismo se da cuando vivimos fuera de la necesidad y nosotros no estamos en ese lugar, por eso nuestra lucha no es altruista, se fundamenta en nuestras propias necesidades, es el ejercicio del compromiso con nosotros mismos en cuanto que somos la comunidad, somos en su conjunto la sociedad real.
El amor eficaz también nos convoca, como a Camilo, a desempeñarnos como sujetos políticos; entendiendo la política en la más elemental y amplia de las acepciones: el conjunto de ideas y acciones a través de las cuales buscamos acceder al ejercicio del poder político para hacer efectiva la construcción del bien común, en el camino de la utopía de la felicidad humana. Es en la lucha política en donde se define nuestra condición social y se garantiza el ejercicio de nuestros derechos. De ahí la naturaleza política del amor eficaz, en la asignación que da Camilo al término en el universo de sus definiciones y decisiones personales.
El amor eficaz se construye como un proyecto ético y político que define como propósito esencial la transformación permanente de la naturaleza humana del lado de la construcción del bienestar general de la sociedad; en una experiencia de vida que se desarrolla y consolida a través de un compromiso transformador de nuestra existencia personal y social.