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Camilo Torres: La seguridad hace crisis

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PorRosalba Alarcón Peña

Nov 28, 2021

Con la intención de dar a conocer los esfuerzos realizados por personajes nacionales e internacionales a favor de la paz de Colombia, y de contar la historia a través de diferentes textos, AlCarajoOrg publicará libros y textos que aproximan de forma verídica la lucha de la sociedad colombiana por lograr la paz en el país suramericano.

Empezamos este ejercicio con el Sociólogo, maestro, padre y revolucionario Camilo Torres, libro de la Universidad Nacional de Colombia, que será publicado en su totalidad en diferentes artículos, que recoge la esencia de sus planteamientos en sus aportes más importantes a la percepción de temas que aún siguen siendo vigentes por el alcance de los objetivos que estos se fijan en el orden espiritual, social, económico y político.

La seguridad hace crisis.

La captura de José Durán Nova con correspondencia del eln en la segunda semana de agosto de 1965, creó una situación difícil para los militantes de la red urbana. Fabio Vásquez alertó a José Manuel Martínez Quiroz sobre el arresto del correo de la guerrilla y le solicitó tomar las medidas pertinentes al respecto. Martínez Quiroz movilizó el material político y la logística que estaba bajo su responsabilidad. Sin embargo, el 22 de agosto fue detenido con otros dos dirigentes del eln como resultado del trabajo de inteligencia realizado por los organismos de seguridad y la Policía Militar en la ciudad de Bogotá. Camilo se enteró de la captura de José Manuel Martínez y sus compañeros por intermedio de Antonio Vásquez Castaño, hermano de Fabio y militante de la red urbana; discutió con él, con Jaime Arenas y con su secretaria las condiciones particulares del incidente y las repercusiones para su seguridad y la del grupo. Concluyeron que, mientras no sintieran sobre sí la acción de los organismos de la Policía, mantendrían las rutinas, pero que dada la gravedad de la situación se reforzarían los mecanismos de protección y vigilancia.

La correspondencia entre Camilo y Fabio, motivo de esta preocupación, no fue muy abundante. Tres cartas se conocen de Camilo al jefe del eln y una de él a Camilo, fechada el 7 de agosto de 1965, en la que le recuerda lo definido con él en el sentido de que el trabajo legal no puede desviarse del punto de vista de que la lucha armada es la vía revolucionaria.3 Camilo recoge con gran disciplina las orientaciones que a través de la correspondencia van llegando desde la dirección del eln, informa sobre sus actividades y las dificultades que va teniendo en sus relaciones con otras fuerzas; días después de recibir la carta de Fabio en la que además se prevé una situación difícil para el grupo y se deja traslucir la intención que tiene el eln de contar con la presencia de Camilo en corto plazo. Camilo le escribe una misiva a Fabio en la que afirma estar totalmente de acuerdo con el contenido de su carta, le da un informe del estado de la situación política, de la forma como se desarrolla la cotidianidad del Frente Unido, de las limitaciones y dificultades que existen y de un plan inmediato. La carta permite detectar el entusiasmo y la devoción con que está desarrollando su compromiso. Para esa fecha, según se deriva de lo expresado en el documento, ya Hermidas Ruiz se encuentra en la guerrilla y solo quedan por partir, según lo previsto, Julio César Cortés y él.

Al finalizar la segunda semana de agosto y en medio de las dificultades de seguridad que existen en Bogotá, la dirección del eln considera conveniente emprender una ofensiva contra el Ejército, que permita ganar un espacio de respeto militar en la zona de operaciones de San Vicente. Se trata básicamente de ganar experiencia y poner en práctica el manejo de las tácticas militares de la concepción de guerra de guerrillas en el hostigamiento a las fuerzas regulares, a través del ataque sorpresa y el repliegue inmediato; el objetivo: doblegar la moral de los soldados de las Fuerzas Militares y ganar confianza en el desarrollo de la guerra.

El 15 de agosto se produce la emboscada Cruz de Mayo, y el 17 el eln vuela por primera vez, cerca de Barrancabermeja, dos oleoductos de propiedad de la Texas Petroleum Company y Cities Service. La reacción del Ejército es inmediata, a través de la Quinta Brigada, con sede en Bucaramanga, las Fuerzas Militares asumen la responsabilidad de combatir al grupo guerrillero en la región.

La unidad militar fue comandada por el entonces coronel Álvaro Valencia Tovar, quien contaba con una importante experiencia en lucha contrainsurgente y acciones cívico-militares. Los operativos forzaron a los integrantes del eln a trasladar su campamento, a alertar las vías de aprovisionamiento y a modificar sus relaciones con las áreas de influencia en el campo y la ciudad, disminuyendo la ofensiva militar e intensificando el trabajo político.

Camilo mientras tanto veía transcurrir los días en medio de la angustia que le producía la detención de los dirigentes urbanos y la imposibilidad de comunicarse con Fabio, de quien en el momento dependía la decisión de emprender el viaje hacia el monte o continuar con el trabajo legal. Durante estas semanas visitó los Llanos Orientales y se dedicó al trabajo barrial en Bogotá. Asumió la discusión frontal en el interior del semanario sobre el problema electoral y el abstencionismo, pero esta vez dirigida contra los comunistas y los demócratas cristianos.

El cuarto ejemplar del semanario apareció el 15 de septiembre. Estuvo dirigido contra la posición electoral de esos grupos de los que Camilo cuestionaba que se llamaran revolucionarios y progresistas, si utilizaban las listas de los partidos tradicionales para poder tener participación en los órganos legislativos. En un titular de última página se afirmaba: EL FRENTE UNIDO, no es comunista ni demócrata cristiano; prácticamente hasta ahí llegaron las relaciones con la democracia cristiana, quedando seriamente averiadas las relaciones con el Partido Comunista.

La ruptura definitiva con la democracia cristiana y el desmoronamiento de la política de unidad, propuesta por Camilo a los demás sectores sociales y políticos organizados, se produce en el Primer Encuentro Nacional Obrero, Estudiantil y Campesino, programado para los días 17 al 19 de septiembre en la ciudad de Medellín, al que había sido invitado por la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianos (clasc). Aun cuando se trataba de un encuentro democrático con pretensiones de unidad, su dinámica fue generando contradicciones insalvables. Camilo llegó acompañado por Jaime Arenas, Julio César Cortés, Álvaro Marroquín y Jaime Niño, como delegados del Frente Unido. El primero de ellos hizo una intervención en la que fue deslindando campos con los demás sectores en torno a la definición de principios básicos de unidad que se convertían por sí mismos en la negación de ese objetivo: la condena al imperialismo norteamericano y a su política de agresión contra los pueblos en lucha por su liberación; el respaldo a la revolución cubana; la definición de una posición abstencionista; y el impulso a la lucha armada como vía fundamental para llegar al poder, generaron entre los asistentes las más airadas reacciones. Camilo apoyó la intervención de Jaime Arenas, explicó su posición, reafirmó sus puntos de vista y respaldó un proyecto de declaración política que no alimentara el anticomunismo de la democracia cristiana, ni la actitud electoral del Partido Comunista.

La reacción fue inmediata, Heliodoro Agudelo, representante y dirigente de la Asociación Sindical de Antioquia (asa), de influencia demócrata cristiana, intervino para que en la declaración política se consignara una condena a los imperialismos chino y soviético y se eliminaran los párrafos de adhesión a la Revolución Cubana. Los demócrata-cristianos y los representantes del Partido Comunista intervinieron para condenar la posición abstencionista y la afirmación del proyecto de declaración acerca de que la lucha armada era la vía principal para llegar al poder en Colombia (Arenas, 1971).

El resultado del encuentro fue desastroso para el proceso de unidad propuesto: el Partido Comunista se retiró del Frente Unido y comenzó a circular una orientación por los militantes para que se sustrajeran de las actividades programadas por Camilo y el Frente Unido. La democracia cristiana, en particular el Comité Ejecutivo del Partido Social Demócrata Cristiano, de la regional del departamento de Santander, sacó un pronunciamiento en el que señalaba que el semanario del Frente Unido estaba dirigido por marxistas-leninistas, a través de Julio César Cortés y Jaime Arenas.

Con el título de “¿Qué sucedió en el Encuentro Obrero, Estudiantil y Campesino?”, el 30 de septiembre de 1965, Camilo hace un balance del encuentro en el que afirma que comprendía el desarrollo de dos temas generales: uno sobre política gremial y otro sobre política general. También afirma que el encuentro aprobó por unanimidad las ponencias presentadas sobre problemas obreros, estudiantiles y campesinos, pero que se generó un acalorado debate en dos puntos que se hicieron álgidos dada la posición asumida por los sectores asistentes: el primero, la exigencia de la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianaos (clasc), en el sentido de que la denuncia del imperialismo se extendiera al soviético y al chino o se suspendiera; y el segundo, generado por el bloque formado por la clasc, defeta y fedetav, en torno a la ponencia presentada apoyando la abstención beligerante.4

La situación generada por la ruptura del Frente Unido hizo más evidente para Camilo la necesidad de superar la etapa de proselitismo amplio para entrar en una fase de organización urgente de núcleos y comandos, constituidos en lo fundamental por “no alineados”. Esta nueva necesidad estaba atravesada en lo fundamental por dos grandes dificultades: la carencia de dirigentes políticos con carisma y capacidad de organización; y las precarias condiciones de seguridad en que quedó con la captura de los jefes de la red urbana de Bogotá, a quienes se les decomisaron documentos, que no solo daban plena prueba de la relación de Camilo con el eln, sino, además, de su intención de unirse a la guerrilla en corto tiempo.

Sobre el autor

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Rosalba Alarcón Peña

Rosalba Alarcón Peña, periodista y Defensora de Derechos Humanos, directora del portal web alcarajo.org y la Corporación Puentes de Paz "voces para la vida". Además, analista y columnista del conflicto armado de su país natal (Colombia) en medios internacionales. Redes sociales. Twitter: @RosalbaAP_ Facebook. Rosalba Alarcón Peña Contacto: rosalba@alcarajo.org

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