“Alertamos al pueblo araucano y colombiano a no dejarse confundir con el argumento de que la crisis humanitaria tiene que ver con una disputa por las rentas del narcotráfico, matriz mediática con la que el gobierno de Duque pretende falsear la realidad y ocultar su responsabilidad”
La actual crisis humanitaria que atraviesa la región fronteriza del departamento de Arauca, grave y preocupante, no es nueva ni peor; tampoco su principal causa es la confrontación armada entre la guerrilla del ELN y las disidencias de las Farc, sobre la que informan los medios masivos de comunicación.
Si bien es cierto, los últimos hechos de violencia ocurridos en el territorio han generado miedo en las comunidades causando algunos desplazamientos preventivos; también lo es, que el gobierno nacional y la cúpula militar quieren mostrarse, públicamente, como benefactores y protectores de los pobladores de Arauca; pero que en realidad su interés es fortalecer los enclaves minero-energéticos y agroindustriales enmarcados en la ofensiva capitalista extractivista, para el caso del departamento incrementar la explotación petrolera e imponer las denominadas zonas futuro.
Para lograrlo, la estrategia es borrar la histórica lucha y resistencia del pueblo Araucano en defensa del territorio, expulsar a las comunidades de este, y afectar sus planes de vida y formas propias de gobierno; por ello, la respuesta gubernamental, aprovechando la situación que se está presentando, es escalar la confrontación armada contra la resistencia popular, incrementando la militarización del territorio con dos nuevos batallones: echarle leña al fuego.
Estrategia perfectamente articulada a la ofensiva imperialista contra el hermano pueblo venezolano para desestabilizar la revolución Bolivariana, que permanentemente y de diversas formas viene siendo atacada; así mismo, asegurar la explotación de los recursos mineros y energéticos de Venezuela, y variar la correlación de fuerzas en el continente que muestra una tendencia favorable al campo popular producto, principalmente, de las históricas movilizaciones y paros en varios países, entre ellos Colombia.
Por lo anterior, alertamos al pueblo araucano y colombiano a no dejarse confundir con el argumento de que la crisis humanitaria tiene que ver con una disputa por las rentas del narcotráfico, matriz mediática con la que el gobierno de Duque pretende falsear la realidad y ocultar su responsabilidad; tampoco se trata de un enfrentamiento entre mafias del narcotráfico como, de manera ligera e irresponsable, afirmó por las redes sociales el precandidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro; y mucho menos creer que el conflicto armado se resuelve con más militarización, pues éste tiene unas causas estructurales de desigualdad e inequidad generadas por el modo de producción capitalista que debe superarse.
Convocamos al pueblo colombiano y a sus organizaciones sociales a reactivar la movilización, elevándola a niveles superiores a los logrados en las históricas jornadas de los últimos tres años. A las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, además de la denuncia por las violaciones de derechos humanos y el acompañamiento humanitario, a solidarizarse con las luchas del pueblo Araucano y el pueblo colombiano por transformaciones estructurales.
Congreso de los Pueblos
Resistencia, Unidad y Poder Popular
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