El 5 de marzo una comisión EE.UU. encabezada por Juan Gonzales, visitó a Maduro; el 10 Duque fue convocado a la casa Blanca. Los gringos en Caracas buscaron reabrir el grifo de petróleo, Duque de Washington regresó eufórico, con garrote renovado.
Su euforia es debido a que le ofertaron más armas y asesoría militar. Colombia desde 2018 es peón de la OTAN y calanchín de los Estados Unidos.
A Duque esta vez no lo regañaron, como si lo hizo Trump en 2019, por exportar tanta cocaína. Le refrendaron el encargo, igual que el de Ucrania, guardando proporciones.
Biden le asignó la función de “importante aliado estratégico por fuera de la OTAN”, algo así como fungir de encomendero imperial, como en la anterior colonia.
A Duque le encantó que Biden se lo dijo en Ingles, ‘Major No Nato Ally’, MNNA. Categoría designada por el presidente de EE.UU. para un país que puede “ser elegible para recibir préstamos de material, suministros o equipo con fines de investigación, desarrollo, prueba o evaluación, o para que sus territorios sean seleccionados como ubicación para colocar reserva de guerra que sea propiedad de EE.UU.”
Lo anterior quiere decir que Colombia estará opcionada endeudarse con los EE.UU. para comprar chatarra militar; además para ser laboratorio para experimentar armas, quizás como en Ucrania, armas biológicas, nunca se sabe; y lo de depósito puede ser para desechos nucleares, o de cualquier tipo de armas inútiles y peligrosas.
La alegría de Duque y sus secuaces no es la de las y los colombianos de a pie; quienes sabemos que afortunadamente es una decisión unilateral de los EE.UU., no hay acuerdo, ni tratado formalmente establecido. Un próximo gobierno Progresista colombiano debería dejar esa ingrata función en el olvido.
Lo que sí es complicado, para un gobierno progresista y de paz, será echar para atrás, lo de socio de la OTAN. Asociación militar establecida sin consultar a la ciudadanía y planeada en función de dañar a China y a Rusia. Los colombianos necesitamos estar bien con los rusos y chinos, y con los europeos y los EE.UU., necesitamos intercambiar con todos, no tenemos por qué estar en una alianza bélica.
A los venezolanos los gringos les dieron a oler juguito de Zanahoria. Los venezolanos pagaron aduana por adelantado liberando 2 presuntos ladrones de origen gringo, además van a negociar con la oposición.
En la mesa con la oposición el gobierno venezolano exigirá que los EE.UU. levanten el embargo petrolero impuesto desde 2019, el decreto ejecutivo del 2015 y demás sanciones, que eso avance depende si hay o no más acciones desestabilizadoras al interior de Venezuela.
El 11 de marzo en Turquía la vicepresidenta de Venezuela Delsy Rodríguez, en paralelo al II Foro de Diplomacia de Antalya, se reunió con el canciller de La Federación Rusa Serguei Lavrov, trataron la nueva dinámica diplomática de Estados Unidos hacia Venezuela.
Es conocido que en las más difíciles circunstancias de bloqueo financiero y comercial y de crisis económica y social por las que atraviesa Venezuela, Rusia e Irán, soportando también el fuego de las sanciones, apoyaron los negocios de los venezolanos.
El presidente del Salvador dijo que estados Unidos se otorga el privilegio de decidir cuál país es bueno y cual es malo, y también de definir cuando el malo se transforma en bueno, tiene la razón.
Pero no nos equivoquemos, Venezuela así haga diálogos y envié petroleo a los EE.UU., será una “dictadura”, mientras no cumpla una regla fundamental, la cual es que las compañías extranjeras sean propietarias de más del 51% de PDVESA y adicional el estado venezolano deje de cobrar impuestos justos por la exportación y ganancias de los negocios con los hidrocarburos venezolanos.
Eso podría suceder solo si el PSUV y el pueblo venezolano aflojan. Y en caso tal, entonces sí, Estados Unidos declararía a Venezuela una democracia ‘Major Ally’.