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Los drones iraníes cambian el esquema de la guerra en Ucrania

PorColumna de opinión

Oct 23, 2022

El desarrollo de la guerra proxy de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra la Federación Rusa en suelo ucraniano está teniendo importantes evoluciones, al menos puntuales, que son justificadas por el nuevo despliegue tecnológico-armamentístico en el terreno.

Ha trascendido en varios medios informaciones no confirmadas que la República Islámica de Irán habría suministrado a Rusia una existencia de sus drones tipo kamikaze Shahed-136. Al parecer, mediante un otorgamiento de licencia, Rusia estaría fabricándolos masivamente y usándolos bajo el nombre de Geran-2.

Conviene reseñar que, a nivel oficial, Irán ha dicho que no ha suministrado este tipo de armamento a Rusia, según el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanaani.

Sin embargo, medios como Al Mayadeen han referido al asesor del líder iraní para asuntos militares, el mayor general Rahim Safavi, quien habría indicado que unos 22 países están interesados en comprar los drones iraníes, en congruencia con los saldos que estas tecnologías presumiblemente estarían dejando en Ucrania a favor de Rusia.

En todo caso, independientemente de su origen, sobre el dron kamikaze ruso conocido como Geran-2 y el dron Lancet, también de fabricación rusa, lo que conviene analizar es el despliegue táctico-operacional de estos artefactos y cómo están contribuyendo a cambiar los costos de la guerra de manera favorable a Rusia.

El dron kamikaze Geran-2

La guerra proxy de Ucrania contra Rusia, que inició en 2014, pero que ha escalado desde la Operación Militar Especial (OME) desde pasado febrero, ha tenido el uso de drones en la vanguardia. Drones de observación, drones de fijación de blancos para ataques de precisión y también drones de ataque.

Uno de los principales protagonistas es el Lancet ruso, que funciona para labores de observación y ataque suicida. Ucrania ha desplegado los RAM II de fabricación nacional y los Switchblade 600 estadounidenses, que también son tipo kamikaze. ¿Cuál entonces es la razón de la relevancia de los Geran-2?

El Geran-2 ha sido un arma que ha protagonizado gran parte de los ataques a las infraestructuras de Ucrania en Kiev y otras ciudades en días recientes, golpeando sensiblemente blancos estratégicos, entre infraestructuras eléctricas, edificios militares, puestos de mando y almacenes de armas.

Este dron se ha destacado no solo por su efectividad, también por sus propias características. Tiene un vuelo lento, de 180 km/h. De tamaño pequeño, pero capaz de llevar una carga explosiva de 50 kg, lo cual le da un importante poder en ciertos tipos de blancos sensibles. Su radio de acción es de 2 mil 500 km, lo cual le otorga un rendimiento y autonomía de vuelo muy importante.

Pese a tratarse de un dron ruidoso (por eso le llaman «la podadora») ha demostrado ser esquivo a los sistemas de radares de sistemas antiaéreos avanzados, tal como se ha demostrado en Kiev en los últimos días. Lo que quiere decir que su firma de radar sigue descolocando a los sistemas antiaéreos de alta gama.

Al romper la cúpula defensiva de la capital, ha creado un «agujero» en un cielo que se creía protegido.

Title Text:El dron Geran-2 justo antes de caer sobre una edificación militar en pleno centro de Kiev
Créditos: Agencias

 El Geran-2 ha sido atacado por armas de casi todo tipo disparadas al cielo nocturno y matutino de Kiev, resultando ileso y esquivo en la mayoría de sus ataques por «enjambre». Pero ha generado efectos inesperados e indeseados. Si el dron recibe disparos, su capacidad de maniobra en el cielo es limitada y su carga es detonada. Si en unos casos es derribado, se activa la detonación de su carga. En otros casos, las ráfagas de disparos para derribarlos han ido contra edificios civiles. Por ende, en todos estos casos, atacar al dron implica daño colateral.

Pero hay un adicional. Geran-2 ha traído como componente a la guerra la sensación de vulnerabilidad, terror y frustración entre los mandos de Kiev, una vez que un dispositivo pequeño, esquivo, invisible a los radares, pero evidente a simple vista, vuela lento, ruidoso e imparable contra edificios militares e instalaciones eléctricas milmillonarias.

Sin embargo, pese a su gran apresto táctico-operacional, lo particularmente llamativo de este aparato es su costo, calculado entre 6 y 8 mil dólares. Rusia podría financiar la fabricación de miles de estos drones con tan solo un día de ganancias por exportaciones de crudo y gas.

La simetría de los costos de la guerra

El Geran-2 y el Lancet son drones suicidas que están cambiando las reglas del combate moderno y también la correlación de costos en la guerra, de manera favorable a Rusia.

Esto está explicado por el propio contexto de la guerra entre la OTAN y Rusia, que debe entenderse de manera multifactorial.

Occidente ha previsto mutilar y demoler la economía rusa mediante paquetes de medidas coercitivas, que han convertido al país eslavo de un día para otro en el más sancionado del mundo.

También es un hecho que el alargue de la OME en Ucrania ha sido posible gracias al financiamiento de la OTAN a Ucrania y el suministro de armas, en una espiral vertiginosa de drenaje imparable de recursos y armamento. El uso de Ucrania como Estado proxy por parte de la OTAN consiste en propiciar el alargue del conflicto para debilitar a Rusia y propiciarle un desgaste de largo aliento, que debilite su economía, sus capacidades militares y su armamento estratégico no-nuclear.

Para una guerra con estas características, los factores tiempo-recursos han sido cruciales. Rusia parece hoy estar ganando la guerra en el frente económico ante una Europa con una economía diezmada por inflación, crisis energética y a las puertas de una recesión. Todo ello como consecuencia de sus medidas coercitivas contra Rusia.

Entretanto, en el frente militar, Rusia ha usado apenas una parte de sus capacidades de infantería y hombres en el terreno y un no determinado número de misiles de alta precisión. Muchas informaciones no confirmadas y de dudosa procedencia, han afirmado que Rusia habría menguado sus capacidades de ataque mediante misiles de alta precisión. Pero esto no tiene asidero con los hechos. Menos con el despliegue de los misiles Kalibr y una nueva familia de armas hipersónicas que han recibido el «bautizo de fuego» en esta guerra, como el misil Khinzal que se ha probado en pocas ocasiones.

Lo que sí es cierto es que, aun contando con un enorme arsenal no-nuclear sin utilizar, necesariamente Rusia debe preservar sus peculios, pues la disputa contra la OTAN pone sobre el terreno ucraniano la disposición de recursos y armas en un plazo extendido e inestimable de tiempo.

Los drones kamikazes rusos están cambiando esta ecuación considerablemente, reduciendo los costos para Rusia y aumentándolos significativamente para la OTAN.

Por ejemplo, hay material de video de estos drones destruyendo lanzadoras de cohetes del sistema ruso S-300 operados por Ucrania, es decir, un dron de pocos miles de dólares destruyendo una plataforma defensiva valorada en millones.

Adicionalmente, los sistemas antiaéreos punta de lanza de la defensa del cielo alemán, los IRIS-T, que ya han llegado a Ucrania, no han logrado derribar los Geran-2. Pero tratándose de un asunto de costos, en caso de que un misil del sistema IRIS-T dé contra un Geran-2, la situación sigue siendo muy desventajosa para la OTAN, pues solo un misil del IRIS-T cuesta casi 100 mil dólares. Véase la relación de costos.

Hay disponibles evidencias en video de drones rusos baratos, destruyendo tanques europeos como el Leopard, valorados en millones de dólares o demoliendo la limitada existencia de Ucrania de tanques T-72 de fabricación rusa.

El daño de los drones a los blindados de combate y vehículos de la OTAN ha sido brutal. Pero es más importante lo que Rusia ha ahorrado al enviar drones en vez de misiles de precisión contra esos vehículos. Todo con el resultado táctico-operacional de limitar el despliegue ucraniano y protegiendo mejor los soldados y equipos rusos en el terreno.

También hay disponibles videos de drones Lancet, destruyendo sistemas de radares Iskra, en una operación de alcance múltiple. No solo un dron barato destruye un sistema de radar millonario, es que además despeja el cielo haciendo más furtivos a los aviones de ataque rusos y los misiles de precisión, minimizando los potenciales daños al equipamiento ofensivo ruso en el cielo.

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Ucrania ha solicitado el suministro de sistemas antiaéreos de misiles portátiles (MANPADS), pero incluso se ha registrado en video cómo uno de estos sistemas, probablemente el Stinger estadounidense, falló en un «cara a cara» contra un Geran-2.

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Lo importante a considerar es que, al menos en el corto plazo, Rusia estaría logrando revertir el patrón de costos operacionales del conflicto aplicando esquemas y armamento asimétricos, mientras que los países europeos de la OTAN, en cambio, estarían vaciando sus arsenales en entregas a Ucrania sin tener capacidad de reposición, a cambio de vulnerabilidad militar y un cada vez más alto costo político en sus países.

Rusia está haciendo variar los costos de maneras múltiples. Está ahorrando misiles de precisión, minimiza sus costos operacionales y está protegiendo mejor sus activos en la tierra y en el cielo, sin sacrificar su apresto táctico-operacional de la OME.

Pero más importante aún: con el esquema de ataque mediante drones a la OTAN, le ocasionan el aumento de los costos financieros, logísticos, operacionales y militares. Esto a causa de destruir sensibles blancos de infraestructura ucranianos.

Publicado originalmente en Misión Verdad.

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