• noviembre 22, 2024 4:14 am

Comuniquemos con realidad social y con pedagogía de paz

En los próximos días las delegaciones del Gobierno colombiano y la insurgencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) realizarán la reunión extraordinaria para dirimir la crisis generada por el decreto unilateral del Gobierno y así buscar la hoja de ruta para realizar el II ciclo de las negociaciones de paz en México.

El cese al fuego será uno de los puntos a tratar tras el impase suscitado el pasado 31 de diciembre, cuando el presidente Gustavo Petro anunció un cese de hostilidades con varios grupos armados, entre ellos con el ELN, pero dicha organización desmintió la noticia porque no se había abordado en el I ciclo de las negociaciones.

Ante la primera tensión en el proceso de negociación, el máximo comandante del ELN, Antonio García, en exclusiva con Alcarajo.org enfatizó que la insurgencia mantiene la voluntad de diálogo y reiteró que cualquier anuncio a la opinión pública se debe hacer de manera bilateral, “el acuerdo de cese al fuego se realizará con el Estado, sus Fuerzas Militares y de Policía”, acotó.

Tanto el Gobierno como el ELN señalaron al unísono la disposición para retomar la agenda, donde una vez dirimida la tensión, los puntos a tratar serán el cese al fuego, gestorías de paz, trato humanitario a prisioneros políticos, y el protocolo de comunicación y pedagogías de paz.

No obstante, la primera tensión originada por el desatino comunicacional del Gobierno fue aprovechada por sectores ultraderechistas cercanos al paramilitarismo, quienes utilizando sus medios de comunicación generan polarización y odio entre los colombianos; en las últimas semanas han iniciado los métodos ruines para desprestigiar el proceso de paz, aludiendo que el ELN “no tienen voluntad de paz” y que desde el Gobierno se está “entregando el país al terrorismo”.

Es importante que el protocolo de comunicación y pedagogías de paz de la Mesa de Diálogo se aborde lo antes posible para informar y educar a la población no sólo sobre el proceso de negociación, sino como eje coadyuvante para una cultura de paz. No se puede repetir lo ocurrido (comunicacionalmente) con el Acuerdo firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP), donde los grandes medios utilizaron el sensacionalismo con las víctimas para torpedear el proceso y sembrar odio en gran parte de la población, especialmente los residentes en las grandes ciudades.

Ahora bien, para avanzar en la pedagogía para la construcción de una cultura de paz se requiere voluntad política, participación real de sectores populares, así como la exigencia por parte del Ejecutivo a los medios de comunicación para que cumplan su responsabilidad social de informar con ética periodística sobre el avance e implementación de los puntos establecidos durante el proceso. Es vital la democratización de la información, así como se debe combatir la desigualdad social y económica, también se debe combatir la desigualdad informativa y de cobertura mediática.

Pedagogía y cese al fuego

La ausencia de pedagogía sobre el proceso se notó con la primera tensión tras el decreto ya mencionado, activistas políticos tanto oficialistas como opositores salieron lanza en ristre contra la delegación de ELN por no cumplir un anuncio que como ya explicó el comandante García, no se había acordado en la Mesa.

Aunque el presidente Petro llegó a un acuerdo de cese al fuego con varias organizaciones armadas, aún persisten desplegados núcleos paramilitares, grupos sicariales y mercenarios que se disputan el control territorial, lo cual se deriva en asesinatos a líderes sociales, paros armados, masacres, etc.

La presencia de grupos armados en los territorios hace que el tema de cese al fuego con el ELN no se concrete de la noche a la mañana; por lo que llama la atención las declaraciones insulsas de algunos activistas o “influencers” que apuntan contra el proceso de diálogo desconociendo la incidencia del fenómeno paramilitar, brazo armado ilegal del Estado generador de la violencia estructural en el país.

Al mismo tiempo, se suma el accionar de algunos comandos del Ejército y de Policía que guiados por la doctrina militar estadounidense mantienen la tesis del enemigo interno, la cual se distingue por la criminalización de la protesta social, el hecho más reciente y doloroso fue la represión contra manifestantes durante el estallido social.

Por lo tanto, el cese al fuego es una necesidad para avanzar en las negociaciones, pero se debe abordar bilateralmente con las especificidades del propio conflicto en los territorios y con la pedagogía de paz correspondiente para informar con responsabilidad social al pueblo colombiano.

Sobre el autor

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John Alexander Lastra M.

Comunicador Social. Magíster en Negociaciones Económicas Internacionales.

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