Mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo en su reciente visita a Pekín que su país no busca confrontar ni suplantar a ningún actor político, el Departamento de Defensa de esa misma nación sigue expandiendo su presencia militar en la región Asia-Pacífico.
La Fuerza Aérea de EEUU hace poco envió desde sus bases en Dakota del Norte varios bombarderos Cope West a la Base de la Fuerza Aérea Abdulrachman Saleh, ubicada en Indonesia. Los bombarderos se unieron a los aviones de las Fuerzas Aéreas del Pacífico de EEUU y de la Fuerza Aérea de Indonesia en el ejercicio Cope West, un simulacro aéreo bilateral, antes de regresar al país angloparlante en los próximos días.
El B-52 ha estado en servicio con la Fuerza Aérea de los EEUU desde la década de 1950, cuando se introdujo para transportar grandes cantidades de bombas nucleares y convencionales a sus objetivos. Fueron utilizados con efectos devastadores durante la Guerra de Vietnam, aunque solo arrojaron detonantes convencionales. Estados Unidos retiene un puñado de aviones masivos para usarlos como «camiones de misiles» y para intimidar a las naciones «hostiles».
Los simulacros se produjeron pocos días después de que el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, visitara Pekín para reunirse con altos líderes diplomáticos chinos, incluido el presidente Xi Jinping. Las dos partes reafirmaron su deseo de evitar una nueva Guerra Fría y afirmaron que no buscan el derrocamiento del otro ni suplantar sus posiciones en el escenario internacional.
Expertos le dijeron a Sputnik que este tipo de mensajes contradictorios son muy comunes en Occidente, especialmente en Estados Unidos, donde la guerra y la intimidación siempre han sido las principales herramientas de la diplomacia.
El especialista en asuntos chinos James Bradley, historiador y autor de The China Mirage: The Hidden History of American Disaster in Asia, dijo a Sputnik que independientemente de lo que diga Estados Unidos en este momento, su preocupación estratégica a largo plazo en el este de Asia siempre ha sido la de controlar y contener a China.
«La Marina de los EEUU estaba inspeccionando islas cercanas a China desde la década de 1850, 1898 vio a Estados Unidos apoderarse de Filipinas, Guam y Hawái para construir una compuerta para que las riquezas de China fluyeran hacia los EEUU. Desde 1945, Estados Unidos ha estado tratando de contener a China. El Departamento de Estado puede hablar de diálogo, pero el antiguo Departamento de Guerra, actualmente llamado Departamento de Defensa, lleva la voz cantante», estimó el estudioso.
De hecho, Bradley señaló que cuando el periodista John Pilger le preguntó en 2016 si Estados Unidos ya estaba en guerra con China, «respondí que sí». Eso fue incluso antes del cambio estratégico oficial de EEUU hacia la «competencia entre grandes potencias» que se produjo en 2018.
«Guerra económica, guerra cibernética, guerra de propaganda. El negocio de China es el comercio y el negocio de Estados Unidos es la guerra», dijo Bradley a Sputnik.
El también analista del tema chino Jeff J. Brown, autor de The China Trilogy, editor de China Rising Radio Sinoland y cofundador y curador de la Bioweapon Truth Commission, dijo a Sputnik que tal desconexión entre la retórica diplomática y la actividad militar es típica de las naciones occidentales, donde «en general , la política es individual y para autoensalzarse».
«No es inusual que el Departamento de Estado de EEUU, el Departamento de Defensa, la Casa Blanca y los congresistas tengan mensajes contradictorios y confusos, ya que cada uno tiene sus propias agendas que impulsar», dijo. «Al mismo tiempo», observa Brown, «¡Joe Biden acaba de llamar al presidente chino Xi un dictador!».
«En Occidente, en general, la política es individual y de autoengrandecimiento, por lo que nada de esto sorprende que a la mano izquierda no le importe lo que hace la mano derecha. En China, el Gobierno practica el centralismo democrático: argumentar y debatir de antemano, pero luego hablar públicamente y actuar con una sola voz unificada», señaló Brown.
En cuanto a por qué Indonesia aceptaría albergar bombarderos estratégicos estadounidenses en medio de sus intentos de mantenerse neutral en la rivalidad Washington-Pekín, el experto señaló que las elites políticas en Yakarta llegaron al poder gracias a la presión de Estados Unidos sobre las fuerzas pro-China.
«No podemos olvidar que la Indonesia de hoy nació en el genocidio estadounidense de millones de comunistas, socialistas, izquierdistas y liberales en 1965-66, para deponer al presidente no alineado Sukarno e instalar al general Suharto», explicó.
«Desde entonces, el Ejército de los EEUU, mueve muchos hilos con el Ejército de Indonesia. Vemos la misma situación en Filipinas, Corea del Sur, Taiwán y Japón. Los presidentes, primeros ministros y legislaturas de mentalidad independiente siempre se enfrentan a la caja de herramientas imperial occidental: chantaje, soborno, extorsión, banderas falsas y noticias falsas», abundó.
«Es por eso que podemos ver ejecutivos y legislaturas cooperando con países antiimperialistas, como China, Rusia, Irán y Venezuela, mientras que sus ejércitos trabajan con la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)».
El autor predijo que si bien es probable que EEUU continúe presionando a Yakarta para que evite comprar equipos militares avanzados de China o Rusia utilizando una «diplomacia reaccionaria negativa», el inevitable declive de Occidente y el ascenso del mundo en desarrollo significan que su capacidad para hacerlo es limitada y sólo va a disminuir en el futuro.
«Con el continuo declive de Occidente y el ascenso de los BRICS [Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica] y la OCS [Organización de Cooperación de Shanghai], es posible que Indonesia quiera volver a ordenar esos Su-35», dijo Brown, refiriéndose al cancelado acuerdo para comprar cazas de fabricación rusa que Estados Unidos bloqueó.
«Esta vez podría realizarse. Mientras tanto, EEUU seguirá utilizando la diplomacia negativa y reaccionaria del imperialismo occidental, jugando fuertemente la carta separatista de Taiwán, empujando a la OTAN en Japón, armando bloques como el Quad y AUKUS, y sancionando todo lo que se mueve», agregó.
«Esto mientras que China ha unido magistralmente el este y el sudeste de Asia en el acuerdo de libre comercio de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), superando claramente a la incipiente Asociación Transpacífica (TPP) anti-China de los EEUU. Es mucho más fácil decir ‘sí’ a una cooperación mutuamente respetuosa y beneficiosa para todos», declaró.